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Expertos en Marina Mercante creen que fue un error sacar el barco a alta mar

La espuma hubiese sido más eficaz que el agua para sofocar el incendio en el pesquero, cuyo hundimiento era inevitable al escorarse

El Oleg Naydenov, en alta mar.

Expertos de la Marina Mercante manifiestan sus dudas sobre el procedimiento utilizado desde que el pesquero ruso Oleg Naydenov se incendió en el Puerto de La Luz hasta que se hundió en alta mar a 15 millas al sur de Gran Canaria. Dos cuestiones suscitan un debate que no está claro y en el que hay diferentes puntos de vista: la decisión de sacar el barco del recinto portuario, por un lado, y haber utilizado agua y no otras sustancias para sofocar el incendio en el pesquero cuando estaba atracado en el dique Reina Sofía.

Pedro Anatael Meneses, exdirector general de la Marina Mercante y expresidente de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima, cree que en la gestión de este incidente ha existido una "concatenación de errores" que ha provocado un vertido incontrolado en el mar y un elevado coste económico si finalmente se decide bajar a los 2.400 metros de profundidad en que se encuentra el buque para extraer el fuel o sellar los tanques y evitar más derrames.

Meneses coincide con los bomberos en que se debió utilizar "espuma de alta densidad" para apagar las llamas y no los miles de litros de agua que se lanzaron durante horas en el pesquero y que terminó por escorarlo. La consecuencia de recurrir al agua era la inevitable y es que el barco iba a terminar por hundirse tanto en las aguas del Puerto como en cualquier sitio donde lo llevaran. El que fuera también presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife cree que con el riesgo cierto de hundimiento se decidió sacar al pesquero del Puerto, lo que considera "una medida fácil pero también arriesgada".

El presidente de la Asociación Canaria de Oficiales de la Marina Mercante, Carlos Fumero, coincide con Meneses en que la utilización de la espuma hubiese evitado el escoramiento del buque. Fumero, capitán de navío, advierte que el incendio en un buque no es igual que el siniestro en tierra de un inmueble, por lo que hay que regirse por las circunstancias en que se encuentre el buque, los materiales que hay en su interior y la propia configuración de la nave.

Para Pedro Anatael Meneses, una vez escorado lo óptimo hubiese sido dejar hundir el barco para apagar definitivamente el incendio en la misma zona del siniestro o en un refugio en el entorno portuario con poco calado y fondo arenoso para poder controlar el posible vertido y facilitar los trabajos para extraer el combustible. Con posterioridad se podría haber reflotado sin mayores problemas y con un coste económico más razonable. El plan de emergencia del Puerto dispone de medios para acotar la zona e impedir que el derrame se propague, según Meneses.

Navegación "errática"

El que fuera alto cargo del Ministerio de Fomento tacha de "errática" la singladura realizada por el barco desde que abandonó la bahía portuaria hasta que se hundió a 15 millas de la zona sur de Gran Canaria. Meneses advierte que ahora Fomento se enfrenta a un posible delito medioambiental, que investiga la Fiscalía, y a una cuantiosa indemnización del seguro del armador del pesquero.

Carlos Fumero aclara que la competencia de sacar el barco del Puerto es exclusivamente del capitán marítimo, que depende de la Dirección General de la Marina Mercante. La Autoridad Portuaria de Las Palmas, como el resto de puertos del Estado, cuenta con su propio plan de emergencia pero en materia de seguridad la responsabilidad recae en la Capitanía Marítima. Según Fumero, una vez que se toma la decisión de sacar el buque del recinto portuario sí es necesario alejarlo lo máximo posible de la costa para evitar un "desastre ecológico" de imprevisibles consecuencias.

Por su parte, Vicente Espino, representante del sector de Marina Mercante de CCOO, cree también que hubiese sido más "lógico" que se provocara el hundimiento del pesquero ruso en la bahía portuaria o en una zona anexa con poca profundidad. "Estaba claro que se iba a hundir por la cantidad de agua que se acumuló en su interior", afirma el dirigente sindical.

Con el barco controlado a poca profundidad, el Puerto tiene los medios adecuados para bajar y extraer el fuel y después reflotarlo para la chatarra, según explica Espino. En su opinión, tras el suceso del Prestige ya hay protocolos suficientes para no "improvisar" como ha sucedido en este siniestro porque los planes de emergencia de los puertos prevén este tipo de contingencias.

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