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Un amigo que rompió barreras

"El patrimonio de igualdad que deja Pedro no va a caer en el vacío", destaca el político socialista y coordinador del colectivo LGTB en el Archipiélago, José Antonio Godoy

José Antonio Godoy con Pedro Zerolo en una imagen reciente. LP / DLP

Un cáncer de páncreas truncó ayer la vida del secretario de Movimientos Sociales del PSOE y diputado electo a la Asamblea de Madrid, Pedro Zerolo, adalid de la batalla contra la homofobia y comprometido con la equidad. Un hombre "imparable, un auténtico líder de las libertades civiles", como evoca su amigo José Antonio Godoy, más conocido como Peri, que destaca que el "patrimonio de igualdad que deja no va a caer en el vacío".

Ayer fue un día desgarrador para todo el socialismo y el colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB). La bandera multicolor de la diversidad marcó la trayectoria política y vital de Zerolo, pero no fue la única enseña que blandió. Su misión innata era erradicar cualquier signo de discriminación, bien por cuestiones de género, orientación sexual o de color de piel. Se dejaba guiar por su corazón y defendía con ahínco toda causa que considerara justa.

Estaba convencido de que "la política es el arma de la democracia". Así se lo reiteró en diciembre a Godoy, consejero socialista en el Cabildo grancanario y coordinador regional LGTB, que viajó a Madrid en Navidad para acompañarle en una de sus múltiples conferencias. Porque, a pesar de su enfermedad, Zerolo seguía al pie del cañón.

Ante medio centenar de personas en la agrupación socialista de San Blas, en la periferia madrileña, el dirigente tinerfeño habló de laicidad, federalismo y de la necesidad de ofrecer "más que nunca un discurso político". Muy elocuente, todo lo transmitía con tal convencimiento que daba la impresión de que "no tenía ninguna duda de la causa por la que creía y sus palabras enganchaban fácilmente", subraya emocionado Godoy, que insiste en que Zerolo "no era un hombre de pose o postureo ni de verdades absolutas ni chiítas, sino un demócrata".

De hecho, a lo largo de su vida demostró su tenacidad y su capacidad de entrega absoluta para tumbar tabúes sociales. "Rompió barreras que parecían inquebrantables", resalta el máximo portavoz de LGTB en el Archipiélago. No en vano, Zerolo fue uno de los impulsores de la aprobación del matrimonio igualitario. El 30 de junio se celebrará el décimo aniversario de su legalización. Además, feminista empedernido, fue uno de los promotores de la ley integral contra la violencia de género en la época del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Conciliador y dialogante con sus adversarios, Zerolo desprendía una energía pura y una vitalidad con las que afrontó cada uno de sus retos en pro de la emancipación personal, porque, al fin y al cabo "ahí radica la felicidad", como dijo en innumerables ocasiones.

Con su actitud "Pedro le ganó segundos, minutos, horas y meses a la vida. Su causa le dio mucha fortaleza para batallar hasta el final", incide Godoy, que está seguro de que "un ejército recogerá el testigo" de su amigo, que peleó con su voz por los avances hacia una sociedad plural e inclusiva. Por ello, "España le debe mucho a Pedro Zerolo".

En el Parque de Santa Catalina, en la capital grancanaria, en las calles de Chueca y en un sinfín de rincones del país, ayer se le rindió un homenaje. Su capilla ardiente se instaló en el Patio de Cristal de la Casa de la Villa, un espacio, antesala del viejo salón de plenos del Ayuntamiento madrileño, que acogió el 4 de enero de 1920 el féretro de otro insigne canario, el escritor y político Benito Pérez Galdós. Ambos han dejado una huella imborrable en la memoria histórica.

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