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Crisis Encrucijada de los socialistas en la segunda ciudad de Tenerife

Torres quiere oír a las bases del PSOE de La Laguna antes de aprobar la censura

La dirección insular rebaja la tensión y no dinamitará los puentes con la cúpula regional

Torres quiere oír a las bases del PSOE de La Laguna antes de aprobar la censura

La nueva dirección del PSOE en Tenerife elevará cuanto antes a la Ejecutiva Regional del partido la propuesta para promover una moción de censura contra el gobierno municipal de La Laguna, del que, paradójicamente, forman parte dos edilas socialistas. Este será el primer paso de la nueva cúpula insular para defender la polémica resolución aprobada en el no menos polémico congreso del fin de semana. Sin embargo, la dirección del PSOE tinerfeño, que lidera su secretario general, Pedro Martín, no tiene intención de salirse del guion que establecen los reglamentos internos del partido ni mucho menos forzar la situación, sabedores de que, en última instancia, los órganos insulares no son los responsables de trazar la política de pactos. De hecho, ambas cúpulas -tinerfeña y regional- coincidieron ayer en que más allá de la propuesta aprobada en el congreso insular, la moción de censura en La Laguna exigiría en todo caso conocer la opinión de los militantes de la ciudad universitaria, algo en lo que Ángel Víctor Torres no cederá ni un ápice.

El secretario general del PSOE en Canarias se mostró ayer tajante: "No se puede hacer lo uno y lo contrario". Torres explicó que si en el partido hay sobrado consenso acerca de la necesidad de desterrar para siempre la política de pactos en cascada -aquella que parieran José Miguel Pérez y Paulino Rivero para imponer su acuerdo de gobierno en tantas otras instituciones como fuera posible-, difícilmente podría justificarse ahora que la moción de censura en La Laguna se hiciera cumplir en virtud de una disposición de arriba abajo en el organigrama de la organización. "Hay que escuchar a las mujeres y hombres que forman la militancia en La Laguna", subrayó el secretario general de los socialistas canarios.

Y lo cierto es que ni Pedro Martín ni su equipo al frente del PSOE tinerfeño tienen fácil discutir la premisa de Torres. Máxime cuando los más firmes partidarios de la censura en la segunda ciudad de Tenerife han venido reclamando que sea precisamente en La Laguna donde se decida el rumbo a seguir, un apunte en el que insistieron ayer desde el sector crítico del PSOE en la isla del Teide, ese que apoyó a Gloria Gutiérrez en las primarias contra Martín y que integra el grupo de apoyo a Torres en Tenerife. Así pues, desde la cúpula insular coincidieron con el secretario general regional en que habrá que sentarse con los concejales y la militancia lagunera, una militancia profundamente dividida entre los partidarios de Mónica Martín, presidenta de la gestora municipal y primera teniente de alcalde -es una de las dos edilas que le quedan al PSOE-, y los acólitos del defenestrado -pendiente del resultado de su defensa- Javier Abreu. Hay que recordar que aunque Abreu está próximo a ser historia en el PSOE, hay varios de sus defensores en la flamante Ejecutiva Insular de Tenerife, sin ir más lejos su presidenta, Silvia Maestre, que ayer en los micrófonos de la Cope se preguntó a sí misma retóricamente para exponer que el escenario cambia en favor de Abreu. "Yo creo que las cosas cambian, ¿no?", deslizó Maestre, cuyo argumento es que ya no son Abreu y Yeray Rodríguez -el otro expulsado- los que quieren presentar la moción de censura, sino todo el PSOE tinerfeño.

Con todo, otro factor que juega en contra de los defensores de la censura es el tiempo. El proceso de renovación de los órganos del partido en La Laguna, esto es, el fin de la gestora y la elección de una nueva asamblea local, no finalizará hasta poco antes de las fiestas de carnaval, hacia finales de enero o principios de febrero. No sería hasta entonces cuando se celebraría la consulta sobre la moción de censura.

En definitiva, el PSOE está al límite del tiempo aun cuando la militancia lagunera decidiera secundar la propuesta de la Ejecutiva Insular. Es más, la expulsión de Abreu y Rodríguez -también se produjo la de Zebenzuí González, este último tras sacarse a la luz unos comentarios machistas en un grupo de Whatsapp de representantes socialistas en la ciudad- los deja fuera de una eventual votación. En otras palabras: la carambola exige, primero, consultar a la militancia y que esta diga ; segundo, hacerlo antes de mayo, pues en el último año de mandato no caben censuras; y tercero, y aun salvando las dos condiciones previas, los socialistas tendrían que unir sus fuerzas con el PP, que es el partido que, en definitiva, tendría en sus manos la destitución del alcalde de CC José Alberto Díaz.

Así las cosas, difícilmente podría comulgar la dirección regional con un pacto que incluya al PP cuando el propio Torres viene apostando por gobiernos "de progreso y de cambio".

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