Las Fuerzas Armadas intentarán aprovechar este viernes los pronósticos que apuntan una mejoría del tiempo en la zona del Atlántico donde se hundió el helicóptero para izar la cabina a la superficie, pero siempre con la prioridad de recuperar los cadáveres de sus tres tripulantes. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, explicó anoche tras confirmar el fallecimiento de los tres militares que se espera que hoy viernes mejoren las condiciones meteorológicas en la zona, pero también precisó que a partir del sábado se espera un empeoramiento.

Durante toda la jornada de ayer, las operaciones vieron entorpecidas por una situación de marejada, con olas de dos a cuatro metros, que impedían izar la cabina con garantías. El Ministerio de Defensa no ha hecho pública la profundidad a la que se encuentra el aparato, pero las primeras batimetrías de la zona donde se produjo el accidente difundidas por el propio Morenés la tarde del siniestro la sitúan entre 40 y 50 metros.

La delegada del Gobierno, María del Carmen Hernández, ya adelantó ayer por la tarde que los 20 buceadores de la Armada no había dejado de sumergirse en todo el día para tratar de acceder a la cabina, por lo que no se descartaba que pudieran obtener algún tipo de información sobre el paradero de la tripulación, como ocurrió.

Pedro Morenés ha dado instrucciones al equipo de la Armada y el Ejército del Aire desplegado en la zona para que a partir de ahora las operaciones primen la seguridad, en dos planos: no exponer a riesgos a los efectivos que trabajan en la zona y garantizar que la cabina y los tres cuerpos son recuperados. De hecho, una patrullera marroquí transportó ayer a la zona dos grandes redes, que podrían servir para envolver el helicóptero y asegurarse de que nada se desprende de camino a la superficie.

Para izar la aeronave, Defensa cuenta con varias opciones: Desde el mismo viernes, desplazó a ese punto del Atlántico material propio con capacidad para reflotar 12 toneladas y, además, tiene el apoyo del buque noruego "Olympic Zeus", especializado en operaciones submarinas, que dispone de una grúa de 250 toneladas.

La última vez que Defensa tuvo que enfrentarse al rescate de un helicóptero del fondo del mar (en abril de 2014, entre Fuerteventura y Gran Canaria), se pudo recuperar un Superpuma desde 2.362 metros de profundidad, pero el izado sufrió varios percances durante la operación que hicieron que se perdieran para siempre parte de los restos de la cabina y de sus tripulantes. En este siniestro, han perdido la vida el capitán José Morales Rodríguez, el teniente Saúl López Quesada y el sargento Jhonander Ojeda Alemán, pertenecientes al Servicio de Búsqueda y Rescate (SAR) del 802 Escuadrón del Ejército del Aire, con base en Gran Canaria.