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Terrorismo internacional La financiación yihadista pasa por Canarias

Los libaneses vinculados a la yihad recogieron el dinero en Canarias

El millón de euros intervenido en el aeropuerto estaba empaquetado y repartido en maletas

Los libaneses vinculados a la yihad recogieron el dinero en Canarias

Los cuatro libaneses detenidos con un millón de euros en el aeropuerto de Gran Canaria llegaron a la Isla para recoger el dinero y partir el día siguiente rumbo a Turquía tras hacer escala en Lisboa. Si bien se sospecha que el destino final era Líbano. Este es uno de los pocos datos con los que trabaja la Policía Nacional para tratar de comprobar de dónde procede el dinero incautado a estas cuatro personas y adónde iba destinado. La hipótesis con más fuerza apunta a la financiación del terrorismo islámico, si bien desde la Jefatura Superior de Policía de Canarias se asegura que también pudiera ser el blanqueo de capitales.

La cronología de los hechos comienza fuera de las fronteras españolas. La División de Cooperación Internacional de la Policía Nacional advirtió el pasado 28 de enero a los agentes destinados en el Archipiélago de que un ciudadano libanés que podría portar dinero negro para transportarlo al extranjero había llegado aquel mismo día a Gran Canaria y que tenía previsto partir al día siguiente hacia Portugal en un vuelo directo. Los policías comprobaron que esa persona, que supuestamente aterrizó en Gando procedente de otra isla canaria, se hospedaba en un hotel junto a tres compatriotas suyos.

Como tenían conocimiento de a qué hora y en qué vuelo iban a salir del país, los funcionarios del cuerpo de seguridad estatal decidieron esperar a que estos se personaran en el aeropuerto para embarcar en el avión que les iba a llevar en primer término a la capital portuguesa, donde harían escala para seguir su viaje hacia Turquía.

En la terminal de salida los encargados de la investigación, que está bajo secreto de sumario y en la que participan la Brigada de Extranjería y de Información de la Supercomisaría, interrogaron a estas cuatro personas y procedieron a su detención tras comprobar que en sus maletas llevaban algo menos de 250.000 euros en efectivo cada uno. Los fondos estaban repartido en paquetes, junto con ropa que no correspondía con la talla de ninguno de ellos. Trataban así de evitar los diferentes controles de seguridad que se iban a encontrar durante el viaje, según las fuentes.

Desde entonces, la Policía trata de averiguar de dónde procede el dinero y también para qué estaba destinado. Los cuatro arrestados no han dado ningún tipo de detalles tras negarse a declarar en sede policial y ante la magistrada titular del Juzgado de Instrucción 2 de Telde, Virginia Peña, quién el sábado 31 de enero decretó el ingreso en la prisión de Salto del Negro de todos ellos por un presunto delito de blanqueo de capitales y otro de evasión fiscal.

Desde la Jefatura Superior de Policía de Canarias informaron ayer de que con toda probabilidad el dinero procede del narcotráfico y que los apresados, que carecen de antecedentes policiales en España, lo transportaban a la Península Ibérica para blanquearlo. Asimismo, descartaron la implicación de éstos con redes yihadistas. "No hay ningún indicio que lleve a esa posibilidad", afirmaron.

Sin embargo, otras fuentes policiales y judiciales consultadas apuntan a la financiación de la Yihad como la finalidad más probable del millón de euros que llevaban en las maletas. Y lo hacen por la procedencia de los apresados, así como el destino final de los fondos: los países árabes. Coinciden con la Jefatura Superior de Policía en señalar al narcotráfico como origen de la suma intervenida, pero indican dos posibles procedencias: una de ellas es que los libaneses estén ligados a la venta del hachís introducido en las Islas desde los países magrebíes; la otra opción los relaciona con el tráfico de cocaína proveniente de Suramérica.

Dificultades

En cualquier caso, las fuentes reconocen la dificultad que entraña confirmar estos datos debido a que los apresados se niegan a colaborar en la investigación porque además de no hablar con la policía tampoco lo hacen entre ellos. Todo esto provoca que el trabajo para comprobar la procedencia y el destino del dinero sea árduo a pesar de que la Policía cuenta con la colaboración de agentes de otros cuerpos policiales extranjeros.

La labor de los apresados es definido entre los investigadores como "recaudadores" o "pasadores": personas cuya única función en estos entramados es acudir a un destino determinado, quedar con personas para recoger una cantidad de dinero y volver al lugar de origen para ponerlo al servicio de los grupos terroristas armados.

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