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Emilio Moya orientó a Ramírez tras la reunión del empresario con el juez Alba

El presidente de la Audiencia de Las Palmas animó al dueño de Ralons a seguir adelante al conocer los planes contra Rosell

Emilio Moya orientó a Ramírez tras la reunión del empresario con el juez Alba

¿Aconsejó Emilio Moya a Ramírez cómo maniobrar contra Rosell o sólo le siguió la corriente cuando el empresario le reveló la conversación mantenida con Salvador Alba en su despacho de la Audiencia de Las Palmas? La incógnita deberá despejarla el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) tras analizar la transcripción de la polémica grabación, pero las frases sueltas que se oyen en la charla revelan que el presidente de la Audiencia de Las Palmas, Emilio Moya, orientó a Miguel Ángel Ramírez al hacerle éste cómplice de su plan para lograr un trato de favor en una causa por fraude fiscal, todo ello a cambio de ofrecerle a Alba información comprometedora sobre Victoria Rosell, la juez que comenzó a instruir la causa en la que es investigado el propietario del Grupo Ralons y presidente de la UD Las Palmas.

La conversación completa, que está en poder de la Guardia Civil para su volcado, dura una hora y diecisiete minutos. En ella Moya interviene dos veces: una en la que entra al despacho de Alba para hacer una consulta sobre un juicio, luego saluda a Ramírez y los tres hablan de dos casos de abusos sexuales; y otra a solas con el empresario en su despacho, tras terminar Ramírez la reunión con el juez que en esos momentos le investigaba por un supuesto fraude de 30 millones a las arcas públicas, ya que Alba sustituyó a Rosell cuando ésta dejó el Juzgado de Instrucción número 8 para presentarse a las elecciones. En total son casi siete minutos de conversación en las que se oyen algunas frases comprometedoras.

Y es que desde el primer momento, cuando Moya entra de forma casual en el despacho de Salvador Alba, flota en el ambiente que el asunto a tratar es algo gordo. "Perdón, hombre...", saluda Emilio Moya. "Don Emilio, cómo estamos", responde el empresario. "Tú por aquí", prosigue el presidente de la Audiencia. "Confesándome", añade Ramírez. "Total, total, total", replica Moya. "A ver si buscamos una solución", plantea el empresario. "Total, total, total", repite Moya. "Pero hay soluciones", tercia Alba. "Hay soluciones, sí. Pues hablad, seguid debatiendo", remacha el presidente de la Audiencia de Las Palmas.

Luego los tres siguen conversando, pero no del asunto que Ramírez ha venido a tratar con Alba, sino de dos juicios importantes que ha celebrado la Sección Sexta de la Audiencia de Las Palmas, que es donde imparten justicia Moya y Alba, con alusiones directas al caso del kárate y a los beneficios penitenciarios que están por resolverse. "Sólo te tocan violadores", llega a decir Ramírez a Moya. Los tres, en ese momento, hablan de manera distendida, en el mismo tono coloquial y amigable que impera en toda la conversación.

Después de esos tres minutos y medio de charleta, el presidente de la Audiencia de Las Palmas se despide, vuelve a su despacho, que está al lado del ocupado por Alba, y emplaza a Ramírez a que pase a despedirse cuando termine la reunión con su colega.

Y eso es lo que hace el empresario. "Voy a saludar a Emilio", dice tras acabar con Alba. "El cloquío, el cloquío", afirma el presidente de la Audiencia, que parece salir del despacho para recibir a Ramírez porque oye su voz en el pasillo. Ambos se quedan solos y el empresario desvela sus planes.

Se trata de otros tres minutos y poco de conversación entre susurros que se oyen muy mal, pero en los que restallan frases comprometedoras para Moya, pues desde el primer momento Ramírez centra el debate: "Lo que quiere es levantar para el aire a esta tía", espeta a su confidente sobre las intenciones de Alba respecto a Rosell.

Luego siguen varios instantes de charla ininteligible, con palabras sueltas que revelan los planes para llevar al procedimiento las relaciones comerciales y la amistad que la pareja de Rosell, el periodista Carlos Sosa, tiene con el empresario desde tiempo atrás. Ese dato es importante porque implica que la juez habría podido incumplir su deber de abstención al no renunciar al proceso abierto contra el empresario debido a esos vínculos entre ambos.

Moya parece compartir la confidencia hecha por el empresario, incluso afirma de manera expresa que Rosell debió abstenerse. También le da alguna recomendación relacionada con la Fiscalía y le anima a seguir con sus intenciones. "Con eso sí, pues nada, para adelante", le dice casi al final de ese encuentro fortuito.

La idea de Ramírez (es él quien propone y Alba se muestra de acuerdo) consiste en volver a declarar como investigado para aclarar unos contratos publicitarios apartados por el director financiero de su compañía. En esa declaración, que estaba pactada, es cuando expone sus negocios con Sosa. Luego recula y denuncia el amaño de la declaración.

Los dos jueces, fruto de esos vaivenes, son investigados ahora en el TSJC debido a sus actuaciones en el proceso por fraude fiscal contra el empresario. La instructora, Margarita Varona, ha ordenado transcribir la conversación para determinar si hay más personas implicadas. En la grabación se alude a otro magistrado, Carlos Vielba, y al presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, pero Ramírez asegura que se inventó la amistad con ellos para ganarse la confianza de Alba.

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