El inspector de policía Joaquín Plasencia García, actual jefe de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Brigada Provincial de Santa Cruz de Tenerife, atesora un currículum brillante. Ha participado en numerosas misiones internacionales como instructor. Para ello, desde 2009 y tras un periodo de formación en Rusia, formó parte como instructor internacional de la ONU para la mentorización y consejero de las unidades especiales de Naciones Unidas desplegadas en misiones internacionales.

Plasencia lleva 25 años en la Policía Nacional y tiene 12 cursos internacionales, tanto de la Unión Europea, Naciones Unidas o la Gendarmería francesa, entre otros. Es, además, en estos momentos el único agente español titulado para impartir este tipo de cursos avalados por la ONU.

Plasencia no tiene dudas que lo que más le ha valido a la hora de ser seleccionado es su gran dominio del idioma inglés. "Yo nací en Los Cristianos y por esos años aquel inglés de playa y hamacas me sirvió como pasaporte para ser escogido por la escuela que Naciones Unidas tiene en la localidad rusa de Domododevo", contó el inspector, quien añadió: "En 2005 se abrió el listado para participar en misiones internacionales por parte de la Policía Nacional. Yo me inscribí y en 2009 recibí la llamada donde me preguntaban mi disponibilidad para participar en las mismas. Fui elegido como candidato para formar parte del que se denominó Equipo Móvil de Entrenamiento. Se trataba de estandarizar todos los sistemas policiales. En una primera fase fuimos seleccionados 45 candidatos de varios países y finalmente quedamos 25, yo el único español".

África, la primera llamada

Su primera misión y la que más le marcó fue la de Congo. Ocho meses permaneció en el país africano, donde tomó contacto con otros países del entorno como Costa de Marfil y Sierra Leona. Durante su permanencia entrenó y formó a policías senegaleses, egipcios, malienses y ghaneses en materia de orden público y seguridad ciudadana.

Con tanto país visitado, su Facebook parece una Torre de Babel cuando llegan las Navidades.

Explica que ahora se está intentando crear un nuevo concepto que es la mentorización, es decir, hacer un seguimiento sobre el terreno. "Deben de ser capaces de ser autónomos y siempre desde las premisas de la concurrencia, la oportunidad y la proporcionalidad, que son las bases del estamento policial, algo por otra parte, que no es fácil de conseguir entre agentes de tan diversa nacionalidad y procedimientos operativos", señala.

A nivel personal, el funcionario jefe de las dos Unidades de Prevención y Reacción de la provincia, que aglutina a 60 agentes, con una media de entre ocho y nueve años en el cuerpo, se queda "con la sensación de que haces algo". "Una vez me dijo un general indio: "Joaquín, somos como el engranaje dentro de la máquina, donde cada pieza tiene una función y eso es lo que hace que la maquinaria funcione". "Aquí todos somos importantes, desde el que sale a patrullar hasta los que están en la base como instructores. Formar a un policía es para mí un motivo de orgullo", resalta.

Cuando está lejos de casa echa de menos a su familia, sobre todo a sus dos hijos, un varón de 16 años y una niña de 12, que estudia dos idiomas y va por el tercero. "En casa hablo con ella en inglés. Por eso a mi cuando los niños me hablan de apuntarse en música o deportes, yo les digo que en idiomas, en inglés, eso es lo que el día de mañana te va a abrir puertas. A mis compañeros cuando me preguntan les digo lo mismo, el idioma es primordial si se quiere salir fuera en misiones internacionales", manifiesta.

Casi sabe de memoria cuantos días ha pasado fuera de su hogar: "Sumando todos los meses de misiones, son unos tres años". En algunos países ha visto "a niños manejando un fusil AK-47 en un cruce de caminos". "En ese instante me doy cuenta de que no estoy ante un control en la calle Castillo o Añaza, sino ante un drama", lamenta.

"Soy un enamorado de mi profesión", confiesa Plasencia, que cada vez que regresa de una misión espera "como un loco" la próxima llamada". Siempre tiene preparada la maleta con su uniforme y su boina azul.

Se queda con el sabor de haber compartido su experiencia y conocimiento con otros compañeros. En la distancia valora las pequeñas cosas, ésas a las que normalmente no se les da importancia.

Desde 2012 colabora con la División de Cooperación Internacional como ponente en cursos de preparación de policías españoles que participan en misiones internacionales. Ese mismo año impartió docencia en India a los policías que iban a ser desplegados en las misiones que involucran a este país, así como a agentes de otros doce países, tanto europeos como africanos y asiáticos, para instruirles como formadores.

En 2013 fue el encargado de dar el curso de formador de formadores en Botswana. A las jornadas asistieron funcionarios policiales de doce países.

El pasado año formó parte del equipo de mentorización en ejercicios de la Unión Europea, para preparar al personal internacional para misiones en crisis internacionales.

Este año, en colaboración con la Fundación Internacional para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (Fiiapp), de la Unión Europea participa como experto en formación de unidades en el control de masas de países que se acogen a proyectos a través de esta organización comunitaria (África, Asia y América Latina).

Para el inspector Plasencia, "las misiones no serían posible sin el respaldo de las personas que te quieren así como compañeros y jefes que te apoyan". "Todos estos son los verdaderos sustentos cuando estamos desplegados en una misión internacional", sentencia.