20.463 sudamericanos hacen la maleta ahuyentados por la crisis en Canarias
El 35,73% de los extranjeros residentes en el Archipiélago no tiene trabajo. Las restricciones legislativas y el mayor control del Gobierno incentivan el retorno

20.463 sudamericanos hacen la maleta ahuyentados por la crisis en Canarias / LP
Haridian Mederos
Otra vez con la maleta a cuestas. Con los sueños rotos y el desengaño en sus rostros, unos hacen el equipaje para regresar a casa, otros prueban suerte en un destino nuevo. La crisis en Canarias se ceba con los inmigrantes, especialmente con los sudamericanos. Un total de 20.463 latinos han huido del Archipiélago desde que comenzó a empeorar la economía en 2008.
Sólo en el último año han salido ahuyentados 11.067 extranjeros, 5.300 de ellos oriundos de América. Este descenso concuerda con la caída de la población residente, que ha bajado en 4.999 personas hasta los 2.113.345, tras descontar el alza de 6.068 nacionales empadronados. Es la primera vez que baja tanto el número de foráneos afincados, según revelan las estadísticas del INE desde 1996.
Las expectativas de los economistas son demoledoras: el paro no cesará de crecer en esta comunidad autónoma, donde ya alcanza el 34,27%, muy lejos del 10% de hace seis años, en época de bonanza. El análisis asusta, sobre todo, a los foráneos. La mayoría se encuentran solos y, como ellos mismos reconocen, cada vez son más conscientes de que para "pasar hambre" en tierra extraña es mejor retornar y sentir más cerca el calor de sus familias.
Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa son elocuentes: la tasa de paro de los extranjeros ha pasado en Canarias del 10,73% en el primer trimestre de 2007, en pleno apogeo económico, al 35,73% en la actualidad. En términos absolutos, se ha aumentado de 18.900 desempleados extranjeros a 81.200.
Sin oportunidades
No sólo la inactividad económica justifica la salida de extranjeros. Existe otro factor importante: la caducidad de los permisos de trabajo y de residencia, resalta el sociólogo Miguel Guerra. La amenaza de una orden de expulsión, la falta de oportunidades laborales y la supresión de ayudas sociales son determinantes. "La política del Gobierno español es de más control que antes", añadió el exresponsable del Centro de Estadística y Documentación de Canarias y del Istac.
No obstante, la marcha de latinoamericanos se ve contrarrestada con la incorporación de más europeos, africanos y asiáticos. En la actualidad hay en las Islas 66.852 americanos, de los que 50.235 proceden del sur de este continente. A 1 de enero del año 2000 había registrados 9.797 sudamericanos y, debido sobre todo al reagrupamiento familiar, la cifra fue in crescendo hasta el pico máximo de llegada (70.698) a enero de 2008, que después se fue hundiendo.

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Desde ese año, en que se notaron los primeros síntomas de la crisis, han llegado más de 29.759 ciudadanos de otros países de Europa hasta los 185.253, si bien en el último año se han ido 5.237. Por su parte, también respecto a 2008 ha aumentado la llegada de africanos y asiáticos, en 2.655 y 2.943, respectivamente. No obstante, en 2012 970 africanos decidieron partir.
El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, ha abogado en numerosas intervenciones públicas por limitar la inmigración como vía para reducir el paro en Canarias. En sus discursos insiste en que 178.574 extranjeros se han establecido en el Archipiélago en los últimos diez años. De ahí que apueste por determinar "ciertos límites" a la llegada de nuevos activos.
La libre circulación de personas que asiste a los ciudadanos de la UE favorece que estos consigan más trabajo que los extracomunitarios, aduce Miguel Guerra, que indica que aun habiéndose reducido la población extranjera -tendencia que persistirá- se está compensando con más sujetos comunitarios. Enlaza la emigración de sudamericanos con sus mayores dificultades para encontrar trabajo debido a su baja cualificación, ya que en su mayoría estaban empleados en la construcción, la agricultura o el sector servicios.
Las restricciones del Gobierno central para las tarjetas sanitarias a los inmigrantes y la legislación para regular a las empleadas de hogar, tarea a la que se dedicaban muchas extranjeras, son algunas de las decisiones legislativas que también motivan el adiós a Canarias, según el sociólogo Gonzalo Rodríguez. Precisó que el 14,2% de los habitantes en las Islas son extranjeros: el 62% europeos, el 22,3% americanos, el 10% africanos y el resto asiáticos.
Entre los europeos, el 22% son alemanes y figura el mismo porcentaje de británicos. En todo caso, se ha producido un descenso de ambas nacionalidades en el último año, al registrarse una bajada de 4.077 germanos hasta los 41.503, y 2.016 británicos menos al pasar de 43.100 a 41.084. Se trata, en general, de un turismo residencial e influye que empleados nativos de ambas zonas se ven afectados por la debilidad del sector turístico. En cambio, desde 2008 se ha elevado el número de italianos y rumanos hasta los 32.539 y 8.743, respectivamente.
En el caso de Sudamérica, es significativa la merma de 6.282 colombianos, al variar de 21.798 a 1 de enero de 2008 a 15.516 en los recientes datos del Istac. La historia se repite en el caso de los argentinos, venezolanos, ecuatorianos y uruguayos.
