La Armada informó y facilitó con antelación a las autoridades locales los horarios y los detalles de las maniobras que la fuerza anfibia llevará a cabo entre el 13 y 19 de noviembre en el litoral canario. El almirante comandante del Mando Naval de Canarias, Juan Luis Sobrino, explicó este martes que durante la preparación de estas actividades, enmarcadas en el ejercicio conjunto-combinado anual Gruflex 2018, se reunió con responsables políticos de las Islas -a los que también se les proporcionó por escrito los pormenores de la práctica militar- para explicarles de primera mano en qué consiste la instrucción, dejando la puerta abierta a que tanto en ese encuentro como después expusieran cualquier "tipo de perturbación" por generar molestias o por entorpecerse alguna actividad programada fuera de las zonas militares previstas para modificar el programa en caso de que fuera necesario.

En el caso de Fuerteventura, donde estas maniobras han despertado rechazo, Sobrino aseguró que el trato fue "cordial" y que los responsables políticos "en principio no mostraron rechazo". El comandante del Mando Naval de Canarias recalcó que la Armada siempre siempre está dispuesta a cambiar el planeamiento o a buscar lugares alternativos si se demuestre que el ejercicio "puede causar algún tipo de daño que no conozcamos". Coalición Canaria (CC) de Fuerteventura ha mostrado su oposición a estas maniobras y pretende aprobar en el próximo pleno de la Corporación insular el rechazo a las mismas, exigiendo que éstas se suspendan con el compromiso añadido de que no se lleven a cabo de forma definitiva en el litoral majorero. La última vez que este tipo de ejercicios se llevaron a cabo en el Archipiélago fue hace 16 años, en 2002. La ejecución de las maniobras produjo un gran impacto en aquel entonces, pues perecieron numerosos cetáceos como consecuencia de dichos ejercicios. Sobrino subrayó ayer que tanto Defensa como la Marina son muy conscientes de la riqueza natural que contienen los escenarios donde transcurrirán los ejercicios Gruflex, por lo que el cuidado de los aspectos medioambientales han estado presentes en las fases de planeamiento y "lo estarán" en la de ejecución. "Se evitará cualquier impacto medioambiental y se extremará las medidas de cuidado y preservación", expuso. No en vano, en las Islas no hay programadas ejercicios antisubmarinos -con la intervención de submarinos y cazaminas- que impliquen el uso de transmisiones de equipos sonar.

En la selección de las playas y zonas exteriores de las Islas para acceder a los campos de adiestramiento, la Armada evaluó las diferentes posibilidades y seleccionó, según expuso Sobrino, aquellas poco pobladas. Los desembarcos previstos en la playa de Tarajalejo, en Fuerteventura, y en el barranco de Veneguera, en Gran Canaria, tendrán lugar de noche -entre las 23.00 y 5.00 horas- para no molestar ni a locales ni a turistas. Sobrino especificó, además, que lo único que se pretende es transportar una fuerza anfibia desde un barco a los campos de adiestramiento, por lo que en las playas no se llevarán a cabo ningún tipo de ejercicio porque son zonas "de tránsito".

El objetivo de estos ejercicios es adiestrar a la Fuerza Naval en el planeamiento y ejecución de operaciones anfibias y la proyección del oder naval sobre tierra, el control del mar y las operaciones de Seguridad Marítima. Las maniobras se desarrollarán, además de en Canarias, en el Golfo de Cádiz, el Estrecho de Gibraltar, y en el Mediterráneo occidental. En ellas participarán tanto unidades de la Armada como del Ejército del Aire y de Tierra de las Fuerzas Armadas de España, pero también de Portugal, EEUU e Italia. En el caso concreto de las Islas, unos 3.000 militares se movilizarán para la práctica de estos ejercicios. De éstos, 1.200 pertenecen a las fuerzas de desembarco que tocará tierra, de los que 300 son italianos, 100 portugueses y 30 estadounidenses.

Hasta el Archipiélago se desplazarán el buque anfibio portaeronaves Juan Carlos I, el mayor buque de guerra construido en España, y los de asalto anfibio Galicia y San Giusto. Estos atracarán, sin necesidad de tocar puerto, a una distancia mínima de 5 millas de la costa -cerca de 10 kilómetros-. Estas tres embarcaciones estarán escoltados por dos fragatas F100 y una FFG, a las que se suman las lanchas de desembarco anfibio (LCM-1E) que conectarán con las superficie. Los conectores aéreos también participarán en estas maniobras y tendrán un papel destacado.

En Gran Canaria las maniobras se llevarán a cabo en la playa y barranco de Veneguera y en La Isleta; en Tenerife en Los Abriguitos y Los Abades; y en Fuerteventura en las playas Tarajalejo y La Solapa, en Puerto del Rosario y en el campo de adiestramiento de Pájara.

Sobrino destacó la importancia geoestratégica de Canarias para la realización de este tipo de ejercicios y la necesidad de cambiar de escenarios para enfrentar a los militares a nuevos retos. El 80% de los bienes de consumo que recibe España entran por mar, por lo que el almirante comandante del Mando Naval de Canarias hizo hincapié en el papel que lleva a cabo la Armada para que las líneas de suministro sean seguras y estables.

Las operaciones anfibias se han desarrollado ya en escenarios reales. Muchas de ellas están ligadas a la ayuda humanitaria, como en el terremoto de Haití de 2010, o a reforzar misiones, como en 2006 para apuntalar operaciones como la que aún mantiene Naciones Unidas en Líbano.