¿El argumento económico usado por el PP para vetar la tramitación de la ley de memoria histórica es suficiente?
No, el argumento económico es una falacia. Es un tema ideológico. El PP no ha condenado el franquismo, es el heredero de Alianza Popular, partido formado por siete ministros del franquismo, y no es capaz de superar la historia. Es una derecha antigua, casposa y que no acaba de avanzar. Seguramente por eso los poderes financieros buscan sustituirlo por una nueva derecha: Ciudadanos (Cs).
En la propuesta de reforma del PSOE para la ley de Memoria Histórica piden, entre otras medidas, una comisión de la verdad, un banco de ADN o la retirada efectiva de la simbología franquista. ¿Es viable?
Son viables porque no son para el mes que viene. La comisión de la verdad la recomienda la ONU para que haya una verdad oficial y como garantía de no repetición. ¿Qué nación decente permite que seamos el segundo país del mundo después de Camboya con más fosas comunes? Todo es viable y todo está ajustado a derecho porque se trata de restaurar la dignidad a las víctimas.
¿Por qué es tan importante rescatar la memoria histórica?
Porque no se construye una persona ni una nación sin memoria. Se nos recomienda que tengamos un Alzheimer colectivo como nación pero, en realidad, cuando alguien olvida nos preocupamos por eso.
¿Qué se logra con la eliminación de los símbolos franquistas?
Se trata de borrar aquello que fue impuesto por la fuerza. Hacer homenajes al nazismo en Alemania está tipificado en el Código Penal y no podemos decir que Alemania sea sospechosa de ser una democracia imperfecta. Es historia, pero no hay que hacerle homenajes con dinero público.
¿Fue un insulto que ETA no pidiera perdón a todas las víctimas?
Me parece erróneo e incluso insultante que lo hagan así, pero debemos poner el énfasis en que desaparece una banda terrorista que ha sido víctima de la democracia. El fortalecimiento de la democracia es evidente y hace que nos reafirmemos en nuestra fe en ella.
Un juez, en cambio, aseguró hace poco que la libertad de expresión está en su peor momento desde los años 80.
En eso coincido. Los derechos son como las buenas plantas: se tienen que cultivar, podar y regar para que sigan dando flores. La democracia se tiene que cultivar y en este momento tenemos una ley mordaza, retroceso en libertades, intentos de censura... Hay un retroceso de libertades que hay que revertir, pero para eso es necesario dar una vuelta a La Moncloa porque su inquilino está muy convencido de que con menos libertades se puede subsistir.
Desde el fallo de La Manada hay un clamor social y político por cambiar el código penal. ¿Qué consecuencias puede tener legislar a golpe de sentencia? ¿Le preocupa?
Hay dos cuestiones que la Constitución deja fuera de la consulta popular: la política fiscal y la política penal. Y la deja fuera porque ambas requieren sosiego e informes técnicos, no pasión. Ni las víctimas ni los momentos calientes pueden dictar la política penal. De hecho hay una comisión de codificación que está en discusión porque no tiene paridad y su trabajo tiene que hacerse con tranquilidad y analizando lo que pasa. Quizás para ello se necesite un ministro de Justicia que ahora mismo no tiene España. Aquí lo que tenemos es un simulacro de ministro de Justicia.
¿Pero es lógico que los tipos penales den pie a la interpretación?
Tal y como están redactados los tipos éstos se prestan a una interpretación. Hay que acotarlos para que eso no suceda. Aún así, ¿el derecho siempre será interpretación? Toda la vida ha habido votos particulares, lo cual demuestra que el derecho es interpretativo, pero prometerle a alguien que vamos a hacer algo para que no haya malos tratos o violadores es engañar.
¿Qué imagen da el sistema jurisdiccional cuando jueces, fiscales y abogados se unen para reclam ar una justicia digna?
Evidencia una parte más del fin de época que estamos viviendo. El sistema judicial está en cuestión porque necesita adaptarse al siglo XXI y requiere un ministro de Justicia valiente que mire hacia los problemas de la Justicia. No se trata de que los jueces, fiscales y abogados estén de acuerdo para trabajar mejor, que también, sino de que el usuario de la Justicia, que a lo mejor la usa una o dos veces en su vida, no se sienta condenado por el proceso que va a durar diez años en resolver.
¿Por qué la eutanasia debe ser un derecho y una prestación sanitaria? ¿Confía en que salga hacia adelante pese a la enorme controversia que genera?
Lo hemos defendido siempre. La muerte digna afecta a todos y la eutanasia afecta solo a quienes lo piden. Ésta requiere una ley orgánica porque hay que modificar el código penal para despenalizar el suicidio asistido. Nosotros defendemos esta ley para aquellos que no quieren sufrir sabiendo que tienen que morir con sufrimiento. El que quiera morir sufriendo porque le gusta, porque su conciencia se lo dicta o porque eso le acerca a Dios, lo puede hacer. Hay que tener en cuenta que los derechos no son obligaciones.
¿Habrá debacle electoral del PSOE en los comicio autonómicos de 2019?
La encuesta del CIS presenta un panorama abierto que a los socialistas nos viene muy bien. Nosotros estamos tranquilos por lo que estamos haciendo y lo que observamos desde la barrera es que hay dos derechas que compiten como gladiadores entre ellas. Nosotros seguimos nuestra marcha convencidos de que vamos bien.
¿Ciudadanos puede mermar el suelo del PSOE y su partido quedar como tercera fuerza?
¿Qué modernidad aporta Cs cuando llega la oportunidad de despenalizar la eutanasia y vota en contra manifestando sus flecos episcopales? No, no estamos preocupados porque el movimiento que observamos de votos entre Cs y nosotros es irrelevante.
¿Cataluña es el mayor síntoma del agotamiento del modelo territorial de España?
Es uno de los síntomas. Ahora bien, la incubadora del separatismo no está en la plaza Sant Jaume, sino en La Moncloa. La torpeza y la visión centralista y nacionalista española de Rajoy y del PP, con su misión antigua de "España, una, grande y libre" en vez de una España plural, es la que lo ha generado. Es decir, quien le ha echado chuletas al caniche ha sido Rajoy.
¿En las próximas elecciones, puede pasar factura al PSOE la estrategia seguida en el proceso catalán?
Como socialistas y gente de izquierdas que somos no podemos ser nacionalistas ni separatistas. Somos federalistas. Creo que los separatismos, y lo digo con respeto, obedece al miedo y al vértigo al futuro y a la incapacidad de hacer un discurso global para una nueva época. Algunos se están refugiando en el nacionalismo español, en el francés o en el norteamericano. Otros optan por el autonómico y es por miedo a dar una visión global.
¿Se volverá a repetir la imagen de un Pedro Sánchez derrotado por un partido dividido?
Eso es imposible porque la afiliación ya dijo lo que tenía que ser. Pedro Sánchez ganó contra pronóstico. Ganó contra las grandes cabeceras, contra los poderes financieros y contra los grandes líderes del socialismo español y lo hizo con un equipo de entusiastas y con la voluntad militante.
