¿Qué se lleva de estos cuatro años como cónsul de Colombia en Canarias?
La satisfacción de brindar un servicio a mi país y a los connacionales. He sido un servidor público. El título de cónsul no me llena el ego, me abre puertas para ayudar mejor a las personas. Antes era cooperante y he tratado de transmitir la parte humana a la diplomacia. A mí no me da miedo decir en qué soy bueno y lo soy en gestión de personas. Dejo un consulado que integra colombianos y canarios. Además, nos han llamado para dar conferencias porque a pesar de ser una oficina pequeña, hemos sido pioneros. También dejo un consulado más abierto, donde las personas se aproximan a contarnos sus problemas.
¿Cuántos colombianos y colombianas hay en España?
Medio millón. 27.000 solo en Canarias. Y un 60% tiene circunstancias en las que necesita el apoyo del consulado.
¿Cuáles son esas situaciones?
Desde estar irregular en su documentación, hasta el desempleo, enfermedades, o problemas más severos como la violencia de género o la trata de personas. También está la gente que salió del país por la guerra y están acogidos a la Ley de Víctimas. El Consulado aquí hace de puente entre la persona y la Unidad de Víctimas en Colombia.
¿Cuál es el perfil del colombiano que viene a Canarias?
Viene un porcentaje de personas muy cualificadas. El mejor ginecólogo en La Palma era colombiano, ya no ejerce, y hay un oncólogo muy bueno en Tenerife. Y tenemos profesionales en el Instituto Astrofísico de Canarias, trabajadores de la banca, etcétera. Y también viene gente con niveles educativos bajos, buscando un puesto de trabajo que le permita una mejor calidad de vida.
A pesar del progreso en Colombia, su población sigue emigrando. ¿Por qué?
No te sabría decir. Europa y Estados Unidos son atractivos para cualquier país que está emergiendo. Y aunque estamos saliendo de un proceso muy difícil de conflicto, hay gente que aún así decide salir pensando que va a encontrar mejor situación aquí, y no siempre es así. Muchas veces se decepcionan. También porque hay mucho engaño, sobre todo a las mujeres. Les prometen modelaje o trabajo en centros de estética y luego las obligan a prostituirse.
¿Cuál es el porcentaje de retorno?
En la época de la crisis económica tuvimos bastante. No era retorno pero sí salida hacia otros países europeos. También hubo una cantidad notable que se volvió a Colombia esperando que la situación en España mejorase y ahora quieren volver porque ven que Europa se reanima.
Tenía el reto de visibilizar a la población colombiana en Canarias. ¿Cree que lo ha logrado?
Soy de ascendencia italiana y vengo de familia migrante. Lo primero que quería transmitir a la ciudadanía colombiana en Canarias es que los entiendo. Salí a conocer el mundo y me quedé en el mundo. Comencé a introducirme en los estamentos sociales de las Islas y eso ha hecho que pueda promocionar el país más fácilmente. Participamos en el Festival de Cine y también en la recepción al buque Gloria. Además, creamos un boletín, dando a conocer los trámites del consulado. El colombiano empezó a sentir que no estaba solo.
¿Un colombiano en Lanzarote tiene las mismas facilidades que uno en Gran Canaria?
No todo el mundo tiene residencia y, aunque la tengan, no todos tienen derecho al descuento. Al que vive en El Hierro o en Lanzarote no le queda fácil venir a un trámite consular. Y que tengas que gastarte 100 ó 120 euros en venir a Gran Canaria... Lo que hicimos fue crear consulados móviles, uno cada dos meses. ¡Aunque yo hubiera hecho más! Normalmente el porcentaje de colombianos de Fuerteventura o Lanzarote que vienen a Gran Canaria al consulado es de un 30%, y con las oficinas itinerantes subió a un 40%. Por otro lado, hemos hecho visita a las cárceles. Tenemos colombianos en todas las prisiones de las islas. Hicimos 46 visitas carcelarias.
¿Cuáles son los principales delitos?
De todo un poco pero el narcotráfico se lleva siempre un alto porcentaje.
¿La huella de Pablo Escobar sigue presente como un referente en una parte de la juventud colombiana?
