Los críticos de Paulino Rivero dentro de Coalición Canaria (CC) buscan alternativas para hacer desistir al presidente del Gobierno de que vuelva a presentarse como candidato a las elecciones de 2015. Hasta ahora el único nombre que estaba en boca de todos para hacer frente a las aspiraciones de Rivero era el de la diputada Ana Oramas, pero hay sectores del partido que se mueven en otras direcciones y exploran la confluencia con Nue-va Canarias (NC) o intentan convencer a Fernando Clavijo para que sea la tercera vía de los nacionalistas frente a la pugna entre Rivero y Oramas.

Los órganos de Coalición Canaria comenzarán oficialmente el debate sobre la candidatura a la Presidencia del Gobierno en junio de 2014, para que el candidato o candidata esté designado en otoño. Los nueve meses que quedan hasta entonces serán "un combate por debajo de la mesa", aseguran fuentes de CC conocedoras de la situación. Lo que hace Melchior desde el congreso que eligió al tándem Rivero-Barragán es "escenificar su manera de hacer las cosas", añaden las fuentes nacionalistas. El objetivo es "convencer" a Rivero para que no se presente aunque unos lo prefieren hacer a viva voz, como el presidente del Cabildo tinerfeño, pero otros -la mayoría- prefieren desgastar la figura política de Rivero internamente y con mensajes sobre el riesgo de una fractura en la formación nacionalista.

Rivero se encuentra en minoría dentro de la formación nacionalista. Si se decidiera a día de hoy la candidatura de CC el presidente del partido contaría solo con un tercio cerrado de los apoyos. El líder nacionalista se enfrenta al reto de recabar más respaldos en las diferentes islas que le garanticen la mayoría suficiente en el seno de la formación y ese objetivo se encuentra aún lejos porque las divisiones se han acentuado en Lan-zarote, Tenerife y La Palma, mientras que en Fuerteventura y Gran Canaria el respaldo a Rivero tampoco es unánime.

En este escenario revuelto tampoco Ana Oramas cuenta con el respaldo suficiente para ganar con suficiencia a Rivero. La diputada y exalcaldesa de La Laguna contaría con el apoyo de una parte importante de la organización de Tenerife y el sector mayoritario de La Palma que controla Antonio Castro. En el resto de las Islas Oramas no despierta aún respaldos cerrados, por lo que se tendrá que trabajar a las organizaciones insulares si quiere superar a Rivero, que cuenta con la ventaja de la Presidencia para moverse en todas las islas y presionar en un momento determinado para concitar apoyos.

Ante esta tesitura los movimientos internos se incrementan. Los próximos meses hasta junio son claves para determinar el nivel de las fuerzas de cada candidato, pero también si pueden fructificar otros escenarios que se están dibujando para evitar una espiral de división que perjudica a la formación nacionalista frente a su rival directo en las elecciones de 2015, es decir, el PP, que sí da una imagen de unión ante la ciudadanía.

Otras opciones

Es aquí donde surgen las otras opciones que se están barajando. Por un lado hay una corriente, respaldada también por sectores de las islas orientales, que ven al alcalde de La Laguna y líder de CC de Tenerife, Fernando Clavijo, como la figura emergente y renovadora que necesita la formación nacionalista. El dirigente tinerfeño no quiere dar el salto a la política regional porque sus aspiraciones pasan primero por el Cabildo de Tenerife, si bien en esta institución se puede topar con el candidato de Melchior, Carlos Alonso. El intento de convencer a Clavijo busca romper la dinámica entre Rivero y Oramas con el fin de llegar a una tercera vía de renovación y una figura que no está "quemada".

La otra opción está aún verde y ya no depende solo de CC sino también de Nueva Canarias (NC). La formación que lidera Román Rodríguez no solo recibe "mensajes" del sector de Rivero, sino también de sus opositores. En uno y otro caso el objetivo es sumar votos en las elecciones de 2015 y demostrar más fortaleza tanto frente a los militantes y simpatizantes como ante el electorado.

La lectura interna que se está realizando del movimiento hacia NC es doble: Clavijo quiere un acuerdo con la formación de Rodríguez para demostrar que él puede conseguir la unidad nacionalista y potenciar su figura para lanzarse a la carrera electoral. Pero los apoyos con los que cuenta Clavijo en las islas orientales también barajan ceder la candidatura a Román Rodríguez para contrarrestar la de Rivero y que Clavijo sea el candidato dentro de cuatro años.

En este marco se libera una guerra solapada que ha saltado de nuevo a la palestra por las declaraciones de Melchior en su salida del Cabildo de Tenerife y la respuesta en las redes sociales de Fernando Ríos, hombre de confianza de Rivero y enfrentado a Melchior desde que éste le vetó en la lista que presentó CC en las últimas elecciones generales. El sector que apoya a Rivero trata por todos los medios de contener el debate en los medios para no erosionar la figura política del presidente del Gobierno, aunque tampoco a Clavijo le interesa mucho pregonar las diferencias internas para que su trayectoria no caiga en el fuego cruzado entre unos y otros.

Las otras islas miran con expectación y también se van recolocando en el puzle que es hoy por hoy Coalición Canaria. El ejemplo más llamativo es el de La Palma, hasta ahora con las filas cerradas en torno a Antonio Castro. Sin embargo, han empezado a surgir fisuras porque ya no es solo José Luis Perestelo el que está enfrentado al núcleo duro de CC, sino también el sector procedente de la antigua ICAN. En este río revuelto está intentando pescar Nueva Canarias, que ultima la entrada de este grupo defenestrado por la actual dirección nacionalista que encabezan Juan Ramón Hernández y Guadalupe González Taño.

Aunque pueda parecer lo contrario Rivero no tiene los apoyos mayoritarios en Fuerteventura y Lanzarote. En la isla majorera es Mario Cabrera el principal adalid del presidente del Gobierno, mientras que el secretario insular, José Juan Herrera, mantiene una actitud ambigua. En Lanzarote Rivero centra sus esfuerzos en contar con el respaldo del presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, tras la fuerte división surgida del último congreso insular.

Ahora que El Hierro vuelve a Coalición Canaria, Rivero también se esfuerza en retomar el respaldo de Gran Canaria, cuya dirección se había opuesto a la Ley de Renovación Turística. Son muchos frentes abiertos, pero de aquí a junio el presidente tendrá que esforzarse principalmente en su isla, Tenerife.