A la empresa pública Viviendas Sociales e Infraestructuras de Canarias, SAU (Visocan) le ha salido caro su plan de inversión especulativa. Los cinco swaps (producto financiero de alto riesgo) que mantiene vivos con tres entidades -Merrill Lynch, Société Générale y Banco Santander- le han costado ya más de dos millones de euros. Lo peor es que las circunstancias de la economía mundial no invitan al optimismo. Si el euríbor no sube -está en mínimos históricos y todo hace pensar que el Banco Central Europeo (BCE) lo mantendrá en los mismos niveles en el corto plazo-, empeorará la sangría de Visocan. Y lo mismo ocurre si el Índice de Precios de Consumo (IPC) continúa creciendo, cuestión que la evolución del coste del crudo asegura en los meses venideros. El PP pedirá la comparecencia en el Parlamento canario de la consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda, Inés Rojas, mientras Visocan renegocia con los bancos para atenuar las pérdidas.

En plena época de adelgazamiento del sector público, a Visocan le crecen los enanos. Como todas las empresas públicas debió presentar en mayo de este año un plan de viabilidad ante la Consejería de Economía y Hacienda. Entre las medidas contempladas se incluía un expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo a aplicar a 33 de sus trabajadores.

El primero, en 2004

Esta mercantil pública cuenta con más de 30 años de historia y se dedica, entre otras funciones, a la promoción de viviendas de protección oficial para las familias con menos recursos. En 2004, para mejorar la salud de las cuentas se decidió la contratación de un swap con Merril Lynch por cien millones de euros.

Estos productos bancarios complejos se referencian a diversos indicadores económicos. En este caso, según apuntó el diputado autonómico del PP Felipe Afonso, al euríbor y el IPC. De tal modo que siempre que estén por encima de un límite pactado generan beneficios a una parte; por contra, si baja de esa línea aceptada de mutuo acuerdo las arcas que engordan son las de la parte contraria. En ese 2004, con el índice de referencia europeo para el precio del dinero por encima del 2%, Visocan obtenía beneficios. En concreto, recibió en 2005, primer año de liquidación, 353.720 euros. Era una apuesta acertada.

El problema, explicó Afonso El Jaber, es que el plazo de amortización es largo, "llega en algunos casos hasta 2019". Y como las circunstancias de la economía son cambiantes, Visocan dejó de ganar unas buenas cantidades para empezar a perder otras mucho mayores. En 2006 obtuvo los mayores beneficios, 370.583 euros. Este año ha pagado las pérdidas más elevadas, 1.077.373 euros. La cuenta de resultados por este tipo de productos a lo largo de los últimos ocho ejercicios acumula las reseñadas pérdidas de 2,1 millones de euros.

"En este caso no se puede argumentar que quienes los contrataron son personas mayores sin ningún tipo de conocimiento de lo que son estos productos", afirmó el parlamentario autónomico popular, en referencia a la comercialización indiscriminada que han podido llevar a cabo las entidades financieras de estos swaps. Según sus palabras, los rectores de Visocan "han metido la pata hasta el fondo y estamos hablando de una empresa que tiene su departamento financiero".

Por eso el Grupo del PP en el Parlamento canario, además de pedir la comparecencia de la consejera Rojas, prepara una iniciativa para evitar que en el futuro "se invierta el dinero público en productos de alto riesgo", tal y como apuntó Felipe Afonso. "Han pecado de atrevimiento con el dinero de todos", expresó el parlamentario por Gran Canaria, quien añadió que este tipo de operaciones especulativas deben realizarse a título estrictamente particular.

En 2004 los swaps eran unos completos desconocidos y aparecían como productos de alta rentabilidad. La remuneración fija por el depósito, más el beneficio derivado de los propios swaps, los hacían atractivos. De hecho, Visocan ingresó dinero durante los primeros cuatro años de vigencia. A partir de 2009, las tornas cambiaron y los resultados negativos comenzaron a acumularse de modo exponencial.

En la actual situación, a Viviendas Sociales e Infraestructuras de Canarias, SAU, no le queda otra salida que negociar con los bancos en posición de debilidad para aminorar la vía de agua por la que se escapa su presupuesto. Los continuos recortes en las cuentas gubernamentales y empresas públicas de la Comunidad Autónoma anuncian además la práctica imposibilidad de mantener hasta 2019 la pérdida continuada de fondos.

Hasta la fecha son esos 2,1 millones de euros los que se han perdido, pero en el primer trimestre de 2013 habrá que hacer frente a la liquidación de los intereses derivados de los swaps, que de nuevo volverán a suponer un duro golpe para la caja de la sociedad mercantil pública.

Además, si en 2012 tuvieron que abonarse 1.077.373 euros, la evolución del euríbor y el IPC en los últimos doce meses anuncia que la cantidad no será inferior. En el escenario de adelgazamiento de lo público, que según el PP es aún tímido en el aparato autonómico canario, la única presión que pueden sentir las entidades financieras es una posible entrada en concurso o disolución de Visocan, lo que acarrearía una importante quita de la deuda que esta mantendría en dicho momento con ellas.

"Todos conocemos la alta volatilidad que tienen este tipo de productos financieros, por lo que si alguien quiere especular con ellos debería hacerlo solo con el dinero de su bolsillo", advirtió Felipe Afonso El Jaber.