De vuelta a casa. Las tropas canarias desplegadas en Líbano regresan a las Islas tras permanecer seis meses de misión en el país de Oriente Próximo para controlar una de las zonas más conflictivas del mundo. La Brigada Canarias XVI se desplazó en mayo para ayudar al Gobierno libanés y colaborar con otras fuerzas armadas internacionales por la paz, estabilidad y seguridad en este territorio, en el marco de la operación Libre Hidalgo XXVII. La Brigada Extremadura XI, ubicada en la base General Menacho de Badajoz, viajará el día 12 de noviembre para tomar el relevo.

Ésta es la primera vez que la Canarias XVI se ha puesto al frente de una misión de la ONU, aunque sí ha participado en cinco ocasiones en el operativo de la OTAN en Afganistán y también ha prestado servicios en la operación que realiza la Unión Europea en Mali.

En esta ocasión, los efectivos que integran la fuerza de paz de la ONU en el Líbano se encargan de supervisar el cumplimiento de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad, que puso fin a la guerra entre Líbano e Israel en 2006 y mantener los acuerdos de reparto territorial entre ambos países en torno a la Blue Line, línea virtual que divide los dos territorios.

Soldados españoles vigilan a diario los puntos más sensibles, como el río Wazzani, zona de continua monitorización y disputa.

El contingente, integrado en total por unos 3.500 cascos azules, ha estado bajo el mando del general Venancio Aguado, jefe de la Brigada Canarias XVI, que asumió el Mando de la Brigada Multinacional del Sector Este de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano. El contingente de la Brigada Líbano XXVII está formado en su mayoría por efectivos de la Brigada Canarias XVI y se ha unido personal de Brasil, China, Indonesia, India, Nepal, México, Serbia, Fiyi y El Salvador.

Larga espera

Canarias hace el petate en Líbano. Después de seis meses, los 600 militares destacados ultiman los preparativos para su retirada, tras cumplir la misión encomendada "sin bajas y sin ningún problema relevante", según fuentes oficiales.

La espera para las familias se ha hecho muy larga, insoportable y angustiosa, pero los días interminables llegan ya a su fin. Los efectivos retornarán al Archipiélago de manera escalonada. Está previsto que los primeros 150 hombres y mujeres aterricen en el aeropuerto de Gran Canaria el 13 de noviembre a primera hora de la mañana; los siguientes 150 profesionales vendrán el día 17; y, finalmente, el grupo más numeroso, conformado por más de 250 militares, entre ellos el general de la Brigada, Venancio Aguado, y la mayoría de los jefes, llegará el 21 de noviembre, en la última rotación. El contingente está formado por personal de todas las unidades del Mando de Canarias, así que una vez lleguen a Gran Canaria posteriormente se trasladarán a sus regimientos en Tenerife y Fuerteventura.

Durante su presencia en suelo libanés, las tropas canarias han llevado a cabo patrullas cada día, a pie o en vehículo, y han vigilado la Blue Line desde tres puestos de observación. Además de cumplir las exigencias de los entrenamientos físicos, de agilidad, puntería y ejercicios con fuego real, también han colaborado con otros países, como el adiestramiento conjunto de soldados españoles y serbios en técnicas de disolución de altercados en Líbano.

Los efectivos españoles han prestado ayuda humanitaria, colaborado en la reconstrucción de infraestructuras y facilitado apoyo sanitario y educativo a la población civil. Entre sus actuaciones desarrolladas figura un proyecto de cooperación cívico-militar que consistió en la construcción de acerado en la población de Bouj Al Malouke, así como la instalación de una bomba de agua que proporcionará regadío a los campos de cultivo y mejorará la calidad de vida de los habitantes de Abasiva, un pequeño pueblo al sur del río Lithani. Dicho acto fue presidido por el teniente coronel Enrique Domínguez Sánchez y contó con la asistencia de autoridades locales, como el alcalde y representantes de las Fuerzas Armadas libanesas, según el Estado Mayor de la Defensa.

A ello se añade otro proyecto financiado por España de instalación de un aparato de Rayos X en el dispensario de la localidad de Kafer Kela, de mayoría chií. Igualmente, los soldados participaron en un proyecto para suministrar luz a un colegio libanés y durante el verano un total de 206 alumnos aprendieron español a través del Instituto Cervantes.

Para que no se sintieran tan lejos de su tierra, el Gobierno canario envió en octubre productos típicos del Archipiélago, como mojo y queso, para los militares de la Brigada Canarias en Líbano. Además, en agosto recibieron la visita del presidente regional, Fernando Clavijo, que acudió a la Base Miguel de Cervantes para conocer in situ la labor de los efectivos desplazados.

Durante este tiempo, los militares no han estado ajenos a lo que sucedía en España. En la distancia se unieron al duelo por los atentados terroristas perpetrados en agosto en Barcelona. En homenaje a las víctimas de los ataques, soldados del Ejército libanés ondearon también la bandera española en una colina conquistada al ISIS.

En septiembre se cumplieron once años de presencia de España en la misión de la ONU en Líbano. Tras la marcha de la Brigada Canarias XVI, asumirán el relevo 590 militares, 475 de ellos de la Brigada Extremadura XI y 115 de varias unidades del Ejército y Guardia Civil.