Los diputados y senadores canarios abogan por la transparencia. Los viajes que realizó a cargo del erario público el presidente de Extremadura, José Monago, a Tenerife para ver a su novia entre 2009 y 2011 como miembro de la Cámara Alta fueron posibles porque los parlamentarios no están obligados a declarar ni adonde van ni para qué se desplazan. Es así desde las Cortes Constituyentes en 1978. Tras casi 40 años de democracia la fiscalización del trabajo de diputados y senadores fuera de las Cámaras sigue considerándose como una limitación a su autonomía en su doble labor de legislar y controlar al Gobierno.

Los únicos datos relativos a viajes que se hacen públicos son los de las delegaciones oficiales y se han empezado a comunicar apenas desde 2009, cuando también se aprobó publicar, en las web del Congreso y el Senado, el régimen salarial y las declaraciones de bienes y rentas de los diputados y senadores.

Una información, según coinciden la mayoría de los diputados y senadores canarios, que es insuficiente, a todas luces, según admiten en el PP.

Hay hartazgo, entre los legisladores de las Islas, de sentirse "permanente bajo la lupa del presunto. Somos presuntos corruptos, presuntos vagos, presuntos aprovechados. Nos estamos viendo obligados a estar permanentemente justificándonos", subraya la diputada por Las Palmas, Pilar Grande. La socialista sostiene que sólo arrojando luz sobre cómo se gastan los parlamentarios el dinero público se acabarán las sospechas y aflorará el listado de quienes hacen un uso fraudulento de él.

Con más transparencia se pondrá fin, en definitiva, a la picaresca que existe en todos y cada uno de los partidos, sea del color que sea, admite otro de los consultados. Sin control -y la mesas del Congreso y del Senado no preguntan- es imposible discriminar para qué se viaja: si para desarrollar la actividad parlamentaria, en un acto de partido o por asuntos personales.

La portavoz de CC en el Congreso, Ana Oramas, se suma a quienes reclaman mayor transparencia sobre los gastos que generan los desplazamientos y se muestra a favor de que "se dé a conocer toda la información". No obstante, está convencida de que "en general, la gente es responsable con este tipo de asuntos y tenemos claro lo que se debe hacer".

También el senador herreño Narvay Quintero (CC) apela a la "honradez" de cada compañero en el uso del dinero para desplazamientos. "En mi caso, si contaran saldrían muchos viajes entre El Hierro y Tenerife y la Península, lo raro sería que salieran 32 a Galicia", ironiza el senador en referencia a la cantidad de veces que viajó Monago a Canarias merced a los billetes que le facilitaba el Senado.

Quintero critica que la reserva de los billetes que hacen diputados y senadores no requiera de una justificación previa, porque sí es verdad que "acudimos a reuniones fuera de la demarcación territorial, según las ponencias o las comisiones" a las que pertenezcan.

Reglamentos

Las reglas las establecen el órgano rector de las Cámaras. En su artículo 24 el reglamento del Senado deja claro que "dentro del territorio nacional, los senadores tendrán derecho a pase de libre circulación en los medios de transporte colectivo [tren, avión, taxi o guagua] que determine la Mesa del Senado o al pago, en su caso, con cargo al presupuesto de la Cámara"; respecto al Congreso, el artículo 8 de su ordenamiento señala que los diputados tendrán derecho a las ayudas, franquicias e indemnizaciones por gastos que sean indispensables para el cumplimiento de su función".

¿Cómo pagan los parlamentarios sus desplazamientos? Hay tres formas establecidas, según han explicado los representantes canarios en Madrid, y el funcionamiento es prácticamente el mismo en el Congreso y en el Senado: la más habitual es que se dirijan directamente a las agencias de viajes con sede en las Cámaras parlamentarias que han sido adjudicatarias tras un concurso público -actualmente es el Corte Inglés- y que estas hagan la compra en función del convenio firmado con las compañías de transporte; que hagan uso de la tarjeta visa que se les da al inicio de la legislatura para este tipo de gastos, o bien que adquieran directamente el billete y luego pasen la factura para su abono a la Cámara.

Los senadores disponen además de una tarjeta-taxi con un crédito anual máximo de 3.000 euros, valida para cubrir los desplazamientos en Madrid capital.

En ninguno de los casos, como señala Quintero, se pide justificación. "No comprendo que sea parte de nuestra actividad y se deje sin regular", resume Patricia Hernández, diputada por Santa Cruz de Tenerife y cabeza de lista del PSOE a las próximas elecciones autonómicas.

