El Sahara Occidental cumple hoy 38 años de conflicto sin alcanzar su autodeterminación. El detonante del proceso de descolonización inconcluso fue la firma de los llamados Acuerdos de Madrid el 14 de noviembre de 1975 por España, Marruecos y Mauritania para repartir el territorio entre estos dos países africanos. Desde esa fecha el pueblo saharaui vive dividido por un muro: al Este los campamentos de refugiados en la zona más inhóspita del desierto argelino, y, en el otro lado, el área ocupada por Marruecos.

Con la salida de España del Sahara Occidental comenzó la guerra entre el ejército saharaui y Marruecos que concluyó en 1991 con la firma del alto al fuego. Un pacto auspiciado por Naciones Unidas que implicaba paralizar la contienda tras quince años y celebrar en 1992 un referéndum de autodeterminación, pero éste aún no se ha llevado a cabo por las discrepancias entre ambos bandos. Marruecos rechaza consultar sobre la creación de un posible estado independiente.

El último en intentar aportar una solución pacífica al conflicto es el enviado especial de Naciones Unidas para el Sahara Occidental, Christopher Ross. En octubre se desplazó a Rabat, los campamentos de Tinduf, El Aaiún y Smara y su gira concitó gran expectación entre la población. Si bien, durante su visita 118 saharauis fueron "brutalmente golpeados", denunció ayer la presidenta de la Asociación Canaria de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, Mari Luz Rodríguez.

Si la labor de Ross como mediador fracasa el Frente Polisario no descarta retomar la lucha armada contra el Gobierno marroquí. Así lo aseguró el subdelegado del Frente Polisario en Canarias, Mohamed Said, que acusó al reino alauí de impedir el referéndum e instó a la comunidad internacional a implicarse y evitar el enfrentamiento. En estos 38 años de conflicto han desaparecido más de 500 personas, según el representante de la Federación Estatal de Instituciones Solidarias con el Sahara, Carmelo Ramírez, quien, al igual que el Frente Polisario, exigió la excarcelación de 72 presos políticos saharauis, algunos condenados a cadena perpetua, y el cese de la "represión contra activistas de derechos humanos".

Desde hoy y hasta el domingo Roma acogerá una reunión del movimiento de solidaridad internacional con la causa saharaui, a la que acudirán unas 600 personas.