El expresidente canario Lorenzo Olarte asegura que si la España de las autonomías no existiera, habría que "inventarla" y tacha de "camelo" y de "felonía política" que se responsabilice a las autonomías del gasto excesivo.

En una entrevista con Efe sobre el modelo autonómico, sostiene que a "nadie" se le va a ocurrir "meter mano" en las comunidades porque saldría "trasquilado", y se pregunta: "¿es que acaso no hay despilfarro en el Estado?".

Olarte evoca el "talante" de los políticos de la Transición y lo reivindica para alcanzar los acuerdos necesarios para afrontar la crisis económica, sin la "crispación" actual.

Cree que no se debe revisar el modelo autonómico: "lo que se aprueba por consenso en una Constitución hay que dejarlo quieto. Este tema concretamente no ha dado mal resultado y todas las autonomías han mejorado hasta en cosas tan vulgares como la calidad de los productos que elaboran".

Con las autonomías, a su juicio, también se ha "intensificado" el sentimiento de "amor a la tierra, en muchos casos compatible con el amor a España, y en otros no tanto, pero ese porcentaje operaba ya así antes, que las autonomías no han venido a iniciar ni a implantar los deseos separatistas ni muchísimo menos".

De los años de la Transición recuerda el "trato especial" que los canarios dieron a las islas menores que, dice, "siempre habían sido las cenicientas de la película y no veían en principio muy claro que tras esa fusión siguieran en un plano superior", de manera que se adoptó un sistema electoral que sobredimensionaba su voto.

Y niega que "los problemas con la capitalidad" sean "cosas solo de canarios": "Nosotros tuvimos que buscar la alternancia, pero Cáceres y Badajoz recurrieron a Mérida, y Pontevedra y La Coruña, a Santiago".

Con respecto a la formación de las autonomías, dice que entonces creía que debía haber "algunas especiales" como Galicia, el País Vasco, Cataluña y Andalucía, y admite que le habría gustado que Canarias accediese a la autonomía por la misma vía que ellas, el artículo 151 de la ley de leyes.

"En Canarias no fue posible, y cuidado que yo luché para que así fuese, pero no lo conseguí por una razón: por el temor tremendo al independentismo canario que tenía el Gobierno español, sobre todo Rodolfo Martín Villa", recuerda.

Y explica que el entonces ministro de Gobernación tenía un "miedo irracional" a que Canarias sometiese el Estatuto a referéndum y lo perdiese por la "popularidad" del nacionalista independentista Antonio Cubillo, lo que podría dar lugar, precisa, a que los "malpensados" interpretasen que el Archipiélago no quería la autonomía sino la independencia.

"Y por temor a eso -prosigue- se acudió a una fórmula estereotipada, pero jurídicamente válida, que fue la de acompañar el Estatuto de una ley orgánica de competencias en virtud de la cual tuvimos las mismas competencias que los del 151 sin necesidad del referéndum".

Olarte se siente orgulloso de la autonomía de la que goza Canarias porque cree que "gracias a ella" se consiguió que la comunidad subiese en la posición de las regiones europeas. "Tenemos mucho paro, pero ese índice no es consecuencia de la autonomía, sino que es responsabilidad del Gobierno, de los gobiernos europeos y de la banca", reprocha

Pone como ejemplo de los logros autonómicos la buena gestión del turismo. "Hemos hecho nuestras promociones prescindiendo del Estado y han sido magníficas, y gracias a ello podemos subsistir".

Admite que hay que revisar "algunas cosas" del modelo autonómico, pero en el caso canario lo que pide son más competencias, sobre todo en materia de "tráfico aéreo interinsular", y reprocha la "falta de diálogo" que provocó que la reforma estatutaria siga pendiente de aprobación por "culpa" de "políticos canarios" que "lloran mucho y después hacen lo mínimo por conseguir lo que quieren".

Y ve "increíble" que Canarias no haya asumido aún las competencias sobre el tráfico aéreo, lo que provoca que "ir del Hierro a Fuerteventura o a Lanzarote cueste mucho más dinero que de Gran Canaria a la Península", dice.