"La tarjeta que nos dan para los taxis de todo el año, a mí y seguro que al resto de compañeros de Canarias, no nos da para más de siete meses", resume el senador por Tenerife Antonio Alarcó (PP) quien añade que "a pesar de lo que puedan presupuestar desde el Senado, al final gastas de tu propio bolsillo, pero es que hacer política es costoso". "No duele gastar dinero personal porque para eso tengo la vocación política, pero no se está aquí para ganar dinero", insiste el tinerfeño, quien sostiene que "con todo, mantener la Cámara Alta cuesta a cada español solo 1,20 euros al año".

Los desplazamientos en el caso de Canarias suponen un handicap, admite Alarcó, puesto que "los pasajes son más costosos y ya solo salir del aeropuerto eleva el gasto de taxis", argumenta el popular, quien asegura, no obstante, que "hay que hacer política nacional, y no todo está en el trabajo para el territorio la que uno representa, también hay que llevar el trabajo del Senado a otras comunidades autónomas, justifica en relación a Monago.

Cierto, como apunta el senador por Gran Canarias Arcadio Díaz Tejera (PSOE), pero, ahora bien, todo en su medida. "¿Es normal que nos desplacemos fuera de nuestras circunscripciones territoriales?, sí; ¿es normal que los desplazamientos sean siempre a un mismo territorio?, no. Y menos hasta en 32 ocasiones. Yo, como portavoz de Justicia del PSOE en el Senado puedo ir a explicar, por ejemplo, las tasas judiciales a algún colegio profesional, a dos o a tres. Lo que no es normal es que sea siempre al mismo. Más que sea por aburrimiento", señala al tiempo que demanda, también más control por parte de la Mesa.

La senadora por designación del Parlamento canario Pepa Luzardo y el también senador Borja Benítez de Lugo (ambos del PP), coinciden en la obligación de ser escrupulosos con el uso que se da al dinero público. "La frase de que los bolsillos de los gobernantes deben ser de cristal [atribuida al socialista Enrique Tierno Galván] tiene ahora más razón que nunca. Con el dinero privado cada uno puede hacer lo que quiera, lo que considere, pero con el público hay que se muy exquisito. El dinero público es sagrado", sentencia el senador.

Benítez de Lugo propone incluso, en el extremo de la transparencia, que las Cámaras publiquen una relación con los gastos de cada parlamentario y que cada uno se explique. "Ha llegado el momento de las reformas, que todo se justifique porque de otra forma será muy complicado recuperar la confianza en la ciudadanía que los político hemos perdido en los últimos tiempos".

Un ejemplo de cómo se gasta ese dinero es el que pone Luzardo: "¿Porqué nos sacan billetes en business? Yo desde luego desde el primer día me he negado, viajo en turista y si puede ser pido que sea con tarifa reducida que si hay que pagar recargo siempre será menor que un billete de primera aunque se le aplique el descuento del 50% de Iberia establecido por convenio".

Confidencialidad

El entusiasmo por abrir las cortinas de las Cámaras, aunque es mayoritario, cuenta con algún detractor. El diputado tinerfeño José Segura (PSOE) defiende que "se debe respetar la confidencialidad" de los viajes de diputados y senadores. "Es cierto", subraya, "que hay un 1 o un 2% de parlamentarios que se pasan pero rechazo la actitud fascista y facilona de tantos políticos, tertulianos y ciudadanos que generalizan. El parlamentario se tiene que mover por toda España. Si no lo hace se empobrece la democracia", señala al tiempo que se muestra convencido de que "no hace falta más transparencia" sobre los gastos que generan estos desplazamientos. "Lo demagógico, lo miserable desde el punto de vista conceptual, es sumarse ahora a una ola de agresión porque este señor tenía una novia en Tenerife", critica.

En alusión a Monago y al diputado turolense Carlos Muñoz que dimitió el viernes tras admitir que usó los billetes gratis para ver a su novia canaria, Olga Henao (también pareja del extremeños durante dos años y medio, Segura apunta que "a l o mejor hay ocho más que hicieron lo mismo, pero en 40 años de democracia ha habido miles de parlamentarios dignísimos. La corrupción está en todos lados, hay periodistas, políticos y hasta monjes benedictinos corruptos", admite y añade que "a un parlamentario no se le puede someter a un control exhaustivo porque se rompe el principio de confidencialidad".