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Entrevista. Experto en Seguridad Internacional

Jesús Núñez: "La respuesta armada para acabar con Boko Haram ha sido un rotundo fracaso"

Este experto acaba de publicar el libro 'Boko Haram, el delirio del califato en África Occidental'

Núñez Villaverde en Casa África. A. CRUZ

¿Cómo surge Boko Haram?

Resulta llamativo que solo a partir del secuestro de 300 niñas se hiciera visible. En primera instancia hay que entenderlo como un movimiento nigeriano, ubicado en los estados del Norte, donde se ha ido generando una clara discriminación y opresión a una mayoría musulmana. En 2002 se tiene constancia de los primeros ataques y en 2009 se agudizó la deriva violenta. El gobierno ha vendido su eliminación en varias ocasiones pero el martes volvieron a atacar.

¿Cuál es su ideología?

Está en la línea del yihadismo salafista. Se compone de varias decenas de miles de personas y se financia a partir de la zakat, o limosna. Su incorporación a la violencia yihadista estableció vínculos con Al Qaeda y Al Shabbaab, que opera en Somalia. Pero, el líder actual, Abubaker Shekau, ha mostrado su lealtad a Abubaker al Bagdadi, máximo responsable del Daesh, el autoproclamado Estado Islámico.

¿Comparte sus objetivos?

El Daesh se plantea una opción maximalista en la proclamación de un califato mundial. Boko Haram pretende un cambio radical para que se constituya un Estado basado en la aplicación de la ley islámica en el territorio tribal de Chad, Níger, Camerún y Nigeria.

¿Se conoce el número de víctimas que ha causado?

Se habla de 13.000 víctimas mortales desde el 2009 y hasta 1,5 millones de desplazados.

El presidente Buhari prometió, tras las elecciones, una lucha sin cuartel. ¿Ha tenido éxito?

La respuesta habitual ha sido la intervención armada. Esto se ha saldado con un rotundo fracaso. Parece claro que sin una respuesta con instrumentos económico, sociales y políticos no habrá forma de solucionar el problema en su raíz. Este parte de una realidad de un territorio discriminado y marginado y mientras no se atienda no será posible evitar que exista un caldo de cultivo para la violencia. Ni se ha conseguido liberar a las 300 niñas secuestradas el año pasado. Lo militar debe ser parte de la respuesta, pero no la única que se aplique. Si no se atiende a esas causas estructurales estaremos condenados a un continuo fracaso.

¿Cree que existe conciencia en Europa de esta amenaza?

Tras los atentados de París, con 17 víctimas mortales, Europa se paralizó. Esa semana, Boko Haram mató a 2.000 personas. Sin embargo, no se trató en los medios ni se produjo una respuesta internacional para buscar respuestas a una amenaza bien real. Con lo cual, existe una doble vara de medir. Solo aparecen estos temas sin contextualizar. Esto hace pensar que todo es lo mismo y que Al Qaeda está presente en todas partes, que son violentos y locos y solo quieren matar. Y esto es lo que hay que evitar. No están locos. Saben por qué matan y tienen objetivos claros. Si no respondemos a estos tratamientos estaremos perdiendo la perspectiva y tendríamos que admitir la falta de interés por combatir algo que también nos afecta.

¿Es posible atajar esto o es un movimiento tan arraigado que se ha llegado tarde?

Cabe pensar que estamos a tiempo pero es necesario reconsiderar la estrategia y la implicación de la ONU y de Europa. Nigeria es una potencia y nos interesa a todos que se atienda antes de que se convierta en un problema sistémico.

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