El libro está escrito en su mente desde hace mucho tiempo: un Archipiélago con final feliz. Por sus páginas describe una metáfora turística cuyo epicentro nace en Puerto de la Cruz, en la isla de Tenerife; entre sus líneas se lee un nuevo concepto del negocio canario por excelencia basado en la modernización y la cultura y sus imágenes ilustran una ciudad norteña abierta a las bibliotecas y a las exposiciones de arte, con colas para entrar en el Jardín Botánico y miradores hacia la Playa de Martiánez. Juan Cruz, escritor y periodista nacido en el mismo pueblo para el que narra un nuevo renacer, traza los párrafos de la Canarias que le gustaría ver dentro de 30 años. Un tierra donde las crónicas y las novelas se relaten en torno a su historia más reciente, en la que el progreso sustituya los puntos finales y donde la protagonista sea, simplemente, su belleza natural.

La pluma de Juan Cruz compone una visión próspera del Archipiélago sustentada en la renovación del turismo, su principal motor económico. "Vender una nueva imagen de las Islas donde no solo se disfrute del sol y la playa sino también de su historia, su cultura y su naturaleza", propone el tinerfeño. Habla de apostar por la educación, por la industria turística y la agricultura. Nada nuevo. "Se trata de modernizar nuestros grandes pilares", aclara Cruz. Y editar así una nueva obra de Canarias.

"Metáfora de un concepto"

Porque la tierra que le gustaría disfrutar dentro de unos años al periodista afincado en Madrid es un versión innovadora de lo que ya es ahora. "Me encantaría ver a Puerto de la Cruz como una metáfora de un nuevo concepto de turismo, con museos, arte, hoteles pequeños y bien acondicionados, pleno empleo...", describe Cruz. Y donde también haya espacio para las grandes hazañas y personajes de su historia más reciente. "Es increíble que la casa de Viera y Clavijo no sea un museo o que Pérez Minik no tenga una calle a su nombre. Tenemos que cambiar la forma en que explicamos nuestra cultura", destaca el portuense.

Parece un sueño demasiado optimista. Una utopía tal vez. Cruz lo niega, incluso de manera tajante. "Se puede lograr fácilmente", asegura convencido. Solo hay que saber qué letras y frases escoger. "Adiestrar al canario para que elija gestionar de forma moderna su principal riqueza: la belleza de las Islas", detalla el escritor. Es decir, ampliar la red de bibliotecas, apoyar a las entidades culturales, impulsar los gabinetes literarios o fomentar colecciones interesantes. "Tenemos un enorme potencial que no se está explotando en absoluto", afirma otra vez rotundo un convencido Cruz.

Considera el periodista que "lo mejor está por hacer". "El día en que se acabe esa estúpida riña insular y los canarios consideren que provienen del mismo tronco y se dirigen a la misma orilla, habremos conseguido avanzar muchísimo", destaca. Habla de que el proyecto para el futuro de Canarias no entienda de ideologías ni colores. Pero, mientras su deseo no se cumpla, se seguirá perdiendo "mucha energía en barrancos innecesarios".

Cosas bien hechas

Aunque escribe, sobre todo, de un porvenir positivo, Cruz no olvida hacer resumen de los buenos capítulos que se pueden rescatar del presente, en plena época de recesión económica. "La crisis ha puesto de manifiesto las cosas que se hicieron bien en el pasado", apunta el escritor. Se refiera a haber construido una sanidad de calidad y una sociedad donde se puede protestar, denunciar, señalar al corrupto y exigir al político. "En nuestra tierra podemos gritar que estamos descontentos, algo que hasta hace unos años, no era nada fácil", resalta el tinerfeño.

Habla también de un patrimonio universitario importante. "El hecho de que haya dos universidades en Canarias es un hito fundamental", afirma Cruz. Aunque lo que considera aun más importante es que la guerra haya dado paso a la colaboración incondicional. "Tenemos que estar muy orgullosos de que las dos instituciones académicas se apoyen y luchen juntas por dar un gran futuro educativo a las nuevas generaciones", explica el escritor. Pero añade una línea más: "ojalá perciban la ayuda que la sociedad necesita para avanzar".

Cierra el libro. En su contraportada una fotografía de Puerto de la Cruz repleta de turistas. Una visión de la industria de siempre como nunca se había llevado a cabo en Canarias. Un frase final: "dedicar el mismo esfuerzo que se gasta en el pleito insular a solventar las necesidad que tiene el Archipiélago". El autor de la obra la da por finalizada.