El mito de Pablo Escobar ha hecho un boom. Hay seis o siete series e incluso Colombia ha hecho una. ¿Qué es lo que hemos intentado? Que eso no sea lo único que se hable del país. Lo que me preocupa es que aprendan de algo que es novelado, que no es la verdad. En Colombia pensábamos que habíamos superado el estigma y nos llega esto de las series. Entonces toca un trabajo doble. Hace poco lanzaron una campaña publicitaria bajo el lema Luchemos los estereotipos con estereotipos. ¿Por qué? Porque el colombiano es de romper esquemas. Somos ciudadanos a los que no se nos trataba bien en la mayoría de los aeropuertos. Hasta hace cuatro años solo 26 países no nos pedían visado. Ya vamos por 90. Esto es un ejercicio de diplomacia, pero también de la propia gente que sigue generando el orgullo colombiano.
¿Cómo son las relaciones España-Colombia?
Altísimo nivel. Históricamente, España ha sido clave para Colombia y en los últimos años más. Hay un fuerte compromiso en la economía bilateral. Hay más de 400 empresas españolas en Colombia y otro tanto al revés. Y las relaciones son de Estado por lo que no importa si hay un partido u otro gobernando. No hay resentimiento. Colombia, a diferencia de otros países, no se ha sentido oprimida. De hecho, durante la crisis aquí, mucho español eligió Colombia y no pocas empresas han movido sus sedes regionales a Colombia a raíz de la mejora del país. Es un territorio muy bien ubicado y la mano de obra cualificada es muy barata porque hay mucha.
¿Cómo ve el nuevo mandato de Iván Duque?
Prefiero no opinar mucho porque no me voy a meter más en política. Lo único que espero es lo que él ha dicho en su discurso de posesión sobre la unión de la ciudadanía. Es ahora mismo lo que necesita el país, echar pa'lante. Si logra eso, ya el camino está.
¿Allí continúa de manera intensa la polarización tras el proceso de paz con las FARC?
El proceso de paz ha generado muchas divisiones. No todos pasamos página igual de rápido. Se decía que había gente a favor de la paz y otros en contra, pero no es eso, sino que no estaban de acuerdo con los términos en los que se estaba negociando. Lo que a la gente le cuesta entender es que la FARC no ha ganado la guerra. Cuando hay una superioridad tan clara tienes que aceptar concesiones de un lado y de otro. Hay gente que piensa que podíamos derrotar a la guerrilla militarmente. ¿Qué guerrilla se ha derrotado así? Dos o tres casos a nivel mundial. Duque tiene que lograr cambiar este discurso porque si pasa cualquier cosa, debemos estar unidos.
El hueco que dejaron las FARC, ¿lo puede ocupar el Ejército de Liberación Nacional?
Como ejército armado no. Pero es un país muy grande y no en todos lados con infraestructura. Y hay mucha selva en la que es fácil esconderse. Hay grupos ilegales y los va a seguir habiendo debido al comercio ilícito de droga. El ELN ha existido de siempre, pero al exterior se conocía las FARC. Había territorios donde estaban juntos y otros que se los disputaban. El ELN lo que está haciendo ahora es un ejercicio de fuerza porque cuando vas a negociar no puedes llegar rendido. El asunto con el ELN es que tienen acciones contradictorias. Están en contra de la explotación del petróleo pero hacen atentados contra los oleoductos y generan un daño medioambiental muy grande. Dicen que están por el pueblo y secuestran a la gente.
La salida de Colombia de Unasur, ¿qué opinión le merece?
Unasur lleva paralizado tiempo. Lo que se está buscando es que la situación en Venezuela cambie. Fue una plataforma donde hubo mucha influencia de un estilo de gobierno que sí estuvo muy presente en Latinoamérica pero que entraba a competir con otras plataformas. Colombia tiene una plataforma muy interesante que es la Alianza del Pacífico con México, Chile y Perú, que representa más intereses económicos y posibilidades que estar en otros espacios.
¿Cuál es su siguiente parada?
Voy a dedicarme a la consultoría estratégica enfocada en la innovación, el cambio y el liderazgo creativo con mi propia marca, Piero Gandini. Lo único constante en la vida es el cambio y, como tal, lo asumo y me gusta. Aquí hay muchas empresas que si no cambian, se hunden. Y quiero estar ahí para mostrarles cómo dar el salto, con un impacto social positivo. Si tú tratas bien a las personas de tu empresa y les dejas ser innovadores y creativos, te va a ir mejor.
