El cable antiespionaje que en 2016 unirá Brasil y Europa a través de Tenerife se convertirá en un incentivo para atraer empresas del sector de las telecomunicaciones a Canarias. La conexión de fibra óptica a través del Atlántico no solo servirá para complicarle los pinchazos a Estados Unidos (EEUU) a través del acceso a internet y llamadas telefónicas, sino que también fomentará la implantación de entidades especializadas en el Archipiélago, lo que se traducirá en la creación de más empleos cualificados. Así lo aseguraron ayer el presidente insular, Carlos Alonso; el senador y portavoz del PP en el Cabildo, Antonio Alarcó; y el máximo dirigente de la Confederación Provincial de Empresarios (CEOE-Tenerife), José Carlos Francisco.

Los tres consideran que el uso de la isla como puente estratégico para blindar las informaciones de los países europeos y latinoamericanos al no pasar por los sistemas estadounidenses tendrá un efecto positivo en la economía canaria. Mientras José Carlos Francisco destacó que esta obra ayudará a "diversificar y potenciar nuevas actividades" que "crearán puestos de trabajo", Alarcó fue más allá y recordó que el uso de la región como plataforma tricontinental "hay que explotarlo al máximo", y un ejemplo es el desarrollo de este cable submarino, que supone una inversión "importantísima que atraerá negocios".

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