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Oramas se hace de las Tres Mil Viviendas

La diputada de CC se vuelca con el barrio sevillano al que ofendió en el Congreso | "No tengo excusa", se disculpa antes de anunciar que visitará la barriada

Ana Oramas rechaza los Presupuestos Generales del Estado

Ana Oramas rechaza los Presupuestos Generales del Estado

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Ana Oramas rechaza los Presupuestos Generales del Estado Joaquín Anastasio

De verdadera agenda de desagravio podría calificarse la actividad emprendida por la diputada de Coalición en el Congreso, Ana Oramas, en relación con el barrio sevillano que mencionó en el debate de los Presupuestos del pasado martes, y cuyos ciudadanos y las entidades sociales que trabajan en él han sentido como una grave ofensa. La diputada canaria reconoce esa ofensa, aunque niega que fuese intencionada, pide de nuevo disculpas por ella, y se vuelca ahora en intentar lograr el perdón a sus palabras. "No tengo excusas. El error es mío", afirmó ayer Oramas en una sentida comparecencia pública para lamentar otra vez el episodio y anunciar que visitará el barrio en los próximos días invitada por personas vinculadas a la que es una de las zonas marginales y con mayores problemas económicos y sociales de la capital andaluza.

La política nacionalista canaria insistió en su idea del error propio por tener que aclarar ahora que no pretendía ofender, y que sus palabras sólo trataban de ser una crítica a la ministra de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero, por el "mitin" que dio en la Cámara baja durante la defensa del proyecto presupuestario, al que la propia Oramas presentó una enmienda de devolución. "Esto no son las Tres Mil Viviendas de Sevilla, de cuando estaba en la Junta de Andalucía, sino el Congreso de los Diputados y usted es la ministra de Hacienda", fueron las fatídicas palabras de Oramas que causaron hondo malestar no solo en la propia ministra, sino también en el PSOE, en la ciudad de Sevilla, y por descontado en el propio barrio mencionado, sobre todo entre los colectivos e instituciones que trabajan en él en favor de la integración social y en la lucha contra la marginación y la pobreza.

La polémica se trasladó de inmediato a las redes sociales y se convirtió en trending topic durante esa noche y todo el día siguiente, con tantas críticas hacia Oramas que a punto han estado de barrer de un plumazo el prestigio que ella misma ha cosechado durante años en esos medios justamente por intervenciones que han siso muy aplaudidas por buena parte de sus usuarios.

Pese a que Oramas ya había pedido disculpas en declaraciones a distintos medios de comunicación, en esta ocasión quiso hacer una comparecencia formal en la sala de prensa del Congreso para insistir en reconocer su metedura de pata, y comunicar las iniciativas que estaba llevando a cabo para tratar de corregirla poniéndose en contacto con quienes se han considerado más afectados u ofendidos. Además de sendas cartas a la propia ministra Montero, y a la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, para pedirles perdón de manera formal y directa, la diputada de CC ha conversado con personas y con distintos colectivos del barrio sevillano, que calificó de "maravilloso" y que comparó con muchos de los polígonos de viviendas de La Laguna en los que tuvo que trabajar en el ámbito social cuando fue alcaldesa de la villa tinerfeña.

Oramas reconoció que con sus palabras había hecho "daño" a muchas personas, familias, colectivos y responsables institucionales, y desveló que había quedado con la responsable de la gestión de las Tres Mil Viviendas de Sevilla y con los pastores evangelistas de la zona, con quienes ha hablado personalmente para disculparse, para visitar en los próximos días el barrio y conocer personalmente e in situ' sus problemáticas y los programas de integración social que allí se llevan a cabo.

La nacionalista reconoció que con sus palabras desde la tribuna del Congreso estaba haciendo aquello justamente que trataba de reprochar a la ministra de Hacienda, y resaltó que en los once años que lleva de diputada "jamás he descalificado a nadie". Muchas de las críticas las ha recibido desde sectores políticos y sociales de Canarias, donde algunos han interpretado esa alusión a un barrio humilde de Sevilla como una actitud "clasista" y "despreciativa" provocada por el origen burgués y acomodado de la propia diputada y su familia.

"He sido muy dura en la defensa de los intereses de Canarias y de mis convicciones políticas, pero nunca había hecho una cosa así", aseguró la dirigente tinerfeña, quien insistió en que "los que tenemos responsabilidades políticas tenemos que tener la suficiente templanza para, jamas, perder los papeles, y cuando uno hace algo como lo que hice yo el otro día, no tiene excusas". Y concluyó deseando que ese error propio "signifique una oportunidad de poner en valor los equipos de trabajo social que hay allí y echar una mano para que en el propio Congreso de los Diputados podamos conocer la labor inmensa que están haciendo tantos profesionales sociales, tantas familias y tanta gente".

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