La estrategia del presidente canario, Paulino Rivero, de recurrir a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para detener las prospecciones petrolíferas caerá en saco roto. Varios expertos advierten de que el secretario general del organismo internacional, Ban Ki-moon, no tiene competencias en este ámbito, ya que no puede intervenir en un problema interno entre el Gobierno español y una comunidad autónoma.

Rivero envió el viernes una carta a la sede de la ONU en Nueva York, dirigida a Ban Ki-moon, solicitando su intervención y que se dirija "con carácter de urgencia" al Gobierno de España para que, en aplicación del "principio de precaución", promueva las iniciativas necesarias para que cese cualquier actuación relacionada con la prospección, exploración y producción de petróleo o gas en las aguas que circundan las Islas. Rivero busca suspender la autorización a Repsol por el Gobierno central en aguas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura. Con su carta persigue internacionalizar el debate sobre las prospecciones y que no quede en una "cuestión doméstica", según fuentes de la administración, que apelan al coreano como responsable del Consejo Global de Turismo Sostenible -dependiente de la ONU-. Para el Gobierno regional turismo y petróleo son incompatibles.

La misiva remitida al máximo mandatario de la ONU "es un recurso desesperado cuando no te queda ninguna vía y estás dando patadas al aire", afirma el profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Nicolás Navarro, para quien la "única vía" que cabría explorar es la de acudir a la Comisión Europea. Así lo ha hecho ya el Ejecutivo autonómico, que la semana pasada presentó dos quejas ante este órgano por el supuesto incumplimiento de la normativa europea por parte del Estado en la aprobación de las prospecciones petrolíferas, debido a su repercusión medioambiental.

Navarro explicó que es "más sensato" acudir a la CE, que vigila si los estados cumplen o no con sus obligaciones hacia la UE. Además, para este experto el Gobierno canario aplicó "incorrectamente" el principio de precaución o cautela. En su opinión, "lo más lógico es apelar al principio de prevención", que se emplea cuando "se sabe con certeza que una actividad tiene riesgo evidente para el medio ambiente y se adoptan medidas preventivas".

El profesor de Derecho Internacional Carmelo Faleh afirmó que Ban Ki-moon "no tiene posibilidad de actuar" y "evitará inmiscuirse" en esta controversia entre el Gobierno central y regional. Con todo, admite que es "inteligente" apelar a la ONU para "elevar la voz en un plano internacional con algunos argumentos válidos", como la apuesta por el desarrollo sostenible.