A juicio del profesor de Sociología de la ULPGC Gonzalo Rodríguez la carencia de empleo es clave para migrar, así como el riesgo de perder servicios sociales, sanitarios y educativos "amenazan el saldo vital personal", es decir, la calidad de vida. Añade que la economía emergente en zonas de Sudamérica, como Colombia y Brasil, resulta también atrayente.
Tanto es así, que los consulados atienden cada vez más solicitudes de vuelta. "Están deseosos de salir, pero no tienen dinero para el viaje y ése es el principal contratiempo", aseguran en una de las oficinas. De hecho, éste es el principal obstáculo al que se enfrenta Ricardo Escalona, cuya familia lleva doce años en Tenerife y está ahorrando para la mudanza, pero "no es fácil". Pagar un container les cuesta 2.500 euros, más otros 2.500 en impuestos, sin contar los billetes de avión. Escalona, ingeniero de Caminos, de 39 años y padre de tres niños, trabajó primero en radio en las Islas y durante cinco años en un hotel de Guía de Isora hasta que hace tres meses quedó en el paro. Su esposa tampoco trabaja desde hace muchos años, por lo que han decidido regresar a Venezuela. A pesar del "desconcierto social" allá, Escalona está seguro de que encontrará trabajo "con más facilidad". No obstante, reconoce que "hay dos cosas que no tienen precio: la seguridad y la tranquilidad que hay en Canarias. En Venezuela se vive el día a día y con zozobra".
Él cobra 800 euros de prestación, de los que 500 van para el alquiler y el resto para agua, luz y comida. Entrega currículos, pero "las puertas se van cerrando y ni siquiera se puede montar un negocio porque el alquiler del local y los tributos se lo llevan todo. Prácticamente estás atado. Por más que uno no quiere irse, hay cuestiones que te obligan", apostilló Escalona, uno de los 9.174 venezolanos asentados en las Islas, 2.784 menos que a 1 de enero de 2008.
También el ecuatoriano Fernando Coello ultima los preparativos para viajar a Suiza. Se irá en cuanto consiga el dinero suficiente para pagar su pasaje. Hace ocho años que pisó Canarias tras la llamada de uno de sus hermanos y, aunque no quiere irse, se siente forzado. "No volveré a mi país por la delincuencia. En Europa hay muchas más garantías", aduce Coello, que dejará en Vecindario (Gran Canaria) a su mujer Bibiana Vasconez y a sus dos hijos, Daniel y Guillermo, de 11 y 15 años, hasta que consiga un contrato fijo en la región alpina.
El Dorado
Estuvo trabajando en la construcción y la hostelería hasta 2008. Desde entonces se ha desplazado varias veces a Suiza y Holanda para trabajar, pero en 2012 no pudo por una enfermedad. Coello no siente discriminación para acceder al mercado laboral en las Islas, simplemente "no hay trabajo para nadie", resume. Al principio de la crisis había 6.012 ecuatorianos en Canarias, hoy son 3.575 los registrados en los padrones municipales.
Igualmente se truncaron las esperanzas del argentino José Arias, que arribó a las Islas hace ocho años. Permaneció seis meses solo hasta que trajo a su mujer y dos hijos, que en estos momentos tienen 11 y 13 años. "Tenía un familiar aquí que decía que iban bien las cosas y por eso vine para reunir un poco de dinero y después volver a mi tierra, pero al final vi que era un lugar seguro y trasladé a mi familia", relata este profesional del sector del aluminio. Su esposa trabaja y él lleva un año en desempleo, lo que afecta a su estado de ánimo. Por ello en octubre o noviembre abandonarán su hogar en el Sureste de Gran Canaria rumbo a Santiago de Chile, a 400 kilómetros de Mendoza, su ciudad natal ubicada en Argentina.
"Empezar de cero otra vez es muy difícil, me duele mucho tener que irme, pero aquí la coyuntura está terrible para todos", remarcó Arias. Esta familia venderá sus dos vehículos y ahorrará dinero para poder volar. Aquí dejarán sus recuerdos y enseres. "No conviene llevarme las cosas porque el contenedor sale muy caro", reconoce este inmigrante, que opina que en terreno chileno "habrá más puestos de trabajo".
Arias es uno de tantos argentinos que han optado por el éxodo. De los 10.159 que acogió Canarias hasta el 1 de enero de 2008, se han rebajado a los 6.623, esto es 3.536 menos. La oficina consular de Argentina en Tenerife recibe "a diario" a compatriotas que solicitan información para reanudar su vida allí.
El país gobernado por Cristina Fernández de Kirchner aplica la Ley del Retorno, que posibilita que quien reside más de dos años fuera y quiere volver puede regresar con todos los bienes que conforman su hogar sin tener que pagar ningún canon arancelario en Argentina. Es una medida a la que se puede recurrir una vez cada siete años y "una manera de colaborar para que el traslado no sea tan brusco", explica el cónsul Pablo Antonio de Angelis.
La situación en las Islas es "insostenible", incide el marroquí Tarik Ennahaji. En 2012, fueron 410 sus compatriotas que se dieron de baja en el registro municipal, donde hay inscritos 18.893.
Ennahaji, de 35 años, lleva 13 en Vecindario. Vino de vacaciones a visitar a un familiar y al final fijó aquí su hogar. Ha trabajado en hoteles y en el ámbito de la seguridad, pero hace ya un año y medio que no encuentra empleo. En su horizonte se abren tres caminos posibles: Francia, Holanda o Barcelona. "Ojalá no tuviera que irme". Canarias ha dejado de ser el Dorado.
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