El Salón del Trono de la sede de la Delegación del Gobierno de España en Canarias fue el escenario del acto institucional para celebrar ayer el 40 aniversario de la Constitución española en el Archipiélago. Numerosos representantes políticos, así como altos cargos de la judicatura y del ejército, participaron en una ceremonia en la que Elena Máñez, delegada del Gobierno en Canarias, destacó el espíritu de consenso que protagonizó la transición española de la dictadura a la democracia, porque ese cambio "fue posible gracias al diálogo, al acuerdo, al pacto". Además, aseguró que ese espíritu de consenso en torno a la Constitución, norma jurídica que ha sido "fundamental" para favorecer "40 años de derechos y libertades", surgió de la "generosidad" de los políticos a la hora de negociar y buscar puntos de encuentro que les permitieron superar sus diferencias.

En ese sentido, la delegada del Gobierno en Canarias apostó por el diálogo para afrontar "los retos presentes y de futuro" que se plantean en el país y aseguró que "vamos a seguir necesitando" fomentando el diálogo entre las fuerzas políticas. A su vez, Máñez alabó el espíritu de consenso que alcanzaron los políticos y, especialmente, los parlamentarios de las Islas que tomaron parte en el proceso de negociación que condujo a su aprobación en 1978, a quienes nombró como "nuestros constituyentes".

Elena Máñez animó a "mimar y defender todos los días" la democracia como un sistema que ha hecho posible tener un país "moderno, de derechos y libertades", tras salir de la dictadura.

Durante su intervención, la socialista hizo balance de las mejoras originadas a raíz de la existencia de la Constitución, a la vez que hizo referencia a cuál debe ser su papel en la posteridad y animó a aprovechar las posibilidades que actualmente sigue dando el marco legal fijado por esta norma, que pervive como "una oportunidad de futuro, de seguir avanzando".

Por otra parte, manifestó que esa circunstancia no es un impedimento para reformarla en la medida en que se crea conveniente para incrementar su vigencia, porque se trata de "un texto vivo, donde caben nuevos conceptos", argumentó. Y, en ese sentido, Máñez se mostró a favor de modificar la Constitución, bien mediante reformas parciales y concretas o bien con una más amplia, "siempre desde el consenso y nunca desde el enfrentamiento" entre las diferentes fuerzas representadas en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, puntualizó que si la actualización de la Carta Magna se planteara como un elemento de crispación o desencuentro entre partidos y entre ciudadanos considera preferible mantener como está la Constitución de 1978, que "sigue estando plenamente vigente y no está obsoleta", concluyó.