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El Frontex descarta que se produzca en Canarias una nueva crisis de los cayucos

La agencia europea sostiene que el modelo de gestión que se implantó en el Archipiélago en 2006 evitará una llegada masiva de inmigrantes irregulares

Foto de familia de los participantes en la jornada celebrada ayer en Casa África sobre migraciones. JOSÉ PÉREZ CURBELO

La Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea (Frontex, por sus siglas en francés) descarta que Canarias viva una nueva crisis de los cayucos como la de 2006. Pese al posible desvío de las rutas migratorias desde el Mediterráneo Central hacia Occidente, el jefe de operaciones del Frontex en el Archipiélago, el comandante Agustín Barroso, indicó ayer que no producirá una apertura de la vía del Atlántico Norte como la de hace doce años porque ahora ya hay mecanismos establecidos. "Estamos viendo que se está trabajando muy bien en los países de origen", aseguró Barroso, quien también señaló que a pesar del repunte en la llegada de inmigrantes irregulares en el primer semestre del año, "aún es pronto para hablar de una tendencia". Eso sí, el comandante apunta "que puede haber más casos puntuales".

En el primer semestre de este año han llegado a las costas canarias de forma irregular 440 personas, 22 más que en todo 2017. Las migraciones se han convertido en un tema central en la agenda europea, marcada por la revisión del Sistema Europeo Común de Asilo y casos como el del Aquarius. Casa África acogió ayer la jornada Migraciones, el gran reto de la Unión Europea para 2018: Canarias, laboratorio de éxito. Durante el debate se puso de manifiesto la perspectiva institucional y social de la gestión de las fronteras y las posibles soluciones para abordar la crisis migratoria. En la primera mesa participaron Barroso, el presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, Eugenio Nasarre; y el consejero de la Embajada de España en Marruecos, Isidro González. En ella se puso en valor la experiencia y el modelo de acción adoptado por Canarias para encarar la llegada masiva de inmigrantes mediante los acuerdos con los países de la costa occidental africana y la gestión de las fronteras.

La fortaleza de un modelo

Barroso destacó el plan armado en las Islas desde cero porque ha demostrado su fortaleza. No ya en 2006, cuando desembarcaron en las Islas 31.678 personas llegadas en pateras o cayucos, sino a partir de 2015 cuando la crisis migratoria irrumpió en Europa y el Archipiélago solo recibió a 875 inmigrantes. Un año después, entraron en la región de forma irregular 672 personas.

Nasarre subrayó ayer que la política comunitaria de inmigración tiene que ser "razonable" y "coherente con los valores europeos". El presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo señaló que la crisis migratoria está causando efectos políticos en el bloque comunitario, donde se está "minando" la relación de confianza y cooperación. Advirtió, a su vez, que partidos de tendencia populista utilizan "cierta xenofobia" y el miedo a la llegada de personas para ganar posiciones en procesos electores. Bajo su punto de vista, "parches" o "medidas para taponar agujeros" no es una solución a largo plazo. Es por ello que Nasarre planteó la pertinencia de que Europa adopte un plan Marshall para África. El objetivo de este proyecto sería favorecer el desarrollo económico y social de los países de origen de los migrantes y evitar, así, los flujos migratorios hacia el continente.

González hizo hincapié, asimismo, en que "el inmigrante no es un problema, sino una oportunidad". Las bajas de tasas de natalidad que presenta Europa hacen que la llegada de personas de otras países se convierta en una importante vía de rejuvenecimiento de la población europea. El diplomático recalcó durante su intervención que es necesario terminar con los clichés que pesan sobre los inmigrantes africanos, pues en la mayoría de los casos no son personas que quieran salir de sus países por voluntad propia, sino que salen expulsados de sus territorios por conflictos o por una necesidad económica acuciante. Y no solo parten hacia Europa, puesto que cuatro de cada cinco migrantes se desplazan de un país a otro situado en África.

El consejero de la Embajada de España en Marruecos también insistió en la importancia de "repensar" la relación con el continente africano y de aclarar la finalidad de la cooperación al desarrollo para evitar que ésta se convierta en caridad.

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