Tras una investigación de cinco años, los creadores del documental El último vuelo del Sunbreeze, que revisa el accidente del vuelo de Spanair JK5022 en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, cuando se dirigía a Gran Canaria, hace ya casi nueve años, ponen al descubierto nuevos fallos, negligencias e irregularidades que atenúan la posible responsabilidad de los dos pilotos, Antonio García Luna y Javier Mulet, fallecidos en el siniestro, y a los que la Audiencia Provincial de Madrid culpabilizó de la catástrofe aérea. En este accidente, el más grave ocurrido en España en tres décadas, fallecieron 154 personas. Ese 20 de agosto de 2008 solo hubo 18 supervivientes.

Uno de ellos, José Pablo Flores, y que casualmente es técnico del Samur, cuenta, por primera vez, cómo vivió el accidente y cómo fueron los angustiosos minutos esperando el rescate. Además, un abogado experto en aeronáutica, Carlos Villacorta, revela las razones del siniestro y explica cómo se llegó a un fallo judicial basándose en un hecho técnico que no es cierto.

El director del documental de casi media hora de duración, José Luis Capel, apasionado de la aeronáutica, tras tener acceso a una información del accidente y comprobar que "aquello no cuadraba, que era todo muy extraño", explica, decidió con otros productores "contar esta historia porque no encajaba muy bien con la versión que se daba". Su cortometraje fue estrenado a finales de pasado mes en el Festival de Cine Internacional de Lanzarote.

Reabrir la causa

No sólo analiza los fallos detectados en este avión días antes del accidente sino la negligencia cometida en el plan de emergencias pues, de activarse correctamente, podía haber salvado más vidas, concluye Capel, así como las irregularidades en la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que dictó el sobreseimiento libre de la causa, por lo que no se puede volver a reabrir.

No obstante, la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022, que preside Pilar Vera, está intentado que se reabra por otros motivos, como la prórroga del certificado de aeronabilidad del avión, sin revisarlo, el 22 de julio de 2008. La presidenta de la asociación prefiere no opinar del nuevo documental porque no han tenido "la deferencia" de mostrárselo, indica.

"Los pilotos son víctimas y fallecieron en el accidente pero no se pueden defender", expone Capel. Es evidente que no verificaron los flaps y los slats, los alerones básicos para el despegue, cuenta el experto aeronáutico en el documental, pero matiza que el sistema de alarma les debía de haber avisado y no se activó antes de que el avión iniciara el vuelo. ¿Cuál fue la causa? Según Villacorta una avería en el relé, un dispositivo que activa la alarma antes de despegar y el calefactor en el aire. Esta pieza no funcionó y no les avisó de que no habían activado los alerones de despegue. Como resultado, el avión no pudo levantar el vuelo y acabó estrellándose en el aeropuerto de Madrid-Barajas. Esta es la conclusión del documental.

El accidente se produjo a las 14.25 horas y hasta 45 minutos después los heridos no recibieron asistencia sanitaria, cuenta Flores por primera vez, que contabilizó el tiempo dada su experiencia en el Samur. El documental pone en evidencia, además, con grabaciones de ese día, que las llamadas entre los diferentes servicios de coordinación y el aeropuerto fueron un caos. En Barajas, los responsables no sabían cómo se activaba el Plan de Emergencias, no tenían la lista de teléfonos a quién debían llamar ni sabían siquiera distinguir dónde se había producido el accidente. Quince minutos más tarde de producirse el siniestro es el propio Coordinador de Iberia, la primera persona que debía ser avisada, quien llama al Centro de Gestión Aeroportuaria para preguntar si se ha activado el Plan de Emergencias y le dicen que no.

Además, Flores explica que el Samur pidió más ambulancias, pero diez minutos más tarde de que llegaran los sanitarios el ejecutivo de servicio aeroportuario dictó la orden de que ninguna ambulancia más entrase en la zona. Para intervenir en un accidente de estas características se hubieran necesitado 246 sanitarios y 106 ambulancias. A Barajas fueron enviadas 110 ambulancias y 267 sanitarios, pero solo 52 accedieron al foco por orden del aeropuerto, señala Capel.

Ese retraso en las asistencias de 45 minutos después del impacto pudo haber causado la muerte a nueve personas, afirma tras comprobar un informe pericial.

El documental sostiene que la Audiencia Provincial dictó un sobreseimiento libre -jamás se podrá reabrir el caso- sobre la base de que no quedaba demostrado que el relé fallara, pese a que el informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil muestra claramente que ese relé daba un fallo intermitente, hasta en seis ocasiones en los días anteriores antes de producirse el accidente.

Además la justicia no exigió más explicaciones a Boeing, fabricante del avión, cuando se amparó en el secreto de propiedad industrial para no revelar datos en relación a un posible fallo de fabricación del relé. En el periodo 2000 a 2008 se registraron 103 casos de averías similares, y en 69 de ellos la solución fue sustituir esta pieza.

Según José Luis Capel, con este documental quieren mostrar "la dejadez por parte de las autoridades", no solo en hacer justicia sino en materia de control y seguridad y en el caos en el Plan de Emergencias.