"España no acaba en Cádiz, allí acaban los gobiernos con sentido común", así comenzó su alocución el popular Miguel Cabrera y fue un no parar de guantazos dialécticos con mayores, menores o nulas gracia y procedencia. Y para la parte socialista del Gobierno también hubo: "Viendo que el PSC se ha tragado la censura a Abubukaka ya me creo todo". Para entonces Cabrera Pérez-Camacho no sabía que Willy García se la envaina y emitirá mañana en su tele lo que nunca debió dejarse de emitir.

Nacionalistas y socialistas lo intentaron de todas las maneras posibles. En los pasillos, José Miguel Pérez (PSC) ofrecía a los populares tomar el peor presupuesto canario de la historia y sumarle o restarle la variación de las cuentas del Estado para 2013. José Miguel Barragán (CC), este desde la tribuna, se "arriesgó" a olvidarse de todo si el PP se sumaba a la propuesta de resolución que aboga por dejar de abonar la compensación del desaparecido IGTE a Madrid.

"El portavoz en ocasiones especiales" del PP, que así lo bautizó el presidente Paulino Rivero, no descarriló. Alcanzó momentos de eficiencia cuando criticó el cierre del servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Materno-Insular. Ahí debió parar, pero se deslizó por la archivisitada pendiente del cierre de la tele canaria y la poli autonómica.

Eso que para entonces La Nuestra todavía no le había censurado. Le chivaron sus correligionarios que no estaba saliendo en la tele. Y cierto era, por lo que entabló una bizarrita discusión con el presidente del Parlamento, Antonio Castro Cordobez, al que solicitó amparo por el desmán que se cometía con él.

La cháchara duró el tiempo que tardó en recuperarse la señal. Ahí arrancó su segunda intervención, en la que elevó "el sainete" a categoría de hoja de parra: "Tienen muchas vergüenzas que tapar", enfatizó dirigiéndose al Gobierno.

La Televisión Canaria emitió un comunicado en el que atribuyó las pérdidas de señal a sendos problemas de índole técnica.