Un barco mercante no obedece a la parada militar. A cuatro millas de la playa de Las Canteras, situada en Las Palmas de Gran Canaria, la Armada interviene para tomar la embarcación. Apenas pasan unos minutos de las 12.30 horas de este miércoles y dos morsas (SH3D), helicópteros de la quinta escuadrilla de aeronaves de La Armada, despegan de la cubierta del portaaviones Juan Carlos I, el mayor buque militar construido en España.

La Fuerza Naval realiza un ejercicio de inserción e introduce en el mercante a un equipo de ocho marines mediante la técnica Fast-Road (cuerda rápida). Los efectivos se deslizan de uno de los aparatos mediante una cuerda mientras que el otro helicóptero cubre la maniobra volando alrededor de la embarcación.

Una vez tomado el mando en la embarcación, uno de los morsas aterriza sobre la cubierta para embarcar a la tripulación. Una aproximación que hace siempre con el apoyo del otro morsa, que contribuye a mantener la seguridad de la operación. Es necesaria la rapidez y la precisión.

El mercante no es tal, sino la fragata Álvaro de Bazán que junto al Juan Carlos I participan desde ayer en la fase de maniobras Gruflex 2018 que la Armada desarrollará durante esta semana en el litoral del Archipiélago y en las que participan fuerzas de cuatro países: España, Portugal, Italia y EE UU.

En los ejercicios intervienen 3.100 militares procedentes de cuatro países. En la madrugada de este miércoles las fuerzas anfibias desembarcaron en la playa de Tarajalejo (Fuerteventura) y en Veneguera (Gran Canaria). En este último punto los ejercicios continuarán durante la tarde y la noche.