La joven de 19 años, de origen marroquí, detenida ayer en la localidad turística de Morro Jable, en el municipio majorero de Pájara, por pertenecer supuestamente a la estructura de la organización terrorista Daesh, estudia en un centro de Formación Profesional en Puerto del Rosario, aunque durante toda la semana se alojaba en la Residencia Escolar de la capital insular. Los agentes de la Policía registraron ayer la habitación donde dormía y algunas dependencias del centro.
El padre de la joven detenida, Hsas Abudrar, señaló ayer a la Agencia Efe que su hija "no tiene ningún problema y que no tiene móvil". El progenitor no pudo aguantar la presión que vivió durante la detención y registro de su domicilio y, con ojos llorosos, apenas pudo articular palabras ante los periodistas.
La detenida, fue trasladada a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en Puerto del Rosario entre fuertes medidas de seguridad. Agentes armados custodiaban la calle, que fue cortada al tráfico, y los accesos a las dependencias municipales. Tras el registro en la Residencia Escolar, a escasos metros de la comisaría, que duró en torno a unos 40 minutos, la detenida fue introducida posteriormente en el interior de la comisaría acompañada por un numeroso grupo de agentes que extremaron todas las precauciones para que no se le viera el rostro y que nadie pudiera acercarse a la detenida. Tras el interrogatorio inicial en las dependencias policiales fue trasladada hasta el aeropuerto internacional de El Matorral donde viajó hasta Madrid a bordo de un avión de uso del Ministerio del Interior.
La joven magrebí vive con sus padres y con dos hermanas menores de edad en Morro Jable. El matrimonio reside desde hace 20 años en Fuerteventura y trabaja en el sector turístico, según indicaron los vecinos, que han comentado que la joven cuando salía a la calle lo hacía siempre acompañada de su propia familia.
Además, los vecinos reconocieron que su padre la acompañaba todos los lunes a primera hora de la mañana hasta la parada para coger la guagua que la llevaba a Puerto del Rosario donde permanecía hasta el viernes.
Los vecinos de la calle Maxorata, donde reside la familia marroquí en una vivienda de alquiler, aseguraron ayer, que "son una familia normal, totalmente integrada y que se dedicaban a sus hijos y su trabajo".
