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Medalla de Oro de Canarias 2017

Un siglo de expresión artística

La Escuela Luján Pérez, impulsada por el humanista Domingo Doreste, cumple en 2018 cien años de andadura. El centro recibió la visita de Nina Kandinsky y Jean Cocteau

El 6 de enero de 1918 no fue un Día de Reyes cualquiera. Durante esa jornada, la Escuela Luján Pérez abrió por primera vez sus puertas en la calle García Tello del barrio capitalino de Vegueta. El centro nació con el planteamiento de fomentar el espíritu artístico de la sociedad canaria tomando como base su talento. Sin ataduras ni métodos prefijados. La búsqueda libre de la creatividad marcó su inicio y, casi cien años después, el impulso de esa sensibilidad continúa vivo.

La labor que ha desarrollado la entidad desde su creación ha sido reconocida en numerosas ocasiones. Ejemplo de ello son la Medalla de Oro de Las Palmas de Gran Canaria o el Can de Plata que le concedió el Cabildo de Gran Canaria. El próximo 30 de Mayo, Día de Canarias, el buque insignia de la expresión plástica del Archipiélago recibirá un nuevo reconocimiento sobre el escenario del Teatro Pérez Galdós: la Medalla de Oro de Canarias.

El artículo Los decoradores de mañana, publicado en el periódico La Crónica en junio de 1917, se considera el germen de la escuela. Tras él se encuentra el abogado, pensador y ensayista Domingo Doreste, quien nació y murió en Las Palmas de Gran Canaria (1868-1940). El humanista firmaba sus escritos en la prensa bajo el pseudónimo de Fray Lesco y en sus líneas defendió la creación de un centro que cincelara la actividad de incipientes artistas y dotara de mayor formación a los artesanos isleños. Siete meses después se convirtió en el impulsor de esta iniciativa, con los pintores Nicolás Massieu y Matos y Juan Carló Medina como profesores de artes plásticas -este último fue, además, el primer director de la escuela- y el arquitecto Enrique García Cañas como mentor de dibujo técnico.

Carrera de fondo

El propio Doreste se implicó en la formación del centro e impartió lecciones de estética. Felo Monzón, Santiago Santana, Juan Ismael, Plácido Fleitas, Eduardo Gregorio, Antonio Padrón, Juan Marques, Jorge Oramas o Manolo y Jane Millares son solo algunos ejemplos de figuras canarias que afloraron entre sus paredes o compartieron su saber hacer en el interior de las aulas. La escuela no nació para dar pasos cortos en la historia del arte de Canarias, sino para completar una carrera de fondo que el año que viene cumplirá un siglo.

El nombre de la escuela está enraizado con la razón de ser del propio centro. El escultor José Luján Pérez se considera el primer valedor del arte hecho en las Islas y, tal y como señala el actual director de la institución, el también escultor Orlando Hernández, encarna "el conocimiento que tenía el hombre canario para desarrollar de forma intuitiva al arte".

La antigua sede de la Caja Insular de Ahorro en la calle Triana acogió en 1928 la primera exposición de jóvenes artistas que se habían formado en la escuela. En los inicios destacó la especial interpretación de la geografía, el paisaje, la etnografía y los rasgos de las mujeres y hombres del Archipiélago. Se trató de una búsqueda de la identidad canaria que dio pie al indigenismo, nombre con el que se bautizó a esa corriente.

"Desde esa mirada a nuestra realidad", cuenta Hernández, "fueron pasando las diferentes vanguardias que transcurrían en Europa como el surrealismo o el expresionismo". Las manifestaciones artísticas que acontecían en el viejo continente se fueron adaptando de forma progresiva al modo que los artistas isleños entendían su idiosincrasia, sociedad y paisaje.Visitas significativas

La actividad de la Escuela Luján Pérez no solo ha llamado la atención de artistas de las Islas. Algunos europeos, como el pintor, dramaturgo, crítico y cineasta francés Jean Cocteau la conoció de primera mano en 1962. Igual de significativo fue el encuentro que Nina Kandinsky, encargada de velar por el legado de su difunto marido, el pintor ruso Wassili Kandinsky, mantuvo con creadoras isleñas.

Entre las paredes del centro se forman en la actualidad entre 150 y 200 alumnos, quienes asisten a talleres impartidos por ocho profesores en diferentes disciplinas. Uno de ellos es Manuel García, quien lleva dos años dando clases de fotografía. El maestro subraya que la escuela "ha sido un foco fundamental para canalizar el arte en Canarias". Y lo ha hecho de tal forma que despierta desde edades tempranas las inquietudes artísticas dormidas, puesto que muchos de los alumnos que asisten al centro son niños. La autonomía que se concede a las capacidades de cada individuo y el enfoque artístico que siempre se ha implementado en la escuela son, a juicio de García, dos de los aspectos más significativos de la escuela.

Al borde de los cien años, la escuela ya prepara la celebración de su centenario mediante una comisión específica que preside Nardy Barrios y en la que están presentes el propio director de la escuela o el cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria Juan José Laforet. Uno de los actos más destacados será la exposición itinerante de La Mujer Artista en la Escuela Luján Pérez, compuesta por unas 20 obras y que ahora se exhibe en las Casas Consistoriales. A ello se suma que San Martín Centro de Cultura Contemporánea acogerá en marzo una muestra, comisariada por María de los Reyes Hernández, que está formada por una colección de obras representativas de grandes artistas canarios procedentes de fondos públicos y privados.

La escuela, desde una ubicación distinta pero radicada aún en el barrio de Vegueta, busca adaptarse a la realidad y acompañar los tiempos actuales para "conectar con los nuevos lenguajes artísticos, el mundo digital o el arte conceptual", según apunta Orlando Hernández. Eso sí, sin renunciar nunca a la esencia del centro: "Buscar al individuo por medio del arte".

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