En los próximos días, 17 miembros del 802 Escuadrón del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR), perteneciente al Mando Aéreo de Canarias, se unirán al destacamento Grappa dentro de la operación militar Sophia, impulsada por la Unión Europea para buscar e interceptar a las embarcaciones sospechosas de traficar con los personas para cruzar las aguas del Mediterráneo rumbo a Europa. El centro de operaciones se encuentra en la Base Aérea de Sigonella (Sicilia), para realizar patrullas en las aguas internacionales cercanas a la costa de Trípoli (Libia).

Uno de los militares que se desplazarán a Sigonella es el Capitán Requena, quien aseguró ellos serán "los ojos de la misión". Los objetivos del destacamento son luchar contra las redes de tráfico de personas, para reducir los flujos de migración irregular; colaborar con el embargo de armas impuesto por Naciones Unidas mediante la vigilancia; y la recopilación de información sobre el tráfico ilegal de petróleo proveniente de Libia.

Requena explicó durante el acto de despedida del escuadrón que esta es la cuarta vez que participa en una operación internacional y lo hace "con mucho orgullo". Según el capitán, para sus familias ya es algo común estar separados durante determinados periodos de tiempo, pero para los miembros de la misión "es un orgullo y un privilegio representar a España es un privilegio". Además, destacó que en el escuadrón "es una pequeña familia que hace más llevadera la estancia en Sicilia".

La teniente De Goiriz, tripulante del destacamento Grappa, se estrena en una operación internacional y lo hace con muchas ganas porque podrá "desarrollar su trabajo como piloto y aprender todo lo que pueda". Hace tan solo seis meses terminó su formación en la academia y este tiempo se ha estado preparándose para afrontar esta misión. De Goiriz detalla que el avión con el que se desplazan está especialmente equipara para la vigilancia y la búsqueda, por lo que cuenta con cámaras especializadas.

Durante dos meses estos miembros del destacamento Grappa participarán en las labores de detección, localización y seguimiento de embarcaciones que realizan el transporte ilegal de migrantes, y colaborarán en la identificación de los integrantes de las redes de tráfico de personas. También prestarán ayuda a las embarcaciones con migrantes cuya vida corra peligro, avisando de su posición y estado y, además, el avión que pilotan tiene la capacidad de proporcionar en vuelo el lanzamiento de balsas y equipos de supervivencia.

El acto de despedida estuvo presidido por el general segundo jefe del Mando Aéreo de Canarias, Javier Hernández Antuña, quien destacó que está en el ADN de los miembros del SAR ayudar a los demás. En esta ocasión, explicó el general, ayudarán a llegar a buen puerto "a los migrantes que, engañados por las mafias, son abandonados a su suerte". Además, de desearles buena suerte en la misión, recordó el esfuerzo de las familias que se quedan solas. "Si alguna vez os preguntáis si merece la pena el esfuerzo de estar lejos de vuestros seres queridos, estoy convencido de que cada vez que localicéis una embarcación de migrantes en dificultades tendréis muy claro la respuesta", apuntó el general.