El exteniente Luis Gonzalo Segura, expulsado del Ejército en 2015 por la publicación de un libro en el que criticaba la corrupción en el seno de las Fuerzas Armadas, ha sido denunciado por la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, por un presunto delito de injurias y calumnias contra su antecesor en el cargo, Pedro Morenés, y otras autoridades militares. Gonzalo Segura acusó de "homicidio" a Morenés, entonces ministro, y la cúpula militar -señalando concretamente al actual Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire (JEMA), general Javier Salto, y al general de brigada Julián Roldán-, en un artículo publicado por en el diario digital Público en élabordaba los accidentes de dos helicópteros Súper Puma en Canarias en 2014 y 2015, en los que fallecieron siete militares.

"Eso es lo que son, mafiosos, sectarios. Desgraciados. Unos desgraciados y mediocres", arremetía Gonzalo Segura acusando al ministro y los militares de "no querer solucionar los problemas, anteponer sus carreras militares al honor y a la verdad, a sus obligaciones como ciudadanos y como militares".

Cuatro militares fallecieron en el siniestro del Super Puma que se precipitó al mar, entre Fuerteventura y Gran Canaria, el 19 de marzo de 2014. Daniel Pena, Carmen Ortega, Sebastián Ruiz y Carlos Caramanzana perdieron la vida mientras que Jhonander Ojeda sobrevivió a ese accidente.

Ante la falta de medios y resultados, los familiares de los militares emprendieron una campaña en las redes sociales para denunciar esa situación. El 1 de abril Defensa da por concluidos los trabajos de rastreo y el 21 de ese mismo mes, tras la llegada a la Base Naval del robot sumarino Rémora II de la empresa norteamericana Phoenix -contratada por 3,2 millones por el ministerio- se recuperan los cuerpos de dos de los cuatro fallecidos. Una jornada después se encuentran más restos, pero el día 25 se da por finalizada la búsqueda y se certifica la muerte de los cuatro militares.

El segundo siniestro tuvo lugar el 22 de octubre de 2015. El helicóptero regresaba de hacer unas maniobras en Senegal y, tras repostar en Mauritania, se estrelló en el mar. En el accidente murieron tres militares: José Morales, Saúl López y Jhonander Ojeda, que había sobrevivido al anterior siniestro y que ese día cumplía 27 años. Defensa comunicó, en cambio, que los tripulantes del aparato fueron rescatados por la Gendarmería marroquí. Una jornada después, Morenés informó que los tres militares seguían desaparecidos. El hallazgo de los tres cuerpos se produjo siete días después del accidente.

Desde entonces, la polémica en torno al estado de los Super Puma ha sido continua. En marzo de este mismo año, el padre de Jhonander Ojeda, Francisco Ojeda, desveló que a su hijo le hicieron firmar "un pacto de silencio" para que no contara lo que había provocado el primer siniestro. Precisamente la declaración como testigo de Francisco Ojeda ante el juez que investiga el primero de los accidentes dio un giro a la investigación. Ojeda contó que para su hijo fue la rotura de la transmisión o del rotor de cola lo que hizo que el helicóptero se precipitase al mar. La versión oficial apunta, sin embargo, a un fallo de los pilotos por desorientarse en un ejercicio nocturno tras fallar las bengalas que debían iluminarles.

El que fuera teniente del Ejército de Tierra ha sido citado a comparecer el próximo día 7 de noviembre en el Juzgado de Primera Instancia número 9 de Madrid después de que el fiscal general del Estado haya aceptado tramitar la denuncia trasladada por Cospedal para "poner coto" al "caudal de afirmaciones lesivas al honor" que lleva realizando Gonzalo Segura desde su expulsión de la carrera militar.

En otras de las publicaciones en el mismo diario digital, el exteniente se dirigía a Morenés, actual embajador en Wasinghton, como "el carnicero" por aprobar la venta de bombas "para despedazar niños y niñas".

La ministra de Defensa decidió interponer esta denuncia ante la "reiterada" aparición del exteniente en los medios de comunicación "para denostar a la institución militar en general y particularmente al que fue su principal responsable".

La Fiscalía ha dado el visto bueno a su tramitación, lo que no hizo con una denuncia similar en diciembre de 2015 en la que Gonzalo Segura se dirigía a Morenés con adjetivos como "cobarde", "infame" o "miserable". El Ministerio Fiscal estimó entonces que estos calificativos no revestían de la condición de gravedad exigida en el tipo penal y se incluían dentro del ámbito de las libertades de información y de expresión.