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"No podemos seguir invirtiendo en depurar el agua para tirarla al océano"

Aridane González, presidente del Comité de Expertos para el Estudio del Cambio Climático

Aridane González, presidente del Comité de Expertos para el Estudio del Cambio Climático. Quique Curbelo

¿Cómo incide el cambio climático en las Islas?

Ya existen evidencias de que hay especies de zonas más tropicales y meridionales que se mantienen en nuestras costas, algo que antes no sucedía. Tenemos una afección directa sobre la agricultura, por la disminución de lluvias y el aumento de las temperaturas, y una acidificación en el océano. Además hay unas incidencias sociales relacionadas con la acción del hombre.

¿En qué líneas de acción trabaja el comité para luchar contra el cambio climático?

La intención es agrupar a los expertos que tienen que ver con el cambio climático y con la economía azul y circular para formar una red de conocimiento y enviar informes de acciones al Gobierno.

¿Es posible detener este proceso o solo frenarlo? ¿Ya es tarde para buscar soluciones?

Se ha usado el término cambio climático incluso para cosas que no corresponden. Eso ha hecho que la sociedad se habitúe a oírlo y no reconozca la gravedad del problema. Ahora hay que trabajar para minimizar ese impacto y para tener los ecosistemas preparados para amortiguar su efecto. En cambio climático, ciencia ambiental o ecosistemas es prioritario no tener color político. Tiene que haber un compromiso de todos los agentes socioeconómicos empezando por los ciudadanos, siguiendo por las organizaciones, y terminando por las empresas, partidos y gobiernos.

El Ejecutivo creó en 2009 la Agencia de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, un órgano que finalmente se diluyó. ¿Pasará lo mismo con el comité?

La agencia, que llegó hasta 2012, hizo un trabajo fabuloso y desde el comité vamos a trabajar sobre varios de sus ejes de acción. En aquel momento, como en todo el país, se decidió prescindir de este tipo de agencias. La diferencia con ella es que nosotros somos un comité puramente científico, no administrativo, donde se busca formar una red de conocimiento.

¿Es factible que en 2025 la mitad de la energía que se consuma en Canarias sea renovable y que en 2050 el 100% sea limpia?

Viendo las líneas sobre las que ha trabajado el Gobierno, más las nuevas, vamos en ese camino. Este comité ya trabaja en propuestas para intentar llegar al 45% antes de 2025. En cuanto al 100%, tecnológicamente quizás sea posible, pero socialmente habrá que evaluarlo a medida que pase el tiempo.

¿Por qué?

Porque la sociedad está tecnológicamente acomodada y todo el mundo quiere tener el máximo de luz. Hay que trabajar la eficiencia y el ahorro energéticos para poder llegar a una meta como esta.

La implantación del gas está generando bastante controversia. ¿Es, a su juicio, una buena fuente de energía transitoria?

Estamos evaluando datos y contactando con los expertos de esta materia. Sin los datos sobre la mesa no se puede tener una conclusión. Lo que es verdad es que en este tránsito no podemos seguir quemando todos estos barriles de petróleo al día. Canarias es la segunda comunidad que está más por encima de las emisiones permitidas debido a que solo utiliza fuel oil. Tenemos que buscar una alternativa. ¿Cómo se llama esa alternativa? Ese es el papel de los expertos, no solo de este comité. Hay que recordar que en Canarias ya hay industrias que utilizan gas industrial, no es algo nuevo. El gas natural licuado, que es el de los barcos, ya está presente y habrá más porque a partir del 1 de enero de 2020 los barcos deberán de tener como máximo un 0,5% de emisiones de azufre (SOx). Eso solo se logra con gas natural licuado. El objetivo está claro, las energías renovables son la prioridad.

¿Qué lleva a Canarias a ser la segunda región con mayor nivel de emisiones?

Es fácil de explicar si consideramos que la producción energética de las Islas viene principalmente por las centrales térmicas, pero también están los efectos de los aviones y de los barcos. Somos una plataforma en medio del océano donde muchos barcos pasan de tránsito, pero sus emisiones contabilizan en Canarias. Con la implantación de energías renovables y los planes de choque que se están aprobando, la estimación es que entre el final del 2018 y el final de 2019, Canarias esté ya en emisiones de gases similares a las de 1995.

En el plan de choque para reducir la emisión de gases, ¿qué papel juega el sector residencial de donde proceden el 21% de las emisiones?

Hay que trabajar la educación para tener una sociedad más sostenible. El comité trabaja en la economía circular y azul porque podemos usar nuestros residuos para generar productos secundarios y así disminuir nuestro impacto.

La salud del mar también se resiente. ¿La aparición de las microalgas fue un aviso?

No es algo que podamos decir que se produzca directamente por el cambio climático en Canarias porque entonces se tendría que repetir periódicamente. De hecho, hay un informe de tres expertos en el que claramente se dice que la aparición de estos bloom de cianobacterias se deben a un cúmulo de circunstancias: calima, ausencia de viento y aumento de la temperatura en el mar durante el verano. Hay que hacer un estudio temporal para verlo a más largo plazo. Los estudios que dan información sobre el cambio climático no pueden referirse a un tiempo concreto, sino a series temporales para poder ver las tendencias de cambio en el océano.

¿Qué se pierde con cada día que pasa sin establecer coto a los vertidos ilegales?

Los vertidos disminuyen la salud de nuestras aguas costeras. Un vertido de agua residual no tratada tiene materia orgánica y hasta concentraciones de diferentes compuestos químicos. Eso es una línea prioritaria de este comité: trabajar para mejorar el tratado de las aguas y cerrar el ciclo del agua. No podemos seguir invirtiendo en depurar el agua y tirarla al océano. Tenemos que depurarla y reutilizarla.

Los agricultores temen que el aumento de las temperaturas facilite el asentamiento de nuevas plagas, ¿existe un riesgo inminente de que esto ocurra?

Hay que estudiar las medidas que podemos llevar a cabo para el control de las plagas, pero sobre todo hay que trabajar en la prevención de esa llegada. No me gusta ser alarmista. Hablar de riesgo inminente sin datos es aventurarse y sería sembrar un miedo injustificado.

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