El PSOE de Tenerife busca desestabilizar las relaciones entre socialistas y CC y dinamitar, así, los pactos que ambos partidos mantienen en cabildos y ayuntamientos. La victoria de Ángel Víctor Torres en las primarias del pasado julio para liderar la formación en el Archipiélago aún escuece en un sector socialista de Tenerife, que ayer dejó fuera de la Ejecutiva insular a miembros afines a Torres y aprobó durante la noche del sábado presentar una moción de censura al alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz (CC). Esta resolución difícilmente saldrá adelante por el improbable apoyo de los concejales socialistas en ese ayuntamiento, pero se interpreta dentro del partido como un gesto de hostilidad a las nuevas directrices y dinámicas instauradas por la Secretaría General.

PSOE y CC mantienen acuerdos en una veintena de municipios y tres cabildos (Tenerife, La Palma y Fuerteventura). Con la maniobra de ayer el grupo afín a Patricia Hernández, rival de Torres en la carrera por la dirección del partido y vicepresidenta del Ejecutivo regional desde el comienzo de la presente legislatura hasta el 23 de diciembre del pasado año, trata de atacar uno de los bastiones de CC en la isla tinerfeña: La Laguna.

Tras la expulsión de Javier Abreu y Yeray Rodríguez del PSOE por cinco faltas graves, así como la de Zebenzuí González por el envío de mensajes machistas en un grupo de Whatsapp, la formación cuenta con dos ediles en la Ciudad de los Adelantados: Mónica Martín y María José Castañeda.

Hasta ahora CC ha gobernado en minoría en La Laguna junto al PSOE, dividido en dos facciones, y son precisamente los concejales expulsados, salvo González, los que se inclinan por desalojar a los nacionalistas del poder. Una circunstancia que aleja la posibilidad de que prospere una moción de censura progresista, tal y como recoge la resolución -solo se suman 11 votos y se requieren tres más-, si no logra sumar el apoyo del PP. Se da la circunstancia, además, de que dicha resolución fue defendida por un delegado de Puerto de la Cruz y no por uno de La Laguna y que la Ejecutiva insular no tiene competencias para ordenar una moción, sino que es el comité local de la formación en el municipio -con el refrendo de las direcciones regional y federal- el órgano competente para ello.

La resolución de la nueva Ejecutiva del PSOE tinerfeño, presidida por el alcalde de Guía de Isora Pedro Martín, no se extendió a otras administraciones de la Isla donde PSOE y CC gobiernan en alianza, como es el caso del Cabildo, otra de las 'plazas sagradas' de los nacionalistas. Pese a ello, esta maniobra se ha visto como una forma de generar tensión en las alianzas que mantienen ambas formaciones y un ataque directo a la dinámica que ha establecido el nuevo secretario general socialista, lanzado a encontrar un espacio propio para el partido alejado de la estrategia de oposición en bloque con NC y Podemos. Cabe recordar que en las elecciones internas Torres venció con 1.983 votos, 521 más que Hernández y 879 más que Juan Fernando López Aguilar, el tercer candidato en las primarias del PSOE.

Ruptura de alianzas

CC tiene previsto dejar hoy en minoría a la alcaldesa socialista de Arrecife, Eva de Anta, al abandonar el pacto suscrito con el PSOE y el PIL en la capital lanzaroteña. Una ruptura que llega tras la decisión de los socialistas de romper en agosto con CC en el Cabildo y dejar en minoría al nacionalista Pedro San Ginés al frente de la Corporación.

Los nacionalistas también perdieron en agosto la alcaldía del municipio tinerfeño de Icod de Vinos, que pasó de Francisco González a José Ramón León, de Somos Icodenses-NC, tras contar con el apoyo del PSOE, PP y Cs. Casi un año antes, en cambio, prosperó la moción de censura presentada por los concejales de CC, PP y Cs en Granadilla, localidad de la misma isla, contra el alcalde socialista Jaime González Cejas. El nacionalista José Domingo Regalado se convirtió, entonces, en el nuevo alcalde.

El 23 de diciembre de 2016, CC y PSOE rompieron el pacto que mantenían en el Ejecutivo regional. Una ruptura que se sumó a los desencuentros que se han sucedido a lo largo de la historia en las alianzas de la Comunidad Autónoma, pues la única que ha conseguido culminar la legislatura fue la que firmó el nacionalista Paulino Rivero con el socialista José Miguel Pérez.

La deficitaria gestión de Sanidad, en manos del socialista Jesús Morera, y los enfrentamientos entre el PSOE y CC a cuenta del reparto del Fondo de Desarrollo de Canarias, fueron algunos de los motivos por los que CC y PSOE dejaron de ser socios de Gobierno, lo que también dejó en el aire muchos pactos en cascada en otras instituciones.

Desde entonces, Fernando Clavijo gobierna en minoría -CC cuenta con 18 diputados- y se abrió la posibilidad de que el PP apuntalase el Ejecutivo. La negativa de Clavijo a realizar una rebaja generalizada del IGIC del 7% al 5% y la inconformidad de Antona con el reparto de las consejerías no solo le cerró las puertas a los populares a formar parte del Gobierno, sino que también propició que el líder del PP se ganara las antipatías de los empresarios al reclamar para sí la consejería de Economía. Con esta demanda pretendió dejar fuera a Pedro Ortega, quien sí cuenta con el respaldo del empresariado canario.

La estrategia de Antona, que por un lado va de la mano de Clavijo para apoyar la aprobación de los presupuestos -al verse atado de manos por el decisivo voto de la diputada nacional de CC, Ana Oramas, para la aprobación de las cuentas estatales, entre otras cuestiones- y, por otro, hace oposición aliándose con NC y Podemos para destituir a Santiago Negrín al frente de la RTVC, ha generado críticas internas en el partido, tanto en Madrid como en las Islas, por su falta de rumbo.