Una hilera de olivos, árbol símbolo de la paz y la resistencia, arropa desde ayer una placa conmemorativa a los 154 fallecidos en la tragedia del vuelo de Spanair JK5022, que el 20 de agosto de 2008 no logró realizar su trayectoria Madrid-Gran Canaria. El mensaje reposa sobre una roca volcánica en un paseo en la ladera de Sonnenland, en Maspalomas. Hasta allí se desplazaron ayer familiares de las víctimas del accidente, una superviviente y personal del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.
"Los muertos, muertos están. Lo que queda es tratar de evitar que vuelva a suceder", explica Máximo Díaz, cuya madre, Lidia Delgado, falleció a los 51 años en la catástrofe. Y es que una década después del aparatoso despegue que transformó sus vidas, las familias continúan demandando mejoras en la seguridad aérea. "Para un canario es fundamental porque aquí coger el avión es como en otro sitio coger la guagua", explica Loreto González, quien sobrevivió a la tragedia y perdió a su hija Clara Díaz, de 23 años.
Tampoco ha cesado la búsqueda de la verdad pues, a día de hoy, la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 continúa en lo que Pilar Vera, su presidenta, describe como una "batalla desequilibrada en cuanto a recursos y posibilidades". La secunda González, para quien "ha habido si no una idea clara de ocultar la verdad, sí de diferirla para que no se pudiera responsabilizar a nadie". "Todas las causas del accidente no se han sacado a la luz. Se ha querido inculpar a los pilotos cuando todos sabemos que por una única causa esto no ocurre", afirma Díaz. Y es que las víctimas consideran que el fatal destino de sus familiares fue producto de una cadena de eslabones mal enlazados. "Desde el fabricante del avión, hasta la compañía que lo compra y lo explota, los tripulantes, las autoridades de Barajas, el personal de rescate a los heridos...", describe la superviviente.
Se trata de un camino que, además de injusto, sienten que ha sido recorrido "prácticamente en solitario", asegura Vera. "Nunca hemos tenido el arropamiento del Rey ni del presidente del Gobierno", lamenta. Para la presidenta, esta no es una queja sino una evidencia de que no se les ha tratado "como víctimas oficiales". "Hoy la jefatura del Estado está en Barcelona rindiendo homenaje a los fallecidos en el atentado", explica. Este abandono de las autoridades también lo ha sentido Máximo Díaz, quien lo describe como "desamparo", y Loreto González, quien asegura que las víctimas no han sido justamente tratadas. "Nos hemos sentido maltratados, empezando por las autoridades políticas", afirma.
Durante el acto de descubrimiento de la placa en memoria de los fallecidos, el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, recordó que "no se trata solo de tener presente la tragedia, que nunca se nos va a olvidar, sino de seguir luchando por la seguridad aérea". Además, leyó los nombres de las trece personas que tenían su origen o residencia en el municipio: Yanina Celis, Ronaldo Gomes, María del Carmen Sofía, Mustapha Paganna, y su hija Sira, Carlos Herraez, Fayna Noda, María Lurdes Ramírez y su esposo Honorio Rodríguez, y el matrimonio Laudencio García y Lucrecia Hernández con sus dos hijos, Carlos y Elena. El alcalde hizo mención especial a esta última familia, una pérdida que aseguró sentir "más cercana" al tratarse de un compañero del Ayuntamiento.
Vera, por su parte, agradeció a Pérez y a la teniente alcalde Elena Álamo, también presente en el acto, que atendiesen la propuesta de colocar la placa en el municipio. Y recordó que "la asociación, que está considerada de utilidad pública, lucha por la memoria de los muertos y también por la seguridad de los vivos".
El encuentro, que culminó con un minuto de silencio, contó igualmente con la asistencia de Fernando González, concejal de Urbanismo, Esther Delgado, concejala de Cultura, Airam Martel, edil de Hacienda, y Ramón Suárez, concejal de Turismo.
En los próximos días tendrán lugar varios actos en otros municipios como Mogán, Teror y Gáldar. Además, hoy en el Auditorio Alfredo Kraus, en un concierto que ya ha vendido todas sus entradas, se recordará la tragedia a través de la música de la mano de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas. Participarán también con su talento Olga Cerpa, Pedro Manuel Afonso, Iván Quintana, Patricia Muñoz, Isabel Padrón, el timplista Abraham Ramos y el verseador Yeray Rodríguez.
