Canarias no está ante una llegada masiva de inmigrantes ilegales como ocurrió en 2006 con la crisis de los cayucos. El buen tiempo y que el mar esté en calma está propiciando un repunte en la venida de migrantes en pateras a las Islas, pero no son cifras alarmantes. Así lo estima el comandante de la Guardia Civil Agustín Barroso, jefe del Centro de Coordinación de Canarias y que controla las operaciones de Frontex en las Islas, agencia de la Unión Europea (UE) que se encarga del control de las fronteras terrestres y marítimas de los Estados miembro. Considera que, aunque hay un aumento con respecto al año pasado, las cifras de migrantes irregulares no son altas.

Observa que en los meses de septiembre, octubre y noviembre es usual que se produzcan los repuntes en la llegada de inmigrantes por las corrientes marinas. La operación de Frontex está activa ahora y se puso en marcha una misión en el Mediterráneo central para reforzar la seguridad en la zona, con lo que Italia ya no es el destino y las embarcaciones procedentes de Marruecos están viniendo a España y tiene su repercusión en Canarias.

Barroso explica que el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) funciona pero es un sistema creado para dar seguridad, como en temas de contrabando de drogas en las costas de España, y en el caso de la inmigración puede evitar tragedias al detectar pateras pero su radio de acción es limitada.

Ahora las pateras que están llegando a las islas proceden de la ruta de Marruecos pero no es porque haya un relajación en la vigilancia de las costas, el problema es que la costa marroquí es muy grande y las mafias están alerta para cualquier tipo de tráfico.

Resalta, además, la colaboración con Marruecos en el control de sus fronteras. En el centro en Canarias, de hecho, hay destacado un gendarme marroquí.

La cooperación con los países de origen es fundamental, subraya, y se hace con Marruecos, Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea Bissau, Cabo Verde y Mali.