El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, dejó bien claro ayer que los permisos a Repsol para la realización de exploraciones petrolíferas frente a las costas canarias no se paralizarán por la oposición del Gobierno de Canarias, ni por las protestas impulsadas desde los cabildos de las dos islas afectadas, Lanzarote y Fuerteventura. Soria afirmó ayer durante un desayuno de trabajo en Madrid que su departamento "no mirará para otro lado" si se presenta la oportunidad de explotar una importante fuente energética cerca de Canarias, y que, dada la situación económica del país, "el Gobierno no está para bromas", por lo que aseguró que "apoyará, animará e impulsará" las prospecciones.

El ministro pareció inspirarse ayer en el apoyo que los grandes empresarios canarios han mostrado recientemente a los sondeos. Tras señalar que los estudios de la petrolera apuntan a una producción mínima de 140.000 barriles al día, es decir, el 10% del consumo diario nacional -1,4 millones de barriles-, aseguró que el apoyo a la instalación de esta industria en la zona "no es una cuestión ideológica, sino de sentido común".

El ministro recordó que las prospecciones se harán lejos de la costa canaria -a más de 60 kilómetros-, "casi al borde de la mediana imaginaria con Marruecos", y que el posible crudo existente pertenece a la misma roca madre que se explota del lado marroquí.

Por esta razón, Soria argumentó que si España no perfora desde su propia zona de soberanía, Marruecos absorberá todo el crudo desde sus pozos y se llevará todo el posible beneficio. "Hay tres opciones, que lo explote uno, que no lo explote nadie o que lo exploten dos, y si lo hace uno solo, será Marruecos quien se quede con todos los potenciales beneficios", resaltó el ministro ante los casi doscientos asistentes al acto organizado por el grupo Intereconomía y patrocinado por Binter Canarias.

Sin detalles

Soria evitó dar detalles del proceso de aprobación del decreto que reactivará los permisos a Repsol. Su ministerio está preparando las respuestas a las alegaciones de los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura.

El ministro argumentó como razones de fondo para impulsar las prospecciones la "dependencia exterior energética del 80%, más de cinco millones de parados, una previsión de caída económica del 1,7% y un déficit público del 8,5% del PIB".

Además, hizo hincapié en que esta actividad ayudará a diversificar la economía canaria, liberándola de su dependencia del turismo y resaltó que "solo se autorizarán las exploraciones si cumplen todas las garantías medioambientales", sobre las que el Gobierno central será "estricto", según dijo.

"Lo último que se me ocurriría es tomar una decisión que pudiera hacer el más mínimo daño a la tierra de donde vengo", recalcó, e incidió en el cambio de opinión que sobre la cuestión ha realizado el Gobierno canario.