El MV Cheshire ya no emite humo por ninguna de sus bodegas, todo indica a que la combustión de su carga está extinguida por completo y los especialistas -traídos desde Holanda y Gibraltar- sólo están a la espera de que las condiciones meteorológicas sean favorables para poder subir a bordo y analizar la situación del buque. Aunque ya accedieron en una ocasión, el martes pasado, la propagación del incendio a las bodegas uno y dos -ya extinguido- y las altas temperaturas del barco han imposibilitado que vuelvan a pisarlo. Ahora, el viento es el principal obstáculo, según garantiza la empresa propietaria del carguero, Bibby Line Limited, que señala que los expertos no han dejado de intentarlo "sin éxito". Una vez consigan su cometido y tomen la decisión sobre el puerto de destino para su arreglo -que por ahora todo apunta a que sea La Luz, después de que el armador del granelero manifestara esa intención-, en caso de entrar en el mismo, "recibirá reparaciones mínimas", asegura el presidente de Autoridad Portuaria, Luis Ibarra.

Todavía no se sabe con exactitud a dónde llevarán el carguero una vez se haya realizado la inspección necesaria y se evalúen sus necesidades. Pese a ello, el armador del mismo ha asegurado que planea meterlo en el Puerto de La Luz para que, al menos, lo adecuen para su posterior reparación. En ese caso -siempre y cuando se hayan apagado todos los puntos de calor y tanto Salvamento Marítimo como Capitanía Marítima den su consentimiento-, Ibarra afirma que "se tratará como un barco normal, como con los que trabajamos habitualmente, porque no tiene nada especial, ya que si está apagada la carga y no hay peligro, es una embarcación más que viene a reparar al muelle".

El presidente explica, además, que todavía no han recibido ninguna solicitud para la entrada del buque, "pero puede llegar a último momento", fija. En cuanto al peligro que pueda suponer, Ibarra manifiesta que "si Capitanía dice que no existe, no tiene por qué haberlo, y son ellos los que gestionan el protocolo de seguridad y deciden si hay riesgo o no para la población y los trabajadores". Además, apuesta por que "la reparación aquí, si la hay, será mínima y se tratará solo de una visualización, arreglos de paneles interiores o acondicionamiento eléctrico", lo que, resalta, "no supondrá ningún aliciente económico para el Puerto".

Referente al espacio disponible en La Luz, puntualiza que "la línea de ataque está colapsada, pero somos versátiles, gestionamos muchos espacios, buscaremos alternativas y le encontraremos un hueco, si finalmente entra". "Si no, tenemos tres astilleros y quizás pueda acceder a alguno de ellos", determina Ibarra.

Por ahora, el granelero continúa sin ser inspeccionado y, desde ayer, no ha dejado de moverse, remolcado por el Red Sea Fos, en busca de "un lugar de sotavento", indican los dueños, "para que quede protegido del viento y puedan subir", agregan. Aseguran que se trata de una labor muy complicada, "porque el remolcador es muy pequeño para un buque de tales dimensiones -189 metros de eslora-", pero confían en que las condiciones meteorológicas mejoren a lo largo del día de hoy y, por fin, los técnico puedan acceder para evaluar su estado y proseguir con el plan de salvamento, coordinado por la compañía Resove Marine, contratada por Bibby Line Limited.

La ausencia de humo en las bodegas supone un gran avance, ya que el gas tóxico emitido por la combustión del fertilizante que transportaba la embarcación era el principal inconveniente para los especialistas. Por otro lado, su temperatura, que también era motivo de preocupación y un freno importante para continuar con el plan, actualmente muestra mejoras significativas, según afirma la empresa propietaria. "En el casco está descendiendo y la de la estructura ya está a temperatura ambiente", comentan. Los trabajos ejecutados por los remolcadores que han acompañado al buque durante su combustión - Red Sea Fos, VH Hispania, Miguel de Cervantes y Jaques 2, aunque esté último ya no esté- han sido imprescindibles para alcanzar dicha situación, puesto que no han cesado con el enfriamiento desde fuera.

El VH Hispania, por su parte, se desplazó ayer hasta la costa de Gran Canaria para volver hasta el MV Cheshire con más equipamiento de salvamento. El granelero británico está siendo remolcado, actualmente, a unas 54 millas náuticas -unos 100 kilómetros- de la costa del sureste de la Isla. "Capitanía Marítima no nos deja acercarnos más de 12 millas náuticas", resaltan los propietarios, ya que, aunque la situación ha mejorado considerablemente y existen menos riegos, tanto desde Salvamento Marítimo como por parte de la Subdelegación del Gobierno en Las Palmas -encabezada por Luis Molina-, la intención es garantizar "riesgo cero" para los ciudadanos y el medio ambiente.