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La hija de El Hierro y la tradición

Alcira Padrón es una de la mayores exponentes de la tejeduría herreña

Imagen de Alcira Padrón en su telar, años atrás. LP / DLP

"Mi vida ha sido trabajar honesta y dignamente. Ahora llegó el momento en el que me lo reconocen, cosa que se agradece". Dulce, humilde y sincera. Así suena Alcira Padrón a través del teléfono cuando relata con modestia cómo han sido sus 89 años de vida en El Hierro, isla a la que adora y defiende junto a su patrona, la Virgen de los Reyes. Desde muy niña Padrón se dedicó a la cría de animales, a la labranza de la tierra y a la artesanía. Las dificultades propias de la época no impidieron a esta herreña cultivar sus inquietudes artísticas más allá de la tejeduría, actividad que ha desarrollado hasta ahora en forma de talegas, traperas, bandas de bailarines o mantas. La poesía y las loas a su tierra y a su patrona son ejemplo de cómo una mujer hecha a sí misma es capaz de ponerse el mundo por montera. El Ejecutivo regional reconoce ahora su labor con una de las de las doce Medallas de Oro que concede el 30 de Mayo, Día de Canarias.

Su voz transmite la pasión por una tradición que, si no cambian mucho las tornas, está a punto de decir adiós porque son pocas las personas que aún la mantienen con vida. Padrón es una de ellas, y pese a que una enfermedad le impide ahora tejer, aún mantiene la esperanza de recuperarse. "Si mejoro seguiré trabajando la lana, y si no, pues lo dejaré", señala.

La artesana nació en Isora en 1929, pero tras casarse con Eloy Quintero -ya fallecido- se trasladó a El Pinar en 1952. Como muchas mujeres de su generación, volcó su vida a la ganadería y la agricultura. Madre de ocho hijos, siempre se ha mostrado abierta a enseñar a quien quiera los secretos de la lana. No quiere que se pierda una de las tradiciones con más arraigo de El Hierro y confía en que más personas sientan el flechazo que tocó su alma cuando vio a su madre y a una tía frente al telar. "Hilaban muy bien y me entró el gusanillo de aprender", recuerda.

Y tal fue el impacto que le causó esta artesanía que pronto se convirtió en una de las principales abanderadas de El Hierro para mostrar los oficios tradicionales de la isla del meridiano en ferias insulares y regionales. Siempre se preocupó por la recuperación y divulgación de las tradiciones herreñas y ahora, a punto de cumplir los 90 años, aún mantiene que "lo poco" que sabe se lo enseñará a quien desee aprender antes de que sea tarde. "Cuando uno no pueda es cuando lo van a lamentar", advierte.

"Isla de puertas abiertas"

"Isla de puertas abiertas / de hogares hospitalarios / de manos de piel morena / curtidas por el trabajo / de sembrar la sementera / con la yunta y un arado / que se cortaba en el monte / en un pino jorobado / y lo aparejaba un hombre / con su talento amañado". La admiración que siente Alcira Padrón por su tierra es palpable en apenas unos minutos de conversación. "Soy hija de El Hierro. Es mi tierra y la adoro. Reconozco que todas las islas son bonitas, pero a esta la quiero tanto porque es la mía. Soy una privilegiada por haber nacido en ella y la llevo en el corazón", asegura.

Por eso es que Padrón comenzó a recitar poesías y loas a El Hierro y a la Virgen de los Reyes, una prolífica obra que también logró poner en negro sobre blanco en 2009 -coincidiendo con la LXVII Bajada de La Virgen- gracias a la colaboración del Cabildo herreño. Poesías de Alcira es un libro en el que Padrón da cuenta de los paisajes y costumbres de la isla más occidental del Archipiélago, un amplio retrato del sentir herreño en forma de verso.

La Virgen, el olor a sabina o el susurro del viento herreño sirvieron de inspiración a la artesana. No en vano, la chispa creadora de Padrón también prendió en un año de Bajada. "La imaginación me llevó a hacer una poesía para que la recitara mi hija Candelaria siendo una niña y, al salirme tan bonita, hice otra para recitarla yo, que también me salió muy bonita. Así seguí haciéndolas para cada ocasión", explica la artesana en la introducción de su libro.

Y con la misma humildad que le ha caracterizado a lo largo de la vida, sostiene en su obra que "la vanidad de poeta no se le ha subido a la cabeza". Simplemente explica, como lo hace en la actualidad, que no le gustaría irse de este mundo dejando sus poesías "arrinconadas". Pero nunca lo harán, pues su legado forma parte ya de la idiosincrasia herreña.

El próximo 30 de Mayo, Día de Canarias, Alcira Padrón confía en poder estar en el acto institucional de entrega de los Premios Canarias y Medallas de Oro que acogerá el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria. "Yo nada he pedido", señala la artesana herreña, "pero es bonito que reconozcan el trabajo, más aún porque es algo que no me esperaba".

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