La dirección de Podemos trata de contener la crítica interna para no agravar el desconcierto de la formación después de que los resultados del domingo quedasen muy lejos de los previstos por las encuestas. Pablo Iglesias hizo ayer una llamada al orden interno ante las críticas de algunos dirigentes que cuestionan tanto la estrategia de campaña del partido como la alianza con IU. Además de calma y responsabilidad para no favorecer a los adversarios políticos pidió "prudencia, mesura y templanza".

Iglesias respondía así a las críticas del cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, a la campaña electoral dirigida por Íñigo Errejón y a la dudas de la vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra, sobre la bondad de la unión con IU. "No es serio que alguno intente arrimar el ascua a su sardina a toro pasado", apuntaba Iglesias ayer en una entrevista televisiva para advertir de que "los análisis en caliente y sin datos científicos que los respalden no son convenientes". Para el líder de Podemos hay que evitar una lectura equivocada de las causas que han llevado a la coalición de Podemos e Izquierda Unida a perder más de un millón de votos en las elecciones. Para analizar ese descalabro "más tarde o temprano" se convocará una Asamblea Ciudadana.

Como ya lo hiciera en la víspera el secretario de Organización, Pablo Echenique, Iglesias cargó contra las empresas responsables de las encuestas que vaticinaron que Unidos Podemos sobrepasaría al PSOE y que, a su juicio, han perdido toda credibilidad. "Ahora toca parar el balón, levantar la cabeza, analizar con calma y recordar que tenemos más de cinco millones de votos y tenemos que trabajar para defender a la gente", insistió, con el convencimiento de que su llegada al Gobierno es "cuestión de tiempo".

El sector anticapitalista de Podemos defiende que el partido asuma su papel de oposición sin buscar ninguna posible alianza. "Es el momento de delimitar claramente los campos políticos: ninguna combinación de gobierno de las posibles es la nuestra y nos toca pasar a la oposición y construir con firmeza, (...) utilizando los parlamentos como caja de resonancia de los de abajo, levantando una confluencia que no sea sólo una alianza de partidos, sino una alianza social entre la clase trabajadora y las clases medias", aseguraban ayer en un comunicado los anticapitalistas de la formación morada, sector del que proceden, entre otros, el eurodiputado Miguel Urban y la secretaria general del partido en Andalucía, Teresa Rodríguez.

Para ellos, lo que toca ahora es abrir "un proceso de construcción popular por abajo" para fortalecerse y prepararse "para las próximas batallas".