Jerónimo Saavedra entró este miércoles a saco en el debate sobre la reforma electoral canaria para reclamar un nuevo modelo que corrija la actual desproporción entre el peso de los territorios y el de la población en la representación de los ciudadanos en el Parlamento de Canarias, y aseguró que dar ese paso que reclaman la mayoría de las formaciones políticas isleñas sería un reconocimiento de la madurez política y social de la comunidad desde su creación. No hacerlo, implicaría justo lo contrario, según él.

Saavedra realizó esta valoración no en calidad de actual Diputado del Común canario, sino como compareciente en el Congreso, en su doble papel de expresidente de Canarias y de exministro de Administraciones Públicas, ante la comisión parlamentaria que evalúa el actual modelo territorial español y la posibilidad de afrontar una reforma constitucional.

El veterano dirigente socialista evitó en todo caso trasladar al Congreso la batalla política desataca en las Islas por la negativa de CC a sumarse al acuerdo alcanzado por la oposición, y tampoco quiso identificar responsabilidades en la incapacidad para ponerse de acuerdo al respecto, limitándose a plantear el debate como una cuestión de calidad democrática que la sociedad canaria debe resolver. "Todavía no hay un acuerdo en Canarias por los motivos que sean, pero hay un blindaje en el Estatuto desde 1982 que para aprobar una ley electoral se requiere el apoyo de dos tercios (del Parlamento) y para la reforma del propio Estatuto vale la mayoría absoluta. Es increíble pero es así", recalcó el primer Presidente canario.

Explicó así que "esa desigualdad entre población y territorio" en la representación parlamentaria da un resultado que calificó de "escandaloso", como es el hecho de que el 83 % de la población elige el mismo número de escaños que el 17 % restante.

Saavedra justificó que la "llamada triple paridad" se acordó por las "necesidades objetivas" que se daban en el momento histórico en que se aprobó el Estatuto. Pero a renglón seguido apunto que "si la comunidad autónoma ha funcionado, ha permitido superar las razones por las que entonces la mayoría política de entonces consideraba que este sistema tan desigual electoralmente servía". Por tanto, concluyó, "si el sistema electoral no se puede cambiar, hoy sería un reconocimiento de que Canarias no ha madurado política y socialmente".

Saavedra dijo que el sistema electoral canario era el más "desproporcionado" de todos los vigentes en las diferentes comunidades y que le siguen es este sentido el sistema vasco y el régimen electoral que se aplica para las elecciones generales, el mismo que se aplica en Cataluña. En todos ellos, "la población no está reconocida y está reconocido el territorio, y ese sistema requiere una reforma que además no hace falta tocar la Constitución".

El exministro durante los dos gobiernos socialistas de Felipe González entre 1993 y 1996 hizo un repaso de su experiencia al frente de distintas administraciones y ofreció su visión del proceso de creación de de las comunidades autónomas y de distribución de competencias. Transcurridos 40 años de Constitución y ante los actuales problemas territoriales, Saavedra abogó por una reforma constitucional pero de forma "acotada" y sin abrir un proceso constituyente, y sobre todo "consensuada", expresando su "sensación" de que "no hay cultura de pacto que otros países tienen".

Financiación asimétrica

En este marco de debate, el veterano político canario apostó por un próximo sistema de financiación de las comunidades autónomas de corte "asimétrico" en el que deben recogerse las necesidades, diferencias y singularidades de cada una de ellas sin que ello deba entenderse como un elemento de desigualdad en los mecanismos de distribución de fondos estatales.

Considera, eso sí, que en el nuevo sistema el Estado debe plantearse si debe ceder más recursos de recaudación propia a las regiones porque entiende que el poder estatal "no se debe debilitar por muy federal que sea y en un país hay que pensar qué recursos dejamos en manos de cada administración". "El Estado no puede seguir soltando dinero para la financiación y luego crear partidas presupuestarias en áreas competenciales de las comunidades autónomas a través de las conferencias sectoriales", aseguró.

Según él, la financiación autonómica es uno de los elementos que deben servir para superar el actual momento de crisis territorial y fijar un sistema que resuelva de forma eficaz y justa el coste efectivo de los servicios públicos que prestan las comunidades autónomas.

"Es preciso reconocer las singularidades y nuestro modelo asimétrico. A la asimetría le tengo un gran cariño porque el padre de esa criatura fue el profesor (Gumersindo) Trujillo de la Universidad de La Laguna", afirmó Saavedra, en referencia a uno de los especialistas en el estudio del federalismo.

Saavedra pidió a los presidentes autonómicos "que no hagan populismo con la financiación" y que sean respetuosos con las singularidades y la acepten". Y se preguntó: "¿Por qué piden más si luego bajan los impuestos? Esto hay que explicarlo, quieren más dinero no para mejorar los servicios porque reducen los ingresos propios". En este punto, se mostró partidario de "uniformar y reducir la autonomía fiscal de las regiones" y dijo que "el Estado debe plantearse la necesidad de ver si la competencia fiscal que tienen determinados tributos es conveniente mantenerla o no".

"A mí no me gusta que en una comunidad se bajen impuestos, eso sí que crea desigualdad y ahí no hay razones objetivas que lo justifiquen", resaltó. Además, arremetió contra la regla de gasto que impide a las administraciones que gestionan bien gastar el superávit generado, y pidió mejor trato para las comunidades cumplidoras que para las "derrochadoras".

El expresidente canario se mostró partidario de fijar en la Constitución dos bloques de competencias y clarificar así las que son exclusivas del Estado y las que asumen las comunidades autónomas, ya que el actual modelo de áreas intermedias ha generado una gran conflictividad y recursos ante el Tribunal Constitucional de un lado o del otro. Para el Senado reclamó una reforma que conlleve una reducción del número de escaños y plantear un nuevo sistema de elección y de funciones como cámara territorial.