El Gobierno central preparaba desde hace semanas los duros ajustes económicos para los dos próximos año que acaba de anunciar y el Ejecutivo de Canarias ha sido testigo de primera fila y uno de los primeros en confirmarlo en propias carnes. Varios miembros del gabinete de Rajoy ya fueron rotundos en sus mensajes durante sus respectivos encuentros de las semanas pasadas con representantes del Gobierno regional, a quienes advirtieron ya que la mayoría de las partidas canarias volverán a retroceder en las cuentas públicas de 2013.

El Gobierno canario supo de primera mano y por anticipado que el Ejecutivo central preparaba una gran ofensiva de recortes tras el Consejo Europeo de junio y las reuniones con el eurogrupo la semana pasada. Primero fue la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, durante su entrevista en La Moncloa con el presidente de Canarias, Paulino Rivero, el pasado día 3. Un día más tarde lo hizo el responsable directo de infraestructuras de Fomento durante una reunión con el consejero de Transportes y Obras Públicas, Domingo Berriel, sobre la ejecución del convenio de carreteras.

Todos estos contactos sirvieron para desmontar la pretensión del Gobierno de Canarias de iniciar una suerte de negociación presupuestaria con el Estado para intentar mejorar algunas de las principales la partidas isleñas. Lejos de abrir una esperanza al respecto, los mensajes del Gobierno central fueron avanzando que habría "nuevos y duros recortes", que las partidas van a caer respecto a las ya mermadas del 2012 , y que, además, la propia comunidad autónoma tendrá que hacer sus propios sacrificios en los próximos presupuestos regionales, tal como quedó reflejado el jueves en el Consejo de Política Fiscal y Financiera tras rebajar el techo de déficit autonómico hasta el 0,7 en 2013 y hasta el 0,1 en 2014.

De esta forma, Rivero ve fracasada estrepitosamente su estrategia de intentar adelantarse a la aprobación de los presupuestos en septiembre y forzar un tratamiento especial para Canarias en las cuentas durante su elaboración. Fue la estrategia que inició en su entrevista con Rajoy el 22 de mayo con el argumento de la "situación insostenible" por el alto índice de desempleo y la grave pérdida de financiación estatal, y reclamando al líder del PP hacer de Canarias un "asunto de Estado".

Para ello, Rivero intentó forzar la celebración para antes de agosto una Comisión Bilateral Canarias-Estado, presidida por él mismo y Sáenz de Santamaría, en la que negociar ya las partidas más significativas del 2013. Aunque Rajoy no dijo que no y dejó todo en manos de la vicepresidenta, ésta acabó por convocar a Rivero a un encuentro informal en La Moncloa y zanjar en poco más de una hora toda la agenda. Sáenz de Santamaría dejó claro que no habría negociación presupuestaria de gobierno a gobierno y que cualquier asunto bilateral se abordara en el ámbito de los ministerios.

Aunque la vicepresidenta ofreció a Rivero vagos compromisos para vigilar la financiación autonómica de las Islas, y estudiar la aplicación de nuevas bonificaciones a las tasas aéreas en Canarias, lo cierto es que no se ha producido el más mínimo compromiso de mejorar las partidas importantes, sobre todo las relacionadas con los convenios de infraestructuras o las ayudas al transporte. De hecho, el Gobierno regional cree que en los próximo presupuestos el Estado puede incluso forzar la máquina para intentar reducir significativamente las subvenciones aéreas. Además, ha visto cómo el PP aprobaba a última hora una rebaja de tasas en los aeropuertos de Baleares que ha negado para los de Canarias, lo que ha provocado una gran irritación en el gabinete de Rivero.

Pese a esta situación, el Gobierno canario mantiene un discurso moderado, aunque reivindicativo, y prefiere seguir la senda de la cooperación y de normalización de relaciones que abrió con la reunión entre Rajoy y Rivero en La Moncloa. tras meses de tensión entre ambas partes. Sin procesos electorales en el horizonte y los congresos de ambos socios de gobierno despejados, aunque con problemas, el Ejecutivo regional cree que es el único camino para tratar de sacar provecho, aunque sólo sea para evitar que los cortes más hirientes de la tijera presupuestaria se ceben en las partidas canarias.