Usted ya es secretario general de Podemos en Las Palmas de Gran Canaria. ¿Cuál es el siguiente paso?
A partir de ahora toca por una lado perfilar una estrategia electoral que sea ganadora. Tenemos datos de que podemos ganar en Las Palmas de Gran Canaria y echar al 'clan de Soria' del Ayuntamiento. Nos da igual quien sea el candidato del PP porque todos los elige Soria a dedo. A parte de eso la lista será de gente que venga de distintas luchas, del movimiento sindical, del LGTBI, del movimiento vecinal... queremos que sea una lista representativa de la ciudad.
¿Con Ganemos?
No me toca a mi decidirlo, pero Podemos no es Ganemos.
Si se presenta, ¿exigirá ser el cabeza de lista?
No, para nada. Al contrario. Va a ser por primera vez abierta, por lo que da igual a quién propongamos nosotros porque dependerá de los votos de la gente. Mi mayor interés es que la lista sea lo más representativa de la gente que lleva luchando por cambiar las cosas en esta isla y en esta ciudad.
¿La presencia de personas que han militado en otros partidos contradice la regeneración política que ustedes defienden?
Nosotros no despreciamos las trayectorias individuales. No podemos dejar a nadie que quiera cambiar las cosas fuera por su pasado. No sería justo. Hay gente que de toda maneras estaba en la lucha, en opciones minoritarias que ya estaban en posiciones de cambio, y otros como yo que estábamos en partidos mayoritarios, pero a veces uno tiene que cambiar para ser coherente con uno mismo.
Pero en el caso de su plancha hasta ocho personas ya han militado en política.
Es una tercera parte. Pero la verdad es que no hemos querido hacer distinciones de quien ha estado militando en un sindicato 30 años, de quien ha estado en un partido comunista hace 35. Ese ya se fue, no ha estado más. Si Podemos hubiese dejado fuera a la gente que había militado en partidos, hoy en día Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez no serían eurodiputados, ni tampoco Villarejo que dimitió.
¿Cuál va a ser el trabajo del consejo ciudadano?
Armar una candidatura electoral fuerte, potente, de cambio. No venimos a gestionar dos concejalías y entrar en el reparto de la tarta. Venimos a que la tarta sea de todos. Eso significa recuperar lo público y hacer lo que haga falta para que esta ciudad vuelva a ser de todos.
¿Qué recuperaría?
Lo que se pueda. La legislación es muy estricta. No nos permite llegar mañana y expropiar Emalsa, pero si nos permite vigilar las contratas, que ahora no se hace, perseguir el fraude en las empresas que tienen servicios del Ayuntamiento, que ahora no se hace, recuperar el servicio si no se está prestando correctamente. Y si la legislación cambiase a partir de noviembre tras las elecciones estatal, deshacer privatizaciones.
¿Cómo cuáles?
Aquellas que la ciudadanía quiera. Sabemos que hay problemas muy graves en muchas contratas, léase por ejemplo atención domiciliaria o limpieza viaria. Aspiramos que el servicio de aguas tenga control público si Emalsa no enmienda sus problemas. Que lo público sea para la mayoría. Hay muchas cosas que cambiar en esta ciudad , como recuperar los servicios sociales. Y eso también significa que los impuestos y las tasas dependerán del poder adquisitivo, habrá quienes pagarán menos y otros pagarán más.
