La vulnerabilidad de Canarias por su lejanía e insularidad, su encaje en el Estado y en Europa y los déficits financieros y sociales del Archipiélago fueron una constante en los manuscritos del expresidente Felipe González durante su mandato, tanto en el PSOE como al frente del Gobierno español. Algunos de los protagonistas de esa etapa subrayan que fueron unos años trascendentales y decisivos para las Islas porque el Ejecutivo socialista diseñaba el marco de las Islas en Europa para garantizar sus singularidades tras la entrada de España en la CEE, pero también se dejaban traslucir las tensiones entre los partidos estatales y los nacionalistas ante el trato que recibía Canarias de Madrid. "Canarias no puede transformarse en un problema de Estado", escribe González durante un debate en el Congreso reflejando las palabras del diputado de las AIC, Luis Mardones, en 1989.
"Canarias es la parte más vulnerable del Estado", anotó el expresidente de las palabras del parlamentario nacionalista tinerfeño. Por eso, entre las peticiones de los nacionalistas canarios figuraba la necesidad de "modificar el estatus de Canarias en la CE" o "garantizar la solidaridad del Estado con el hecho insular". Primero con las AIC y después con CC, González reflejó en sus anotaciones las permanente reivindicaciones sobre las excepcionalidades isleñas y la "máxima prioridad" para "acelerar los compromisos sobre Canarias".
El expresidente del Gobierno canario, Jerónimo Saavedra, admite que en el Gobierno de González habían ministros "jacobinos" como fue el caso de Javier Sáenz de Cosculluela, titular de Obras Públicas entre 1985 y 1991, que se negó a financiar la prolongación de la autopista del Sur entre el aeropuerto y Tarajalillo o un tramo de la autopista del sur de Tenerife. Saavedra tuvo que trasladarse un fin de semana a Sevilla y "convencer" al propio Felipe González para que se considerasen las autovías canarias como carreteras de interés general para poder ser financiadas por el Estado.
El que fuera ministro con González entre 1993 y 1996 también relata la pugna que supuso con los nacionalistas la renuncia al sistema de adhesión de Canarias a la entonces CEE, el llamado Protocolo 2, y la negociación que supuso pasar de los antiguos arbitrios insulares a la ley del REF de 1994 con el nacimiento del IGIC. En esa batalla por la actualización del acervo canario tuvo un especial protagonismo el hoy ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que era secretario de Estado de Hacienda.
En los manuscritos del expresidente González está el también expresidente canario Lorenzo Olarte, el primer portavoz que tuvo Coalición Canaria en el Congreso tras las elecciones generales de 1993. "Le advertí a Felipe que tuviese mucho cuidado con Canarias porque los no españolistas habíamos sido capaces de unirnos y si tenían un mínimo de razonamiento político esta situación les debía preocupar porque no dependíamos de partidos estatales", asegura Olarte. Los nacionalistas canarios no votaron la investidura de González en 1993 "porque no nos lo pidieron" -Saavedra se lo desaconsejó a González- pero también "porque no habían cumplido con Canarias una serie de promesas, por lo que no me fiaba del PSOE". Olarte destaca que mientras hablaba desde la tribuna de oradores del Congreso, González no le dirigió la mirada sino que tomaba apuntes en su escaño, anotaciones que son ahora las que han salido a la luz pública a través de la iniciativa de la Fundación Felipe González.
Olarte recuerda que cuando se despidió del Congreso para ser vicepresidente del Gobierno canario en 1995 emuló una frase de Benito Pérez Galdós y advirtió al Ejecutivo socialista y al PP: "Procuren ustedes que en Canarias no sintamos el cansancio de sentirnos españoles".
Antonio Aguado era miembro de la dirección del PSOE a finales de los años 70 y después fue concejal del Ayuntamiento capitalino con Juan Rodríguez Doreste de alcalde. González lo cita en uno de sus manuscritos a raíz de la preocupación que había por el nacionalismo isleño de esa época. Aguado relata que había inquietud entre los socialistas canarios por el auge del independentismo de la mano de UPC o del Mpaiac de Antonio Cubillo. Por eso tuvo la iniciativa de solicitar que los miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE se trasladasen a Canarias para una reunión monográfica con la dirección regional de los socialistas canarios para abordar la situación convulsa de las Islas.
Fue la primera y única vez que la dirección federal del PSOE se ha reunido en Canarias. Aguado cree que fue un encuentro clarificador y Felipe González "demostró un gran conocimiento de la realidad que estábamos viviendo aquí, tuvo una capacidad de síntesis y de visión de lo que podía ocurrir por la preocupación que había, aunque con el paso de los años la situación no se agravó como todos sabemos", añade el exdirigente socialista.
Otro dirigente canario mencionado en varios escritos por González es el exdiputado nacional por Santa Cruz de Tenerife Luis Fajardo, especialista en Derecho Administrativo y miembro en los últimos años del Consejo Consultivo. Fajardo ocupó entre 1976 y 1984 la Secretaría de Política Municipal en la Ejecutiva Federal del PSOE y desde ese puesto y como parlamentario y jurista participó activamente en el proceso de construcción del Estado de las Autonomías, entre ellas Canarias. "Fue un periodo muy interesante e ilusionante porque se pusieron las bases tanto municipales como autonómicas del desarrollo posterior del Estado", añade Fajardo.
El exdirigente socialista considera que el intento de golpe de Estado de 1981 contribuyó a acelerar el pacto autonómico que después desarrolló el Gobierno de Felipe González a partir de 1982, con la aprobación de los estatutos de autonomía. En su opinión, "el golpe de Estado propició una respuesta democrática". Asimismo, en el ámbito del partido Fajardo tuvo que emplearse a fondo cuando el PSOE inició su expansión territorial por los municipios para formar a los primeros concejales y alcaldes socialistas elegidos después de 40 años de
