Luis Cobiella Cuevas, primer Diputado del Común de Canarias, falleció ayer en La Palma, su isla natal, a los 88 años de edad tras una larga enfermedad. Cobiella, nacido en 1925, además de realizar la labor de diputado del Común entre 1986 y 1991, fue un referente para la cultura y la educación canaria, desde sus facetas de compositor, escritor y docente y entre sus distinciones más importantes destacan la del Premio Canarias de Bellas Artes, en 2002, e Hijo Predilecto de Santa Cruz de La Palma.

La aportación creadora de Luis Cobiella ha sido muy amplia y versátil. Como compositor escribió más de un centenar de obras clásicas, tanto de cámara como sinfónicas, muchas de ellas inspiradas en motivos populares de su entorno. Especial énfasis puso en la composición de la música orquestal, coral y solística para los carros alegóricos de las bajadas lustrales de la Virgen de las Nieves, fiesta principal y muy tradicional de su isla, así como la de las danzas y contradanzas que acompañan los subsiguientes actos solemnes de la misma.

Como literato, compuso también los textos teatrales alegóricos para dichos actos, algunos editados por el Gobierno Autónomo. Fue también un consumado poeta, con varios libros editados o escritos. Ensayista, su pensamiento nutre las páginas de los periódicos en que colaboró. Como musicólogo se inició con una disección magistral del folclore de La Palma, editada en la Revista de Historia de la Universidad de La Laguna en 1948, y puso su mayor afán, al interesarse por la comunicación en la obra de Richard Wagner, en el análisis y difusión de su obra, que analizó pormenorizadamente y sobre la que tiene escritos varios trabajos de mucha enjundia. En el aspecto profesional destaca su labor como director de la compañía de electricidad Riegos y Fuerzas de La Palma SA, más tarde absorbida por Unelco, en cuyo desempeño realizó el proyecto básico de electrificación de la isla de La Palma. Ejerció como profesor de enseñanzas medias, impartiendo clases de Matemáticas, Física y Química, Ciencias Naturales, Literatura e Historia de América.

Las muestras de condolencia se sucedieron durante todo el día de ayer desde los ámbitos políticos, culturales o científicos de Canarias. La presidenta del Cabildo de La Palma, Guadalupe González Taño, destacó que Luis Cobiella siempre fue una referencia para la sociedad de la isla, alguien a quien recurrir para una consulta, para pedir su colaboración y para aprender de él. "La historia ya reconoce a este ilustre vecino de La Palma. Su aportación, siempre brillante, en diferentes y numerosos campos, permitirá que generaciones venideras sigan conociendo a este palmero, caracterizado por su humildad y sencillez", aclaró. "Ahora es su adiós. Adiós al ilustrado y al renacentista, al padre y amigo, al Maestro", señaló la presidenta del Cabildo. El Gobierno de Canarias ha mostrado "su enorme pesar y tristeza" "una de las figuras de creación musical canaria del último siglo, y pilar fundamental del desarrollo cultural en La Palma".

El diputado del Común, Jerónimo Saavedra lo definió como "una de las personas más importantes de la Historia de Canarias en la segunda mitad del siglo pasado". Saavedra recordó que en la época del franquismo, Cobiella ya dejaba ver sus inquietudes literarias y políticas. "Por eso, cuando llegó la democracia, lo propusimos para el cargo de Diputado del Común en 1985". En el apartado literario, Saavedra lo compara con Fray Luis de León y Góngora, y destaca los discursos de Cobiella de cuando era diputado porque "tenían un nivel superior al normal".

Saavedra recordó que en La Palma fue autor de libretos y música para la festividad del carro alegórico, un auto sacramental que se llevaba por Santa Cruz de La Palma en honor a la Virgen de las Nieves, y que ilustró musicalmente muchos vídeos de promoción de La Palma y siempre colaboraba en todo lo que se le pedía. "Nuestras bisabuelas eran hermanas, así que de pequeño, en mis viajes a La Palma ya teníamos una buena relación. Cuando viví en Mazo, se venía con su esposa Concha Capota a ver las distintas novedades musicales operísticas y las comentábamos". "Era un hombre que siempre estaba al pide del cañón, muy afable, con un carácter muy palmero y tranquilo".