La candidatura del exlendakari Patxi López confía en dar un vuelco a las primarias socialistas el próximo domingo. Sus afines están convencidos de que no es lo mismo avalar que acudir a votar y defienden que el expresidente del Congreso de los Diputados ha ganado puntos tras el debate el lunes en Ferraz con los otros dos aspirantes a la secretaría general del PSOE, Susana Díaz y Pedro Sánchez. Ayer, el exsecretario de Organización del PSOE, Óscar López, viajó a Canarias para captar votantes a favor de Patxi López, el "único" que, a su juicio, puede poner "punto y final" a la división interna del partido y configurar "un proyecto de izquierdas claro, que no esté ni acomplejado con Podemos ni apoyando a la derecha".

Óscar López, que respalda al político vasco en su pugna por liderar el PSOE, se reunió en Las Palmas de Gran Canaria con militantes, a quienes reclamó el apoyo para Patxi López, que, a principios de mayo, recabó en el Archipiélago apenas 761 avales para presentar su candidatura, frente a los 2.263 que logró el exsecretario general Pedro Sánchez y las 1.840 firmas que consiguió la presidenta andaluza, Susana Díaz.

En rueda de prensa, Óscar López aseguró que hay un antes y un después del debate entre los aspirantes a dirigir el partido y, desde que finalizó el encuentro, el equipo de Patxi López ha recibido "cientos de llamadas de personas que decían: "Tenía dudas, pero después de ver el debate voy a votar a Patxi".

Según Óscar López, el político vasco fue quien "mejor aprovechó" la batalla dialéctica y destacó que "no es la primera vez que los avales presentados por los candidatos no coinciden con los votos", en relación a los 63.610 apoyos recogidos por Susana Díaz en el conjunto de España, seguida de los 57.369 de Sánchez y los 12.000 de López.

"Nosotros no quisimos hacer una carrera de avales y, por tanto, no hicimos como Pedro y Susana, que ponían objetivos territoriales", argumentó Óscar López, que subrayó que hay 40.000 o 50.000 militantes que no han avalado y "veremos a quién votan". Además, no descarta que "mucha gente que ha avalado vote a otro candidato".

López insistió en que hay dos formas de votar el domingo: una es mirando al pasado, al 1 de octubre, cuando hubo un comité federal que acabó con la dimisión de Sánchez y se pasó del no a la abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno; y otra es mirando al 22 de mayo, que "también hay vida y hay que mirar hacia adelante".

No mirar por el retrovisor

Por ello reivindicó el voto para Patxi López, con el fin de "superar" esta situación "delicada, dejar de mirar por el espejo retrovisor y mirar al futuro". "No se puede estar todo el día quién tuvo la culpa y quién dijo qué", lamentó.

A su entender, "no se trata de que todo siga igual en el PSOE ni de empezar de cero, el PSOE tiene que reconocer errores, corregir cosas y estar orgulloso de lo mejor de su herencia, pero dar nuevas respuestas a una sociedad que ha cambiado y mucho", apostilló.

En su opinión, los dos principales problemas del PSOE actualmente son la división interna, que ha lastrado a estas siglas durante cinco años y "hay que poner punto y final", así como el "desdibujamiento de la izquierda, cómo la izquierda en toda Europa y en España se ha diluido y ha dejado de ser alternativa".

Por ello abogó por configurar "un proyecto de izquierdas claro, que ni es el apoyo del PP ni tampoco tiene complejos frente a Podemos". Así, reiteró que al PSOE "no le basta con aplicar la receta de los años 80, sino que tiene que modernizarse y ser un nuevo partido, pero conservando lo mejor de su historia y su tradición".

Remarcó que Patxi López "es el mejor dirigente para que haya unidad en el PSOE y combatir" a su principal enemigo: la división. "Nuestro enemigo no es Susana ni Pedro, sino la división interna y tener un proyecto claro y nítido de izquierdas, alternativo a la derecha, si no la alternativa es el populismo", tal y como ha acontecido en varios países europeos, como Francia, y en Estados Unidos, advirtió.

Asimismo, admitió que aunque el voto directo de los militantes tiene inconvenientes porque "se ven más las diferencias", prefiere "un partido vivo y que debate que uno que resuelve con el dedazo y que dos días después es todo mentira".

También señaló que el método de primarias tiene la ventaja de que "como votamos todos al final quien gana tiene más legitimidad". ¿Garantiza eso la integración del partido? "No", reconoció. De ahí que defiende que el idóneo para dirigir la organización es Patxi López "porque hay que pensar en el día 22 y, por tanto, quien gane tiene la absoluta obligación por el bien del PSOE y de los millones de socialistas que hay en España de integrar, unir y contar con todos, y quienes pierdan tienen la obligación moral de respaldar a quien ha ganado, ponerse detrás y ayudar", aseveró Óscar López, que avisó de que "si se quiebra la mejor cultura del PSOE", que es apoyar a su secretario general una vez elegido, "empiezan los problemas".