En Canarias es más fácil encontrarse con un perro en la calle que con un jubilado. La moda por tener mascotas se ha convertido en una auténtica fiebre, hasta tal punto que en las Islas se cuentan 545.519 canes, una cifra muy superior al número de personas mayores de 65 años (316.808) y menores de catorce (295.582) que viven en el Archipiélago. La creciente inclinación de la sociedad por poseer animales ha ido acompañada de la aprobación de medidas y leyes para que el trato hacia ellos sea el más adecuado. El Congreso de los Diputados -con el apoyo de PSOE, Podemos y ERC, las abstenciones de Ciudadanos y PNV, y el voto en contra del PP- prohibió recientemente cortar las colas y orejas a los perros, así como seccionarles las cuerdas vocales y extirparles las uñas o dientes, por cuestiones meramente estéticas. Con la adopción de esta norma, España ratifica el convenio europeo de 1987. Canarias cuenta con una ley autonómica de protección de los animales de 26 años, por lo que activistas y protectoras claman por su pronta actualización. El Ejecutivo canario ya ha iniciado la revisión de la norma y espera que en un plazo máximo de un año la nueva ley esté en el Parlamento para su aprobación.
En abril de 1991, el Gobierno de Canarias dio luz verde a una norma que prohíbe el uso de animales en peleas, fiestas, espectáculos y otras actividades que conlleven maltrato, crueldad o sufrimiento. Se incluye como infracción muy grave la organización de enfrentamientos entre perros o de tiro al pichón. Pero debido al alto número de perros registrados que hay en el Archipiélago, existe una fuerte demanda para endurecer las penas contra el maltrato hacia los mismos y reducir ese tipo de espectáculos. Recientemente en Tenerife se ha desarticulado una red que organizaba, presuntamente, peleas de canes. En el marco de la operación policial se han detenido a diez personas y se investigan a otras tantas mientras que las protectoras de animales pudieron rescatar hasta 70 perros en instalaciones situadas en Arona y Güímar.
El Colegio de Veterinarios de Santa Cruz de Tenerife destaca que en Canarias hay, aproximadamente, un animal de compañía por cada cuatro habitantes. No en vano, el Archipiélago es la sexta región con más canes después de Andalucía, Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Castilla y León. Tras el perro, los gatos (36.648) y los équidos, como los caballos o asnos, son los siguientes animales preferidos por los isleños (4.608), según datos publicados por el Consejo Regional de Colegios de Veterinarios de Canarias.
Diferente tendencia en Europa
La tendencia en Europa es distinta. El censo animal de la Federación Europea de la Industria de Alimentos para Animales de Compañía (Fediaf) recoge que en 2014 el número de perros alcanzaba los 80 millones, mientras que el censo de gatos era de 97,6 millones y la de pájaros superaba los 54,7 millones. En el conjunto del país, el can es también el animal de compañía más numeroso (5,3 millones), seguido de los pájaros (5,2 millones) y los gatos (3,8 millones). Tortugas, peces o conejos son otras de las mascotas que se pueden encontrar en los hogares españoles, si bien en menor proporción.
La ley canaria de protección animal, en contra del pensamiento general, no cita explícitamente la prohibición de las corridas de toros, si bien en las Islas nunca tuvo arraigo ni suscitó afición. No ocurre lo mismo con las pelas de gallo, un enfrentamiento permitido por la norma. No en vano, el Archipiélago y Andalucía son las únicas dos regiones del país en las que están autorizadas este tipo de riñas. La norma de las Islas recoge que los enfrentamientos entre gallos podrán organizarse en las localidades en las que "tradicionalmente se hayan venido celebrando" (galleras) bajo una serie de premisas: que se prohíba la entrada a menores, que los recintos que los acojan sean cerrados, y que esos espacios tengan, al menos, un año de antigüedad.
El director general de Transparencia y Participación Ciudadana del Ejecutivo regional, Antonio Llorens, reconoce que las peleas de gallos es una de las "cuestiones estrella" de la nueva ley, si bien no desvela la posición del Gobierno sobre la conveniencia de su supresión o no. "No se puede legislar al margen de la sociedad", expone, e insiste al mismo tiempo en la necesidad de "escuchar" a colegios profesionales y movimientos sociales. El Ejecutivo ha creado un grupo interdepartamental, integrado por las consejerías de Presidencia, Justicia e Igualdad; la de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas; la de Sanidad, y la de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, para abordar la revisión de la legislación -que deberá asumir los convenios internacionales asumidos por el Estado- porque la sociedad actual es, según indica el propio Llorens, "muy distinta a la del año 91".
El coordinador de la Red Canaria Solidaria contra la Crueldad Animal, Abel Román, apuesta por la desaparición de "costumbres y tradiciones arcaicas", así como un mayor control sobre los cazadores, quienes, a su juicio, tratan en "condiciones miserables" a los canes.
El colegio de Veterinarios de Tenerife lamenta, por su parte, que los datos de abandono y maltrato sean elevados, por lo que urge "medidas para reducirlos". Entre ellas señalan la identificación obligatoria con microchip, con el que se tendría un censo más adecuado a la realidad y se facilitaría "la recuperación por parte del propietario en caso de pérdida" y se potenciaría "la tenencia responsable".
La oferta de consumo y ocio para las mascotas se ha multiplicado con los años. En muchos casos, por ejemplo, el propietario no solo se preocupa de alimentar a su perro, sino que también lo viste, lo pasea en playas habilitadas para ese fin o le pone su mejor disfraz para disfrutar juntos del carnaval. El coste actual de mantener un perro supone, según la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (Amvac) alcanza los 2,23 euros diarios, frente a los 1.47 euros en el caso de los gatos o los 1,03 euros para otro tipo de mascotas.
