Dos semanas después de su aprobación, el Parlamento entregó ayer oficialmente el plácet al Ejecutivo canario para solicitar al Gobierno central la convocatoria de una consulta popular sobre las prospecciones petrolíferas, autorizadas a Repsol en aguas próximas a Lanzarote y Fuerteventura.

De acuerdo a lo dispuesto en el reglamento de la Cámara, el presidente de esta institución, Antonio Castro, envió al presidente regional, Paulino Rivero, el oficio comunicando el acuerdo del 25 de febrero por mayoría absoluta para someter a referéndum la búsqueda de crudo. El plebiscito cuenta con los votos a favor del Grupo Nacionalista Canario (CC-PNC-CCN), PSC-PSOE y Grupo Mixto (NC-PIL) y el rechazo del PP.

Ahora le toca el turno a Rivero, que debe remitir la petición al presidente, Mariano Rajoy, para su autorización expresa, en virtud de lo dispuesto en el artículo 32.5 del Estatuto de Autonomía.

La intención del Gobierno regional era acelerar la tramitación de la consulta por vía de urgencia. Socialistas y nacionalistas justifican esta iniciativa para "dar voz al pueblo" sobre este conflictivo asunto que afecta al futuro de las Islas.

Si bien el petróleo ayer no protagonizó el pleno parlamentario, sí estuvo presente por boca del diputado del Grupo Mixto y presidente de NC, Román Rodríguez, quien reprochó a Rivero imponer con un "decretazo" la introducción del gas, mientras dice "no" al petróleo. "El gas es más barato y menos contaminante", arguyó el líder de CC.

Por otro lado, el supuesto descubrimiento de petróleo "en la mediana marroquí" vuelve a ser desmentido por el Cabildo de Lanzarote y denunciado como otra maniobra más de confusión hacia la ciudadanía. Las operaciones realizadas por la compañía del Reino Unido Genel Energy están localizadas sobre la plataforma continental de Marruecos, en fondos de poca profundidad, entre 100 y 200 metros de lámina de agua, y no junto a la mediana y en aguas profundas tal y como se ha anunciado.

En cualquier caso, el descubrimiento de crudo en la región, se hallen o no yacimientos, no modifica el rechazo rotundo del Cabildo frente a las islas por los graves impactos que podrían generar sobre la población.