Cerca de 20.000 personas acudieron ayer al IV Paseo Romero para celebrar el Día de Canarias, según los organizadores del Real Club Victoria, quienes cifraron la participación en 5.000 asistentes más que el año pasado. Las ramblas de Mesa y López fueron el escenario de partida desde el que las 16 carretas participantes iniciaron su recorrido por varias calles de la capital grancanaria, hasta llegar a La Puntilla.

Engalanadas con diferentes motivos canarios y tiradas por un par de bueyes, cada carreta portaba alimentos que, al finalizar el paseo, fueron donados a Caritas. "Se llevarán hasta la iglesia de La Luz, y allí el párroco se los facilitará a Cáritas para que haga el reparto entre tantas familias que lo necesitan hoy en día", comentó Antonio Padrón, presidente del Real Club Victoria, quien agradeció la colaboración en este acto del Gobierno de Canarias, el Ayuntamiento capitalino.

Música y color

General Vives, Sagasta o Tenerife fueron algunas de las calles que, durante el mediodía de ayer, se inundaron por el color de los trajes de típicos que lucían grandes y pequeños mientras danzaban al son de la música canaria. Un total de 26 parrandas fueron las encargadas de poner la nota musical al encuentro, amenizando las más de dos horas que duró el trayecto con temas tan populares como Andrés repásate el motor o Somos costeros. "Nosotros nos apuntamos a todas las romerías que hay en la Isla y, como no, hemos venido a dar alegría a este Día de Canarias improvisando canciones que hagan bailar a todo el mundo", señalaron Pilar Hernández y Siona Armas de la Agrupación Folclórica Guacimara del Mar de Cruz de Piedra.

En las aceras, cientos de curiosos se agolpaban para ver desfilar al paseo romero, que estuvo encabezado en todo momento por la Virgen de La Luz. Tras la virgen, el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, no se quiso perder la fiesta y acompañó a los vecinos entonando algunas notas con un timple. También las ventanas de los edificios se convirtieron en balcones privilegiados desde los que sus habitantes observaban al gentío que bailaba, comía y reía a lo largo de la ruta trazada.

Todas las islas tuvieron su propia figuración en el desfile, cada una de ellas con una decoración diferente. Así, por ejemplo, la carreta de Fuerteventura portaba la representación de un horno de leña típico; la de Tenerife llevaba una pileta donde antaño se lavaba la ropa y la de La Palma, la estructura que simulaba un pozo. "Llevamos un mes trabajando intensamente para que todo saliese bien y anoche (martes para el lector) nos quedamos hasta la una de la madrugada para cargar todas las carretas y ultimar el decorado de cada una para sacar adelante la romería", explicó Antonio Padrón.

El recorrido finalizó en la zona de La Puntilla de la Playa de Las Canteras, donde el gentío se hizo aún mayor al unirse los romeros con los asistentes que acudieron a contemplar cómo se conseguía el récord Guinness de la pella de gofio más grande del mundo.