No hubo pitos carnavaleros ni plumas, narices de payasos ni confetis.Pero podría haber sido una de la fases del concurso de murgas de estos carnavales porque el último debate sobre el estado de la nacionalidad canaria olía a carnaval y a mitin electoral, donde todos se posicionaron en contra de Fernando Clavijo y de CC, como cuando las murgas la cogen con el concejal del carnaval o el alcalde de turno. Acabar con treinta años en el poder de los nacionalistas parece ser el eslogan que acuñan en estas elecciones tanto los grupos de izquierdas como los de centro o derechas ante la cita autonómica del 26 de mayo, salpicada encima por el anticipo de las generales al 28 de abril. Así que el histrionismo se apoderó ayer -por la tarde- del hemiciclo parlamentario donde hasta la exhumación de Franco fue motivo de gestos de reproche.
Por la mañana, la sesión fue soporífera. Todo eran sentencias lapidarias tras el discurso de Clavijo, sobre sus cuatro años de gestión. "Sin alma, triste o aburrido", le propinaron los grupos de la oposición al presidente entre otros múltiples apelativos. Por la tarde el tono se elevó y empezó el rifirrafe carnavalero-mitinero. Y Clavijo se cambió el traje de presidente para ponerse el de candidato de CC a la Presidencia del Gobierno.
Previo a ese cuerpo a cuerpo vespertino con Dolores Corujo, del PSOE, Asier Antona, del PP, y con Noemí Santana, de Podemos-hoy le toca el turno a Nueva Canarias (N), la Agrupación Socialista Gomera (ASG) y Coalición Canaria (CC) que sustenta el Gobierno en minoría de Clavijo-, todas las formaciones fueron avanzando sus posturas sobre lo que iban a expresar en su turno de intervenciones. Huelga decir que la mayoría llevaba los discursos escritos,hasta las réplicas, sin haber escuchado al presidente.
Ángel Victor Torres, candidato a la Presidencia por el PSOE, no es diputado pero quiso tener su protagonismo. Desde el palco superior observó el discurso y hasta Patricia Hernández dejó la Mesa del Parlamento para subir y asesorarle sobre datos, posiblemente relativos a la época en la que ella fue consejera de Empleo en la primera etapa del Gobierno con Clavijo, porque luego Torres habló de las altas a la Seguridad Social como logros de los socialistas, no de CC.
En declaraciones a los periodistas, comentó que el presidente compareció "triste" y sin ningún mensaje de optimismo y aunque ha contado con los mayores presupuestos de la historia, "ha fracasado en el reequilibrio social" de las islas, por lo que, sacó pecho, y se mostró convencido de que llega un "cambio de ciclo" que va a liderar el PSOE, es decir, él.
En el ambiente, alrededor de Torres sobrevolaba el follón que tienen en el Cabildo de Gran Canaria, donde es vicepresidente, por la compra de los terrenos de Amurga a la familia de Román Rodríguez, diputado de NC, que en los pasillos, por cierto, aseguraba que él no sabía nada de nada del tema, y también apostaba por un cambio con CC fuera del Gobierno canario. Como lo hizo después la portavoz del PSOE, Dolores Corujo, en su turno, y afirmó que el Ejecutivo nacionalista era un "Game over". El presidente le contestó que ya estaba bien de "comentarios de bar" lo que sulfuró a Corujo y más cuando espetó a la portavoz que al PSOE le importaba más la exhumación de Franco que derogar la reforma laboral. Ambos se abroncaron. Para Noemí Santana, de Podemos, Clavijo hizo un mitin donde "al menos podría dar bocadillos de mortadela", ironizó, y lo comparó con los niños de San Ildefonso por los números que cantó. Y Asier Antona, del PP, también empleó el debate como preludio de la campaña electoral con un reiterado hasta la saciedad : "El Gobierno que yo presida..." Hasta el gomero Curbelo, que ha apoyado al Ejecutivo de Clavijo en los presupuestos, señaló: "Ni todo estan idílico como se pinta ni tan nefasta la gestión" aunque echó en falta más políticas sociales.
