Mhamed Ahmedsalem Abdalahe (Villa Cisneros, Sahara Occidental, 1954) se presenta como víctima de la represión del Frente Polisario de 1975 a 1993 y cofundador de la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (Asadedh), colectivo impulsor de la querella por genocidio, asesinatos, torturas y desapariciones ante la Audiencia Nacional. "El Polisario declaró que habían muerto 58 saharauis, pero fueron muchos más, los torturados pasan de los mil y los muertos, más de cien".
Aunque reside entre Francia y El Aaiún (Villa Cisneros durante la colonización española, ahora bajo ocupación de Marruecos), casualmente, Mhamed Ahmedsalem se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria al conocerse la citación del presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali, por el juez José de la Mata en el marco de la causa admitida a trámite en noviembre de 2012 tras la denuncia presentada en diciembre de 2007. "Siempre paso mucho tiempo en Canarias", explica antes de detallar que la actual visita se realiza como acompañante de su madre en un desplazamiento por motivos médicos.
Con doble nacionalidad, española y marroquí, Mhamed se muestra "muy pesimista" sobre el proceso judicial contra 28 dirigentes del Polisario y del Gobierno de Argelia. En su opinión, "la Justicia española, desgraciadamente, no está al nivel de lo que pensamos que debería ser la Justicia, ya nos ha tomado testimonio pero falta que actúe como haría en cualquier lugar del mundo democrático, ojalá esté equivocado".
Maniobra de confusión
El consejero de Cooperación Institucional y Solidaridad Internacional del Cabildo de Gran canaria y veterano activista a favor del pueblo saharaui, Carmelo Ramírez, atribuye la denuncia contra el Polisario a una "campaña de intoxicación y confusión" por parte de las autoridades marroquíes.
"No es la primera vez que ocurre, sacan la noticia periódicamente", apunta el también dirigente de Nueva Canarias (NC) después de recordar que la querella de Asadedh se presentó, casualmente, un mes después de que Baltasar Garzón, por entonces juez de la Audiencia Nacional, se considerara competente para investigar a 13 responsables de la Gendarmería Real y de la policía marroquí denunciados por delitos de genocidio y tortura en el Sahara Occidental. "Que digan lo que quieran, ¿de qué nos van a acusar ante el juez? Soy libre de ejercer mis derechos, me importan los derechos humanos y que paguen los que hicieron mal a los saharauis", responde Mhamed Ahmedsalem, que sitúa entre finales del siglo pasado y el inicio de la actual centuria el origen de Asadedh.
Con alrededor de 150 miembros y sede en Cataluña, el colectivo presidido por Ramdan Messaoud emitió ayer un comunicado para mostrar su "satisfacción" por el auto del juez De la Mata y realizar "un llamamiento a todas las fuerzas vivas españolas, especialmente a todas las fuerzas de progreso y renovadoras, para que boicoteen a este individuo [Brahim Gali] que, enarbolando la bandera de la defensa de los derechos humanos, no es más que un sanguinario que bajo su mandato y mando al frente del ala militar del Polisario se cometieron graves violaciones de los derechos humanos contra la población autóctona saharaui". Aunque nunca mantuvo trato personal con el actual presidente de la RASD, Mhamed Ahmedsalem rememora que Brahim Gali ya integraba la cúpula del Polisario desde mitad de los 70 y "no se hacía nada sin previo aviso o mandato del Comité Ejecutivo, la mayoría de dirigentes han sido partícipes y deben comparecer ante los tribunales españoles".
Miembro del Frente Polisario desde finales de 1973, Mhamed Ahmedsalem permaneció preso de su organización en Argelia durante casi un año a mitad de los 70 bajo la acusación de preparar "un golpe de estado" contra el Comité Ejecutivo, aunque "el verdadero motivo es que para ellos, que venían de Marruecos y no del Sahara, toda la gente de las zonas ocupadas tenía que estar en el último rango y no deberían ocupar ningún puesto dirigente".
Durante su cautiverio, relata torturas y asesinato de dos compañeros: "El primer muerto por el Polisario era un saharaui y soldado español de 28 a 30 años que fue torturado hasta morir de la paliza delante mío, y el segundo fue el primer fusilado [del Frente], un joven de 17 años de las tribus del sur de Marruecos que fusilaron a un metro de nosotros para intimidarnos, éramos más de 100 presos y lo tuvimos que ver y después enterrar".
"Un mes estuvimos todas las noches desnudos y atados de pies y manos en el desierto; torturan para obligarte a decir confesiones falsa", recuerda antes de añadir "trabajos forzosos" a la lista de sufrimientos. Encarcelado otros cinco meses en 1988, junto a su madre y una hermana por "una revuelta pacífica contra la opresión", Mhamed Ahmedsalem permaneció bajo vigilancia del Frente Polisario hasta su huida a Mauritania en mayo de 1993 y ahora no se pronuncia sobre un conflicto que debe "acabar lo antes posible, porque no se puede vivir 40 años en el desierto".
